Muy cerca de Santiago de Compostela (Galicia), descubrimos un rincón de ensueño donde la tradición se fusiona con la naturaleza: es la casa de Sandra Molina, ganadora del concurso "Las mejores casas de las lectoras", que cumplió su sueño y construyó un lugar de descanso junto a su familia, lejos del ruido de Barcelona. Amantes del buen vino y la vida de campo, su nuevo hogar tiene todo lo que necesitan: una preciosa casita de piedra decorada al más puro estilo campestre, en un entorno idílico donde se respira paz. ¡Entramos!

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1.

La familia Molina en sus viñedos

Familia lectora galicia.

Sandra con su familia: de izda. a dcha., su hija Greta (15), su marido Santi y sus hijos Nico (17), Bruno (22) y Jan (20).

El Mueble

"Somos de Barcelona, pero mi suegra es gallega y la familia tiene casa en Galicia. Solíamos venir cada verano hasta este pueblo, el último de la Denominación de Origen Rías Baixas. Es una tierra de viñedos y, hace unos años, mi marido se animó con el tema del vino. Nos decidimos a comprar un terreno junto a la casa de mis suegros, en principio, solo para vendimiar", nos cuenta la familia.

Sin embargo, al rehabilitar la casa de piedras en ruinas que se ubicaba en la finca, se dieron cuenta de que arriba había espacio para una vivienda. Así fue dejaron atrás la idea de simplemente transformarla en bodega, ¡y se liaron la manta a la cabeza!

2.

Un recibidor que marca la pauta a una casa con carácter

Recibidor con paredes de piedras estilo rústico.

Las puertas tipo estable son obra de un carpintero local. Interruptores, de Fontini. Alfombra, de Carolina Blue Barcelona.

El Mueble

En la entrada, nos recibe una preciosa alacena con look rústico que la lectora personalizó con pintura a la tiza. Los adornos de comercio local están por todos lados, y son una clara declaración de intenciones de una casa con alma: tanto los sombreros de fibra que decoran la escalera como la silla de enea son artesanales, confeccionadas en el pueblo.

3.

Una zona de estar que invita al descanso

Comedor con salón al fondo de estilo rústico.

Mesa de Maisons du Monde: encima, plaid de Nomad Shop. Sillas de El Corte Inglés.

El Mueble

El salón comedor es un espacio diáfano encabezado por una pared de piedra, que define mucho el look de casa de pueblo. Los colores son suaves y claros, de un tono arena, más cálido que el blanco, y que combina de forma más orgánica con la piedra natural. La madera está por doquier: en el juego de mesa del comedor, la consola del salón, el mueble aparador que divide los ambientes... todo en esta casa respira calidez.

4.

Un remanso de paz con vistas al viñedo

Salón con vigas, pared de piedra y chimenea estilo rústico.

Mesa de centro de Maisons du Monde, butacas y alfombra de IKEA, y estores de Leroy Merlin.

El Mueble

Para levantar la casa, se llevó a cabo una reconstrucción completa de la estructura original. De hecho, ¡no tenía techo! Por lo que tuvieron que hacerlo desde cero, y se decantaron por las vigas de madera blanca. "Nos inspiramos en El Mueble y sus casas de campo, porque nuestro piso en Barcelona es muy urbano y nos apetecía algo más campestre. Buscamos artesanos y materiales naturales autóctonos de Galicia", apunta Sandra. El carpintero, por ejemplo, es de la aldea vecina.

Nada más atravesar el umbral, nuestra mirada se dirige a las impresionantes vistas a la viña, que convierten al salón y la planta baja en todo un oasis para desconectar, ¡tal y como querían sus propietarios! 

5.

Un comedor acogedor para compartir largas sobremesas

Comedor y cocina rústico con mesa redonda.

Mesa de Maisons du Monde. Sillas de El Corte Inglés. Lámpara de techo antigua, pintada y con pantallas nuevas.

El Mueble

Sandra ha cuidado cada detalle: las puertas partidas, como de establo, los sombreros de paja, las estufas de leña, los espejos puestos a conciencia junto al sofá, o la bonita lámpara de techo restaurada que ilumina la mesa del comedor. Esta, redonda con seis sillas, encaja perfectamente en el espacio y está decorada con un ramo de flores, siempre. ¡Eso sí! En esta casa no se compran flores: se cogen directamente del campo.

6.

El azul no siempre tiene que ser frío

Cocina azul con techo con vigas de estilo rústico.

Mobiliario de IKEA, azulejos de Natucer, encimera de madera a medida. Taburetes de Zara Home.

El Mueble

"Sabía que quería una cocina abierta sí o sí. Me gusta de color, me parece más cálida que una blanca, con tiradores dorados, que marcan mucho, y una encimera de madera de castaño", nos cuenta Sandra. Y fue todo un acierto: el color arropa muy bien el espacio, y lo distingue del salón-comedor.

7.

El toque natural que lo inunda todo

Pasillo con paredes de piedras hacia el dormitorio

Mueble de madera y rejilla de Casa Shop. Lámpara de techo de IKEA. Caja de fibra natural de Zara Home.

El Mueble

El look natural de paredes con piedra a la vista invade toda la casa: desde los pasillos hasta los dormitorios, y se ve reforzado por muebles y complementos en fibras y colores naturales. En este caso, compone la antesala perfecta para un dormitorio espectacular... ¿entramos?

8.

La calidez de la madera y las flores

Dormitorio rústico con pared de piedra y papel pintado.

Cabecero, de El Corte Inglés. Papel pintado de Leroy Merlin. Banco de madera de CasaShop.

El Mueble

En el dormitorio, nos vamos más a un tono verdoso del papel pintado, en sintonía con la carpintería pintada en verde agua. Ese es el color que en realidad predomina, aunque en Galicia, nos cuenta Sandra, no se ve mucho... Todo respira un aire romántico, con las flores que visten la pared principal y la ropa de cama, a juego con el toque fresco del coral y el verde oliva lavado. El cabecero de ratán refuerza la calidez, y el ventanal da paso a una luz espectacular y a unas vistan aún mejores...

9.

La lectora Sandra en su casa

Lectora de Galicia en su casa

Sandra posa en las escaleras del recibidor.

El Mueble

Con esta casa, Sandra ha cumplido su sueño: construir un hogar de estilo rústico para disfrutar con su familiar, y elaborar su propio vino en un lugar de lo más idílico.