4 /12

1.

La belleza de la madera.

Si tienes una puerta de madera, haz que luzca. Bastará con un barniz al agua, que ofrece un acabado más natural, para que la puerta parezca nueva.

2.

Correderas y acristaladas.

Abiertas, desaparecen y al cerrarse se convierten en un elemento decorativo por sí solo. Además, al ser acristaladas dejan que la luz del salón invada el recibidor y viceversa.

3.

¡Dejad paso a la luz!

La vidriera de metal y cristal diseñada por Vivestudio permite separar o unir el salón y la cocina según la necesidad de cada momento, dejando que la luz llegue hasta el último rincón aun incluso cerrada.

4.

Un clásico que no pasa de moda.

Las puertas blancas con cuarterones son perfectas cuando se buscan cerramientos ligeros que se integren en la decoración, pero con un toque elegante y estiloso, que es el que dan los cuarterones.

5.

Puerta recuperada.

La puerta es antigua, típica del Eixample barcelonés, recuperada y decapada. La colocaron como corredera con un sistema de riel y da acceso al dormitorio.

6.

El reino del blanco.

Si quieres que las puertas se mimeticen con la decoración, píntalas igual que las paredes, como se ha hecho aquí.

7.

Preservar la intimidad.

¿Quieres llevar más luz al baño pero sin perder intimidad? Apuesta por un diseño de puerta acristalado pero con vidrios ahumados: tendrás claridad y privacidad.

8.

Más luz.

Las puertas acristaladas, además de decorativas y más ligeras que una ciega, son un aliado de la luz.

9.

Ciegas y acristaladas.

Combinar diferentes tipos de puertas, siempre que compartan el mismo diseño, como aquí, crea espacios más dinámicos y ricos decorativamente. Aquí, las acristaladas se han reservado para el pasillo, para no frenar el paso de la luz.

10.

Ligeras y actuales.

Apostar por un diseño totalmente acristalado, sin faldón ciego, como aquí, da un look más actual a las puertas.

11.

La sencillez siempre es un acierto.

Blanca, lisa, minimalista... Los diseños sencillos como los de esta puerta siguen siendo también grandes favoritos, pues se integran perfectamente en la decoración.

12.

Una pieza única.

Si tienes una puerta tan singular como esta, basta con restaurarla para que se convierta en una pieza importante de la decoración. Esta es recuperada y procede de un anticuario de Barbastro.

Las usamos a diario. ¡Y muchas veces! Nos aíslan del ruido, preservan nuestra intimidad y contribuyen a mantener la temperatura de una estancia –caldeada en invierno con la calefacción y fresca en verano con el aire acondicionado–. Y sí, también decoran. Estamos hablando de las puertas, una de las grandes olvidadas de casa. Y aún así, ¿quién podría vivir en ellas?

Renovar las puertas es una pequeña reforma 10, todo son ventajas: no implica obras, no tienes que poner la casa patas arriba con escombros o muebles arriba y abajo. No es una inversión muy elevada, en unos pocos días estarán listas y con solo pintarlas de otro color o recuperar su acabado natural transformarás tu casa como por arte de magia.

Si son antiguas, restáuralas y recupéralas

¿Tienes la suerte de tener unas puertas antiguas? ¡Felicidades! No solo serán macizas sino que las molduras, que antes se trabajan a mano, la harán una pieza única. Bastará con ponerla a punto para que luzca mejor que una nueva.

¿Tienes dudas y te planteas cambiarla por una nueva? Ten en cuenta que si la puerta no es estándar –más de 210 cm de altura– hacer una de nueva a medida te resultaría muy caro, sobre todo si la quieres maciza. ¿Y por qué cambiar una de madera por una con base aglomerada?

Paso a paso

  • Desmontarla. Es la opción más cómoda para poder trabajar. Además, podrás acceder a todos los rincones y ángulos sin problemas.
  • Lijarla. Antes de nada, convendrá lijarla para abrir bien el poro de la madera. ¿Por qué? Porque así la madera absorberá mejor la nueva pintura, en caso contrario, podría despegarse. Además, al lijarla se eliminan también restos de pintura o barniz.
  • Repararla. Si hay piezas estropeadas, antes de aplicarle la nueva capa de pintura o barniz, conviene reponerlas.
  • Acabado final. Una vez la puerta esté como nueva, ya puedes aplicarle la pintura o barniz, según el acabado que desees. Elígelos al agua, no son tóxicos y no desprenden olor.

Renuévalas con otro acabado... ¡y estrena puertas!

Si tus puertas están en perfecto estado de revista pero quieres darles un nuevo look, pintarlas es la opción más sencilla. Tanto si lo haces tú como si lo hace un profesional, se puede hacer sin desmontarlas. Pero es más engorroso y el proceso puede alargarse unos días más.

Si decides ponerte manos a la obra y pintar las puertas tú mismo, sigue estos consejos de experto que desde Fusteria Cisa han compartido con nosotros:

Usa un rodillo. Hoy en día existen modelos muy fáciles de utilizar por un amateur que garantizan un acabado final uniforme y regular. Las brochas, mejor reservarlas para las zonas más pequeñas o las molduras, si las hay.

"Peina" la puerta. Al aplicar la pintura es muy importante "peinar" bien la puerta para evitar que queden zonas con diferentes gruesos.

Segunda capa de pintura. Antes de aplicarle una nueva capa, se recomienda frotar la madera suavemente con una esponja especial para abrir de nuevo el poro y así la pintura se absorberá mejor.

Una alternativa a la pintura es la laca. Para un acabado perfecto, lo mejor es dirigirse a un profesional. Pueden venir a casa a lacar las puertas sin desmontarlas, pero lo ideal es que se las lleven al taller y las laquen con pistola. No es barato –lacar una puerta estándar puede costar unos 150 €, en Fusteria Cisa–, pero la laca ofrece un acabado más sedoso que la pintura. Valóralo, pero merece la pena siempre y cuando la puerta sea maciza.


¿Quieres hacerlo tú en casa? Debes tener maña y pulso si quieres que el acabado sea uniforme. Desde Fusteria Cisa recomiendan elegir una semilaca. Aunque no es exactamente una laca, hoy en día están muy logradas y facilitan el trabajo porque pueden aplicarse con rodillo. ¿La clave para que el acabado sea perfecto? "Hacer trazadas largas para que no se note que se ha detenido el rodillo", sostiene Josep de Fusteria Cisa.

Pequeños cambios, grandes efectos

  • Cambia las manillas. Ya que estás de operación renovar las puertas, aprovecha para cambiar las manillas. Es una inversión mínima –en Leroy Merlin las encontrarás desde 10 €– y dan un look nuevo a la puerta.
  • Renueva los cristales. ¿Tienes una puerta acristalada? Cambia los cristales y parecerá otra. Los transparentes aprovechan más la luz que los traslúcidos, pero estos dan más intimidad, siendo una muy buena opción en dormitorios y baños.