Un edificio típico de los años setenta y su ubicación privilegiada en el centro de Sevilla, no ha sido suficiente para que una de sus viviendas pudiera escapar de una reforma. Javier Serrano e Isabel Gómez, del estudio Baum Arquitectura, han afrontado el reto de dar una nueva vida a una casa de unos 70 metros cuadrados que necesitaba volver a adaptarse a las necesidades de la familia propietaria. Y así lo han hecho, dando lugar a un hogar organizado, cómodo y luminoso.

Para conseguirlo, la distribución de las estancias se ha mantenido, pero ha pasado a eliminarse las particiones interiores con el fin de ampliar y conectar visualmente los espacios. Después de dar a la vivienda esta nueva imagen, el siguiente paso era decorarla. El material protagonista en cada uno de los espacios ha sido la madera de roble, dotándola de calidez, equilibrio y homogeneidad. Así, esta casa con salón abierto a la cocina, baño con ducha y dos dormitorios, ahora está irreconocible, pero sin duda, ha merecido la pena. ¿Quieres verla? ¡Adelante!

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1.

Antes: un vestíbulo dejado

Un vestíbulo vacío y dejado.

Un vestíbulo vacío que actúa como pasillo.

Baum Arquitectura

El vestíbulo o recibidor es la primera imagen de nuestra casa. Con solo ver esta zona, podemos intuir cómo son los propietarios e incluso algunas características de su personalidad. Por esa razón, este vestíbulo necesitaba un giro radical en su decoración, ya que estaba viejo y dejado.

2.

Después: un recibidor muy acogedor, práctico y sencillo

Vestíbulo acogedor.

Vestíbulo con decoración de Vitra.

Javier Orive

La entrada a la vivienda ahora está acompañada por un mueble equipado que actúa como recibidor, almacenaje e incluso estantería decorativa. Todo ello optimizando el espacio y haciendo de su decoración sencilla, un acceso acogedor.

3.

Antes: un salón viejo e inutilizable

Salón muy viejo, vacío y sin vida.

Salón muy viejo, vacío y sin vida.

Baum Arquitectura

El salón de la casa era oscuro y estaba muy viejo. No desprendía calidez, todo lo contrario. Al ser una zona común y espacio para recibir visitas, era muy importante hacerlo muy hogareño y acogedor.

4.

Después: un salón luminoso con estilo propio

Un salón con mucho estilo y atemporal.

Salón con lámpara de pie de Santa&Cole, lámpara de mesa de Menu, sofá de Tapidisseny y aparador de Teulat.

Javier Orive

La zona del salón (o la zona de día) también se compone de terraza, comedor y cocina, ya que todos estos espacios están comunicados y abiertos entre sí. En este caso, nos fijamos que el salón ahora adquiere un estilo decorativo muy personal y atemporal. 

5.

Antes: una cocina separada del salón

Cocina independiente y separada del salón.

Cocina independiente y separada del salón.

Baum Arquitectura

La cocina era una estancia independiente y separada del salón. Esto hacía que fuese mucho más oscura, cuando realmente en la cocina lo bonito es contar con mucha luz natural. 

6.

Después: una cocina con barra abierta al salón con comedor

Cocina en tonos grises abierta al salón y muy luminosa.

Cocina con taburetes de Hay y comedor con mesa de BaumLab & CalventeDesign y sillas de Carl Hansen & Sons.

Javier Orive

La cocina se abre al salón a través de una 'caja gris' que marca el umbral de paso con la península de trabajo. Una caja que se replica en su pared enfrentada, integrando las ventanas con carpintería de tono similar y varios espacios de almacenamiento.

7.

Antes: una cocina tradicional repleta de trastos y viejas baldosas

Cocina vieja con muchos armarios y trastos.

Cocina vieja con muchos armarios y trastos.

Baum Arquitectura

La cocina cuenta con un espacio útil al que había que sacar partido para dejarla bonita y con un estilo más moderno y actual. Antes estaba llena de trastos encima de los muebles y de muchos armarios. ¿El resultado? ¡Mira la siguiente foto!

8.

Después: una cocina muy moderna y lujosa

Una cocina con península muy moderna.

Una cocina con península muy moderna.

Javier Orive

Adentrándonos más en la cocina, descubrimos que se trata de un espacio muy moderno y sofisticado que contrasta a la perfección con los tonos neutros del salón. 

9.

Antes: un baño viejo y anticuado

Un baño con bañera muy viejo.

Un baño con bañera muy viejo.

Baum Arquitectura

El antiguo baño contaba con bañera, lo que lo hacía poco práctico y antiestético porque era muy vieja, al igual que los espejos con armario de encima del lavabo.

10.

Después: un baño muy práctico, estiloso y decorado en tonos blancos

Un baño en tonos blancos y muy oxigenado.

Baño con lavabo de Nuovo, mueble de lavabo de NaumLab, inodoro de Geberit.

Javier Orive

La vivienda dispone de un solo baño. Por ello, dentro de sus reducidas dimensiones, se ha pensado cada detalle del mismo para que sea lo más práctico posible. El mueble del lavabo cuenta con un almacenaje perfecto para guardar los productos personales, la zona del lavabo también es amplia para su uso diario y la ducha muy cómoda para hacerlo sin agobio por falta de espacio.

11.

Antes: un dormitorio principal descuidado y hortera

Un dormitorio principal cuya decoración no estaba cuidada.

Dormitorio principal viejo y con decoración fea sin ningún sentido ni equilibrio.

Baum Arquitectura

El dormitorio principal carecía de gusto decorativo. Era muy viejo y los detalles no estaban cuidados, ni había armonía o equilibrio entre ellos: la pared pintada de fucsia con ese suelo antiguo, el cabecero de botones en blanco con las mantas viejas....

12.

Después: un dormitorio con todo detalle

Un dormitorio muy equipado al que no le falta detalle.

Dormitorio con cabecero y mesas de noche de BaumLab, lámpara de mesa de Flos, apliques colgantes del techo de Marset.

Javier Orive

La cama, el cabecero y las mesillas de noche se interpretan como un único elemento en el que, de nuevo, el material predominante es la madera de roble. Con espacio de almacenaje en mesillas, armario empotrado y estanterías integradas, a este dormitorio principal no le falta detalle.

13.

Antes: un dormitorio abandonado y desangelado

Un dormitorio secundario viejo y abandonado.

Un dormitorio de invitados viejo y abandonado.

Baum Arquitectura

A veces una imagen dice más que mil palabras. En este caso, se ve a la perfección que este dormitorio estaba completamente abandonado y con muebles muy viejos y deteriorados.

14.

Después: un tranquilo espacio de trabajo súper equipado

Dormitorio secundario como zona de trabajo.

Dormitorio con butaca de Vitra y lámpara de mesa de Santa&Cole.

Javier Orive

El dormitorio secundario se ha adaptado a un espacio de trabajo que inspira calma y tranquilidad, los dos ingredientes necesarios para una máxima concentración y óptimo rendimiento. Así de bonito ha quedado.