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1.

Gris, el nuevo beige

Su gama más suave funciona como el blanco: ilumina los espacios con un punto de color que los hace más elegantes y discretos, por lo que resulta un color ideal para espacios pequeños. 

Banqueta, de Azul Tierra. Butaca, de Gems con tela de Les Créations de La Maison. Alfombra, de Matèria. Mantas, de Ezcaray y fundas nórdicas, de Filocolore.

2.

Blanco puro: el más luminoso

Es un clásico que nunca falla. Amplía el espacio, rebota la luz que recibe y no, no tiene por qué crear espacios fríos. El truco está en decorarlos con piezas cálidas: una mesita de madera, un sofá en tonos tostados, cojines en colores vistosos... 

El sofá es de Sancal, en Pía Capdevila Interiorismo. La mesa, de Mercader de Venecia.

3.

Blanco roto, el más sufrido

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Hay infinitas variedades de blanco. Desde blancos con toques más cálidos gracias a sus matices en rojo o amarillo hasta otros más fríos que viran a azul, gris o verde. Sea cual sea el que elijas, será perfecto para un espacio pequeño porque seguirá creando sensación de amplitud y añadirá un plus: su "aguante" ante los roces.

4.

Color arena para ganar calidez

Este piso solo tiene 50 m2 y para ganar amplitud, han comunicado espacios y han pintado... ¡en tono arena! ¿No blanco? Pues no. El arena aporta calidez y armonía, y usado en todos los espacios, crea una continuidad visual que ayuda a percibirlos más grandes. 

Sofá de Ikea,  mesa de centro de Bruka. 

5.

'Millennial pink': el rosa que regala metros

¡Y un aire muy chic! El millennial pink incluso en un salón puede quedar perfecto. El look final que tenga dependerá del mobiliario o los complementos que le acompañen. Si quieres darle un toque más elegante, añade complementos en dorado. Si pretendes darle sobriedad, en azul petróleo o gris. Si quieres un aire más juvenil, ¡en rosa total!

6.

Un beige suave

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El color beige es otro clásico que no falla para pintar las paredes de un piso pequeño. Tiene toda la luminosidad de blanco pero con un punto de calidez muy favorecedor. Si optas por un total look en este color conseguirás agrandar visualmente cualquier espacio. 

7.

Verde gris: espacios pequeños pero acogedores

No fallarás. Y si quieres darle más vida para que no quede excesivamente triste, añade complementos en blanco y fucsia. Conseguirás darle un punch que agradecerá. 

Sofá, de Tapicería Caponata con tela de La Maison. Banqueta, en Merc&Cia.

8.

El contraste también te hará crecer

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En un piso pequeño si tiene luz los colores más intensos también son bienvenidos. Puedes probar con una pared de contraste o una estancia en un color más intenso. Con un color frío como un azul combinado con molduras y techos en blanco conseguirás, además, elevar visualmente el techo. Además las paredes de contraste también te ayudan a alejar visualmente las paredes. ¡Tenlo en cuenta!

9.

Greige, entre gris y beige

00510181 Consola detrás del sofá en salón

A medio camino entre gris y beige, el greige es perfecto también para las paredes de pisos pequeños. Es una base neutra y luminosa que combina bien con todos los colores y que es clara pero con un punto de calidez. ¡Todo un acierto!

10.

Azul también, con blanco o amarillo

Pues sí. El azul puede ser un color luminoso para tus paredes por su frescura. Pero siempre si se trata de un azul claro que puede virar a gris para que no resulte demasiado infantil. Combínalo con complementos en blanco o en amarillo mostaza para que gane brillo.

11.

Color topo, otro tono atemporal

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Más intenso que el color arena, el color topo lleva años de tendencia por su capacidad de crear ambientes acogedores sin que sean agobiantes. El truco para 'aclararlo' es combinarlo con muebles blancos y textiles luminosos. 

12.

Amarillo: más luz y más vida

Y además, el amarillo también es uno de los colores más trendy del momento. Si no te atreves en una pared, apuesta por él en mobiliario. Busca tonos más mostaza para huir del amarillo piolín. 

Cama nido, de Ikea. Escritorio y silla, de Filocolore. Alfombra, de Gra.

13.

Sigue la regla 60/30/10

En espacios pequeños es especialmente importante para que el color no agobie. ¿Cómo funciona? Elige un color dominante y aplícalo en las paredes (ocupará el 60% del espacio). Para darle el contrapunto, elige un segundo color para sofá y alfombra (30%) y un tercero para los complementos (10%). ¿Quieres saber más sobre esta regla? Entra aquí.

14.

¿Colores vivos? En el mobiliario y los complementos

No tienes por qué renunciar a colores vivos que te gustan por el hecho de tener una casa pequeña. El truco está en no utilizarlos en las paredes pero sí en piezas concretas o bien en textiles. Conseguirás ese toque de color que buscas pero sin que las paredes se te caigan encima. 

No hay que tenerle miedo al color. Aunque no estés muy seguro, puedes arriesgarte porque, si al final no te convence, en un solo día puedes volver a cambiarle el color a las paredes sin gastar mucho dinero en ello.

Juega con los acentos de color

Está más que demostrado que pintar un espacio pequeño con colores claros, sobre todo blancos, hace que este se perciba más amplio. Pero también ayuda jugar con los acentos de color. Al elegir un tono vivo para una pieza o incluso una pared, provocas que la vista se fije en ello y no en las dimensiones reales del espacio, lo cual disimula la falta de metros.

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