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Orden
Isabel Lavín Actualizado a 01 de marzo de 2020, 00:00
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1.
Cuando lo compraste era muy in, pero hace años que tu estilo ha cambiado y ya no lo usas ni para bautizos ni bodas ni comuniones. Mejor regálaselo a una amiga o dónalo. En el armario solo está cogiendo polvo.
2.
Todas tus amigas se han casado y hace siglos que no te pones uno de estos en la cabeza. Haz lo mismo que con el bolso y gana espacio para cosas que sí que utilizas todos los días. Además, si vuelves a necesitar uno, ¿sabes que hay sitios en los que los alquilan?
3.
Estuvo bien mientras duró. El sombrero de paja de las fiestas de tu pueblo de hace varios veranos ya ha cumplido. Los canotier, bombines o tipo Panamá guárdalos con mimo o decora con ellos la entrada.
4.
Vale que han vuelto a ponerse muy muy de moda. Son cómodas, ligeras y superestilosas. Pero si en el armario tienes alguna de esas que llevabas a los festivales, seguramente esté hecha polvo. Como diría Marie Kondo: “Gracias, y hasta luego”.
5.
O de engordar. En cualquier caso, cuando utilizamos mucho un cinturón suelen terminar por aparecer marcas y desgaste cerca del agujero que más hemos usado. Si se nota mucho cuando te lo pones, retíralo.
6.
No valen ni para llevarlas en el coche para ‘emergencias’. Conducir con ellas será peligroso y, probablemente, bastante incómodo. Guarda solo los pares que tengan todas sus facultades al 100%.
7.
Si eres mañosa, puedes descoser la costura y cambiar la goma interior. No es difícil. Pero si te supone un reto, diles también adiós.
8.
Si te armas con un alfiler y mucha paciencia podrás desenredarlos, pero si los nudos están muy prietos, mejor que te deshagas de ellos. Para la próxima vez, mejor copia alguna de estas ideas para guardar la bisutería.
9.
Esas que molestan por detrás de las orejas y acaban provocando dolor de cabeza. Aunque te gusten mucho, busca a alguien a quien no les moleste o invítalas a mejor vida.
10.
El que te trajo tu madre de sus vacaciones, la cartera de cuero que tanto te gusta o ese pequeño monedero cuya cremallera está rota. Si no cierran bien, les faltan los adornos o, simplemente, ya no te gusta, no los vas a volver a usar.
11.
Si hace tiempo que no encuentras a su pareja, te aseguramos que no va a hacer una aparición estelar. Haz un broche con él si te gusta mucho o un pin para una chaqueta, pero si no, dalo de baja.
12.
Sí, más que nada porque terminan dejando las orejas verdes. Y queda un poco feo. Si no quieres que te pase más veces, aplica una capa de esmalte de uñas transparente en la parte posterior y así no tendrás que dejar de usarlos.
13.
Pasa un poco como con los tocados y las diademas. Seguramente al verlo te encantó, pero luego al usarlo no agarra y, para que lo haga, debes llevarte algún mechón por el camino. Mejor, fuera.
14.
Esos que son demasiado grandes y estorban al teclear en el ordenador o cuando quieres hacer cualquier cosa. Regálalos, dónalos o, si te gustan mucho, cuélgalos de una delicada cadena y lúcelos con estilo.
15.
Destrozadoras de jerseys y sacapuntos. ¿La compraste por que era preciosa, pero en el primer uso se cargó tu jersey favorito? Bye, bye.
16.
Revisa el cajón de los calcetines –y aprovecha para ordenarlo–. Comprueba que todas tus medias y panties están en perfecto estado de revista. Ya sabes el incordio que supone ir a ponerte un par y que tengan algún agujerito que puede convertirse en una carrera como por arte de magia.
17.
A las de lana, con el tiempo, les suelen salir bolitas. Pueden quitarse con una cuchilla y bastante paciencia, pero si ya no la usas, ni te molestes. Si te gusta tejer, puedes deshacerla para utilizar la lana. Si no, a donar.
18.
Si seguiste nuestros consejos sobre qué cosas tienes que tirar del recibidor, ya te habrás deshecho de los que no se abren bien o están rotos. Pero ahora extendemos la petición a esos que compras de emergencia y no valen ni para eso. Porque en cuanto llega un poco de aire, se dan la vuelta y ya no tienen arreglo.
19.
Collares o pulseras de cuero que no se han cuidado bien desde se compraron –el agua y el sol son sus mayores enemigos– es probable que estén desgastados y huelan un poco raro. Al montón de tirar.
20.
Están nuevas. Seguramente las compraste en un pack de esos en los que vienen muchas de muchos colores. Si no hay peques en casa, regálaselas a alguien que vaya a apreciarlas –y usarlas–.
¡Y QUE DURE!
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