Desde el salón hasta el cuarto baño, pasando por la cocina o el dormitorio, las baldas y estantes son espacios abiertos que nos permiten tener a la vista, y al alcance de la mano, objetos decorativos, libros, recuerdos o elementos de uso cotidiano. Sin embargo, aunque su función principal sea ayudarnos a mantener el orden en casa, también pueden convertirse en puntos clave de estilo en cualquier estancia de la casa.
Para conseguirlo, es necesario seguir una serie de pautas de orden y diseño para que puedan aportar armonía visual y eleven toda la decoración. El experto en interiorismo Jordi García (@bid.jordigarcia.home), nos cuenta cuáles son sus tres mejores trucos para que las baldas y estantes se vean mucho mejor y más armoniosos.
Primera clave: Uno, dos o tres elementos por balda
El primer consejo de Jordi es claro: menos es más. El experto explica que lo más aconsejable es “utilizar uno, dos o tres elementos por cada balda. De esta manera, generarás más dinamismo a la composición general de tus estantes”. Ya que, si sobrecargas una balda, pierde impacto y se convierte en un punto de ruido visual.
En cambio, al colocar uno, dos o tres objetos como máximo en cada balda, cada elemento podrá respirar y tendrá protagonismo propio. Puedes combinar alturas, volúmenes o formas, pero siempre respetando este límite. Además, esta regla es ideal para crear un ritmo visual dinámico y sofisticado y para que puedas limpiar y ordenar más rápido.

Pocos elementos o usar una paleta de colores y materiales similares para no romper la armonía visual
El Mueble
Segunda clave: Usa una paleta de colores coherente
“Para que quede perfecto, hay que elegir una paleta de colores que se repita en todas las baldas, así como texturas y materiales”, sigue explicando el interiorista. Con este consejo, Jordi viene a romper el error más repetido en las casas al decorar estantes ya que hay una clara tendencia a mezclar colores sin pensar en la armonía general del espacio. Para que las baldas se vean unificadas y con estilo, lo más aconsejable es elegir una única paleta de colores y repetirla en todos los estantes.
No hace falta que todo sea idéntico, pero sí que los tonos y materiales dialoguen entre sí. Por ejemplo, puedes combinar blancos, madera clara y verdes para transmitir sensación natural; o negro, dorado y beige para un efecto más sofisticado. También puedes jugar con las texturas: cerámica, cristal, mimbre, metal. Si todos los elementos comparten esta línea estética, el conjunto ganará en coherencia y elegancia.
Tercera clave: Utiliza cajas y cestas decorativas para almacenar
Por último, Jordi nos desvela su truco definitivo para mantener el orden y seguir cuidando el estilo de las baldas: “Para que además de visual también sea práctico, utiliza cajas y cestas para almacenar todo lo que necesites sin romper la estética visual”. Vienen superbien para guardar pequeños objetos que no queremos que estén a la vista (cables, productos de oficina, cargadores, etc.) sin romper con la estética del entorno.
Para que se integren bien con la decoración, elige cestas de fibras naturales, cajas de madera o recipientes con tapa de tela que se integren en tu decoración. Estas piezas ayudan a mantener todo en su sitio, pero además aportan textura y volumen a la composición. El resultado: estantes limpios, funcionales y muy agradables a la vista.
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