Pero, ¿qué es esto de la decoración slow? No se trata de un tipo de muebles ni de un tendencia puramente estética, sino de un estilo de vida. Vivir en una casa slow hace que te sientas mejor y te ayuda a reconectar con tus verdaderas necesidades. ¿Realmente tenemos que ir siempre corriendo y estresados? Con esta "filosofía" en casa podrás conseguir experimentar cada instante de manera más reposada y consciente.
El lugar y el diseño arquitectónico tienen su importancia, pero el factor más importante es la actitud. Puedes hacer que tu casa sea más 'lenta' mediante pequeñas reformas o cambios en la decoración.
Aprende a disfrutar más de tu casa
A las personas con un estilo de vida relajado (slow) les gusta ocuparse de la casa con cariño. Hacen ellas mismas las pequeñas reformas y no les importa realizar tareas de mantenimiento. Por ejemplo, saben que si optan por la madera sin barnices para cualquier elemento de la casa van a tener que tratarla de vez en cuando con aceite. Estas tareas les producen la satisfacción de cuidar el espacio donde viven, de la misma manera que uno se mima cuando come o se viste.
Espacios simples, abiertos y funcionales
Los espacios diáfanos y comunicados, con el menor número posible de tabiques y obstáculos, hacen que la transición de una actividad a otra resulte natural.
Por ejemplo, es importante la conexión entre la cocina, el comedor y el salón. O entre el dormitorio y el baño. Esta comunicación favorece la relación entre los miembros de la familia, que tienden a compartir en lugar de aislarse.

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Es importante la transición entre el interior y el exterior de la casa. La entrada debe favorecer la desaceleración. Las puertas y las ventanas ofrecen salidas y vistas a espacios agradables, si es posible, verdes. Por otra parte, la simplicidad y la funcionalidad favorecen el mantenimiento, la limpieza y el orden necesarios.
Recuperar energía y ganar salud
El dormitorio es esencial. Lo ideal es que sea un lugar sin ruidos, luminoso, bien ventilado, al que apetezca irse a dormir durante 8 horas para levantarse también pronto. Con armarios que permitan un acceso fácil a la ropa de temporada y sin rincones desaprovechados. En una casa slow la calidad está siempre por delante de la cantidad y la apariencia.
Una cocina que alimente la alegría
La filosofía de la casa lenta se inspira en el movimiento slow, iniciado por Carlo Petrini y que ha triunfado en el mundo de la gastronomía (slow food). El cocinero Lluís Peñafort, que dirige y enseña en el restaurante Herbolario Navarro (Valencia y Madrid), explica que en la cocina de cualquier casa es indispensable una mesa o barra grande donde poder comer, trabajar o charlar.
Luz natural, iluminación de bajo consumo y electrodomésticos de alta eficiencia energética ayudan a que la casa sea sostenible, otra característica slow. También es importante diseñar un espacio limpio y ordenado para el reciclaje. Plantas aromáticas y un poco de música ambiental son los complementos ideales para que la cocina alimente la felicidad.

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Ideas slow para cada estancia
En el recibidor
Puede invitarte a echar el freno, contagiándote de pausa y de calma. Ayuda tener un lugar para dejar las llaves,el abrigo, el bolso y los zapatos.
En el dormitorio
Elige ropa de cama de texturas naturales porque favorecen el necesario reposo. Tener pocos objetos deja paso al relax. No tengas aparatos eléctricos en el dormitorio, dificultan un buen descanso. En cambio, un rincón de lectura allí es más que aconsejable.
En la cocina
Cuelga de la nevera un calendario de los alimentos de temporada. Apuesta por alimentos que se produzcan en tu entorno más cercano. Diseña un espacio limpio y ordenado y destina un rincón al reciclaje. Trapos de lino, tablas de madera rústicas y tiempo para cocinar son un must.
En el salón
Habilita un espacio donde tomarte una infusión antes de dormir. Cojines, un plaid y flores pueden ser sus ingredientes principales.
En el baño
Tu templo casero de relajación debe tener una cesta con aromas esenciales, velas y toallas en colores claros con tejidos muy naturales.
¡Vive! ¡Juega! ¡Disfruta!
Una casa slow debe contemplar un rincón especial donde puedas jugar con tus hijos. Una alfombra con algunos cuentos o juguetes donde pasar el tiempo con ellos es más que suficiente.
Toda una filosofía de vida
- Slow gardening: El jardín lento se crea con plantas locales, bien adaptadas al clima y al paisaje. Así se reduce el consumo de agua y de agentes químicos.
- Slow food: Los alimentos naturales, tal como los recolectamos de la tierra y de temporada son la base de la cocina. Kilómetro cero: Si eliges alimentos que se producen en las proximidades evitas que desaparezcan variedades locales y conservas las culturas gastronómicas.
- Slow design: Descubre el valor de los objetos elaborados de manera artesanal, en pequeñas series o con materiales reciclados.
Si quieres más ideas para disfrutar de tu casa de una forma más relajada y llenarla de energía positiva apúntate al Feng Shui. Adaptar sus principios básicos a la decoración, a tu rutina y a tu estilo de vida será muchísimo más sencillo de que piensas si sigues nuestros pasos.