Lo ideal es cambiar las toallas del cuarto de baño cada 3 o 4 días para evitar que proliferen en ellas los hongos y las bacterias, que se conviertan en el campo de cultivo perfecto donde afloren infinidad de microorganismos y para mantener en ellas unas condiciones de higiene óptimas que, además de dar un extra de limpieza y frescura a nuestro cuarto de baño, protejan nuestra salud, evitando las alteraciones y las irritaciones de nuestra piel, así como el mal olor.
En verano, sin embargo, el aumento de temperatura en esta estancia que, por lo general, tiene una mala ventilación, hace que las condiciones de humedad se disparen y que nos veamos obligadas a cambiar las toallas, si cabe, con más frecuencia. Hasta ahí, con más o menos constancia, todas solemos hacerlo bastante bien, pero el error llega a la hora de lavarlas. ¿Sabías que no es recomendable hacerlo con agua fría? Marga Díaz (@decorbymaggie) es experta en limpieza y nos cuenta el porqué. Y por cierto, si quieres conocer más trucos de limpieza, .
¿Por qué no debemos lavar las toallas en agua fría?
Marga Díaz (@decorbymaggie) es experta en limpieza del hogar y nos cuenta cuáles son los tres errores que solemos cometer al lavar las toallas del cuarto de baño. "Las toallas del baño inmediatamente huelen mal porque la humedad favorece el crecimiento de los gérmenes", explica y nos deja claro tres hábitos que debemos evitar hacer si queremos conseguir lavarlas de forma eficiente, logrando que se limpien bien, se desinfecten y salgan sin malos olores.
1. La temperatura
"Si lavas a manos de 60 grados, no eliminarás los gérmenes", cuenta la experta. Aunque, si lo haces, "añade Sanytol textil para la colada, porque elimina olores a cualquier temperatura", explica. Ella añade un cacito de este limpiador en el depósito del detergente y, después, ya pone la lavadora en el ciclo que prefiere.
Sin embargo, apostar por una temperatura alta a la hora de lavar las toallas, es lo óptimo para conseguir eliminar correctamente todas las bacterias y los ácaros que viven en ellas y que se forman fruto de la humedad. Esto es algo que debemos tener en cuenta, sobre todo, con las toallas que usamos a la hora de hacer ejercicio.
2. El suavizante

El Mueble
Aunque pensemos que, de esta forma, quedarán mucho más suaves y, cuando nos sequemos con ellas nos darán una sensación más agradable, lavar las toallas con suavizante "dificultará la capacidad de secado y puede dejar una película en las fibras de la toalla que atrapa la humedad", detalla Marga Díaz. ¿Qué hace entonces? Sustituirlo por dos tapones de Sanytol.
Al añadir suavizante a los lavados de las toallas, además, conseguiremos que estos textiles reduzcan su capacidad de absorción y pierdan calidad, no consigan secar correctamente y, además, causen irritaciones en la piel, sobre todo a las personas con pieles sensibles.
3. Sobrecargar la lavadora
Ya sean toallas o no, meter demasiadas prendas a la lavadora con el objetivo de optimizar el espacio o ahorrar recursos, hará que nuestras prendas no queden bien limpias, que salgan con residuos de jabón y que, con el paso del tiempo, la lavadora se termine estropeando. "Si cabe una mano (ella la coloca en vertical, con la palma abierta) entre la carga y la pared del tambor tienes la carga ideal para que se laven correctamente", concluye.
Además del desgaste prematuro del electrodoméstico, cuando cargamos demasiado la lavadora también estamos perjudicando a la salud de nuestras prendas, ya que la fricción excesiva con el tambor puede hacer que se deshilache y también que se decolore, estropeando las prendas.
Corrigiendo estos tres errores, conseguiremos que nuestras toallas queden verdaderamente limpias, desinfectadas y suaves, logrando que nuestro cuarto de baño refleje una sensación única de frescura y limpieza.
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