¡Es lo más común! A veces por "pereza", hay muchas prendas que se piden online, no convencen y luego se pasan años y años en el armario. Son esas prendas que viste el primer día que llegó el pedido, pensaste que algún día le darías una oportunidad y todavía siguen esperando en el armario. Solución: si no convence desde el primer momento, mejor devolverlo. En el mundo de la moda, y hasta en decoración, todo (o casi todo) regresa. Por eso, hasta las interioristas advierten de que "nunca, digas nunca" en este mundo, porque de repente una tendencia un día inunda tu casa. Eso sí, está claro que si una prenda no te la pones dos años seguidos quizás es hora de darle una segunda vida (consulta dónde donar ropa ). ¿De qué sirve tener el armario lleno de vaqueros si solo usas dos o tres? Aunque cada año los vaqueros se renuevan, al final solo se usan muy pocos. Está claro que se utilizan los que mejor sientan. Por eso, haz limpieza y quédate con aquellos con los que estés muy cómoda y, se mantengan en buen estado. Generalmente, se gasta más en ropa asequible que en prendas caras. La mayoría de las veces, la moda rápida (en inglés, fast fashion ) tiene precios increíblemente bajos porque la calidad también es inferior. Estas prendas tienden a tener una vida útil corta y se desgastan más rápido. Nuestro consejo: compra menos y de mayor calidad. Ayudarás también a pequeños artesanos, y seguro que contribuirás en una producción más sostenible. Está bien tener algunas prendas que nos recuerden a diferentes momentos de la vida, pero no todo el armario. Como diría Marie Kondo , "¿Esto me hace feliz?" Si es así, consérvalo. Si no, deséchalo. Cuando hay rebajas casi nadie se puede resistir. Eso sí, hay que ser realista y a veces el descuento es mínimo. Se compra por impulso y al final, son las prendas que más verás en tu armario, y poco en la calle. ¡Todo un error! Hay que tener claro que no todas las modas sientan bien, ni gustan a todas. Y eso es normal. Las tendencias existen y lo único que se debe hacer con ellas es adecuarlas al gusto personal de cada uno. Si se prueba algo nuevo y no termina de convencer, no pasa nada. ¿Lo mejor? Ni lo compres, porque lo usarás una vez. Es otro error que se comete cuando se compra ropa. Luego vienen las quejas de que la camisa, el pantalón o el jersey es de mala calidad o "muy barato". Quizás el error simplemente está en no leer la etiqueta y saber cómo lavar correctamente esa prenda. Hay una gran diferencia en cómo queda la prenda en la percha y cómo se ajusta al cuerpo. Esto es algo que nadie tiene en cuenta, y si además no se prueba en la tienda, lo más probable es que finalmente esta ropa se quede "aburrida" en el armario. ¡Asegúrate que te sienta bien más allá del perchero! "¡Ojalá de aquí al verano me siente bien!". "Prefiero tallas más grandes para que me quede más suelto". Seguro que alguna de estas frases te suena. Es un error que todas cometemos. Lo ideal es siempre buscar la talla que llevamos. Así podrás usar siempre las prendas siempre. Comprar ropa sofisticada para eventos es lo más habitual. Si además la prenda tiene descuento, es la mejor excusa para hacerlo. Además, siempre se recurre al "por si acaso salga una boda" o "por si hay una cena especial". Pero está claro: al final estas piezas, y más si son tendencia, lo más probable es que te las pongas dos veces. Y eso como mucho. Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter.