Convertir un piso alargado y de dimensiones ajustadas en un refugio cálido, funcional y lleno de carácter, no es tarea fácil. Sin embargo, el estudio de Júlia Brunet lo ha conseguido con maestría en esta vivienda de tan solo 65 metros cuadrados ubicada en Barcelona. El proyecto es un ejemplo brillante de cómo la luz natural, una paleta cromática coherente y una cuidada elección de materiales, pueden transformar por completo un espacio complejo. La planta, marcadamente longitudinal, ha pasado de ser un obstáculo a convertirse en el hilo conductor de un hogar fluido y lleno de personalidad.

Para verlo con más detalles, recorremos cada uno de sus espacios - de la zona de día con salón y cocina abiertos hasta el dormitorio y el baño que marca las tendencias más actuales - para descubrir cómo el diseño a medida, las piezas icónicas y los gestos arquitectónicos, como un arco de medio punto o puertas con aperturas superiores, dotan al conjunto de cohesión y armonía. 

Así, el trabajo de Júlia va más allá de lo estético. La interiorista plantea una vivienda que se vive desde la comodidad, la luz y la conexión visual entre espacios, donde cada rincón ha sido pensado con sensibilidad y sentido del lugar. ¡Vamos a verlo!

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