Esta cocina es tan moderna como cálida o acogedora. La clave es la apuesta de la madera en combinación con el hierro, que da la nota más actual a una cocina que, de otro modo, podría tener un aire campestre. Mobiliario diseñado por las arquitectas Irma Aleu y Rosa Viñets y realizado con madera de roble por Fusteria Sais. La gran puerta de hierro corredera es, sin duda, un elemento de gran peso decorativo en esta cocina. Y el responsable de darle un toque industrial, que se ve reforzado por las lámparas de la barra. La grifería en negro, tan de moda, también marca estilo. Taburetes de Crearte. La planta rectangular de esta cocina moderna ha permitido una distribución muy ordenada de las diferentes zonas: con una isla central que reúne la cocción y articula la circulación de la cocina, una gran barra bajo el ventanal para comer con vistas y el almacenaje se ha reunido en uno de los laterales. ¿El resultado? Una cocina muy capaz pero visualmente ligera. Esta cocina no deja indiferente a nadie. Empezando por su atrevida elección de mobiliario, que combina unos frentes lacados en un personalísimo verde oscuro con acabo brillo con otros de madera, que dan el toque cálido. La encimera blanca es la que unifica las diferentes zonas y da un extra de claridad al espacio. Mobiliario diseño de Molins Design. En esta cocina, la isla se ha planificado como punto de apoyo de la zona de cocción, pensada para disfrutar de una encimera de trabajo extra. Se ha completado, además, con una original zona de barra a modo de mesa de madera. El hecho de que esta cocina tenga varias puertas de acceso ha marcado la organización de las diferentes zonas. Así, el espacio entre las puertas correderas se ha reservado para la zona de cocción, completada con la isla central. Y las dos paredes laterales se han reservado para la zona de aguas y para el almacenaje, respectivamente. Una cocina blanca no tiene por qué ser fría. Buena prueba de ello es esta: la decoradora Marta Prats ha combinado un mobiliario que, aunque blanco, cuenta con cuarterones y tiradores, que le da un toque más acogedor. Y, además, se ha revestido de papel pintado la zona más alejada de la zona de trabajo. Mobiliario de Cubic. La encimera se ha prolongado a modo de barra para comidas informales. Y, para disfrutar de más luz, la decoradora ha acristalado todo el frontal, que comunica con el salón, y el acceso a la cocina, cerrada con una corredera. Encimera de Silestone y taburetes de La Maison. Para sacar el máximo partido a una cocina de planta tubular, la decoradora Marta Prats aprovechó un entrante para reunir la zona de despensa y la columna de electrodomésticos, disfrutando así de un paso cómodo. En esta cocina, la isla (¡y la luz) es la gran protagonista: mide 250 x 100 cm y es el centro de la vida en este espacio. No solo por sus medidas sino por su diseño, con una encimera de un porcelánico que baja más por uno de los lados para cubrir el cuenco del fregadero. Cocina diseño de Héctor Aguirre, de Kökdeco. La amplitud de la cocina permitía destinar un espacio a office , que se reservó junto al ventanal para disfrutar de luz natural. En vez de optar por una mesa convencional, se apostó por una alta porque así resulta más versátil, pudiendo usarla incluso como superficie de trabajo. Para tenerlo todo más a mano, se planificó una zona de estanterías abiertas a modo de despensa y para guardar la vajilla de diario y el menaje. Estanterías y mesa, de Muebles Ébano. Taburetes de Ondarreta. Con 25 m 2 , a esta cocina no le falta de nada. Y aún así, destaca por su diafanidad. Y es que la clave ha sido la planificación del espacio, con una gran isla central que reúne la zona de aguas y cocción y que cuenta con mucho espacio para guardar y dos frentes de armarios: uno tras la isla, que reúne, además, los electrodomésticos; y el otro con estanterías junto al office. Así, se ha dejado mucho espacio libre que intensifica, aún más, la sensación de amplitud. Esta cocina, proyectada por Deulonder, aúna modernidad con detalles más clásicos y tradicionales que le dan mucho encanto, como la gran campana de obra con molduras o los frentes con cuarterones de los armarios. Pensada en blanco y beige, resulta acogedora y a la vez atemporal. El equipo de Deulonder aprovechó la amplitud de la cocina para integrar una completísima despensa independiente. Cerrada con una puerta corredera acristalada, se ha organizado con baldas y una zona inferior abierta con cajas para lo más pesado, como las botellas. La cocina se distribuye en dos frentes en paralelo con una isla central que integra una barra de desayunos y una zona de aguas adicional y, además, es superficie de trabajo. Junto al ventanal se ha planificado el comedor, con una alacena para tenerlo todo a mano. Y, en el otro extremo, una despensa y el planchador. ¿Buscas más ideas para planificar tu cocina? Inspírate en estas 50 propuestas para planificar la tuya.