¡Tan Hamptons!

Estas vacaciones querría estar en... la casa de Katharine Hepburn

Estos días de descanso me tumbaría a sentir el olor del césped mojado y a notar la brisa en la cara en un porche como este. Este hogar es de película, ¿por qué no soñamos un ratito con entrar en él?

Actualizado a 09 de enero de 2019, 13:29

En vacaciones, nos gusta soñar con meternos en una película. La que yo me monto estos días tiene aromas de playa, aires de descanso, pies descalzos y de mirar de reojo al mar con un libro en la mano, a la espera del verano. Y mira qué casualidad, el que fuera el hogar de Katharine Hepburn me vendría de perlas. ¡10 Mohegan Ave se vende!

Por supuesto que no lo puedo pagar, ¿pero a quién le importa? De momento, viajo sólo con mirar las fotografías, y os invito a que nos inspiremos en ellas, porque el look de la propiedad es toda una invitación a dejar la mente en blanco, a ser felices en esas casas de película que transcurren en Los Hamptons y donde nos querríamos meter ¡ya!

Antes de seguir, quiero contaros algo que creo que hay que saber: Katharine Hepburn AMABA esta casa en Old Saybrook, Connecticut, que fue construida por su familia en 1913. Para la actriz, esta vivienda fue una de sus pasiones, y aunque el Gran Huracán de Nueva Inglaterra la destruyó en 1938, ella (tozuda como dicen que era) se empecinó en reconstruirla, y en un año lo consiguió. Vivió ahí hasta que murió, a los 96 años, en 2003. ¿No os parece maravilloso ese amor a una casa?

Rodeada por el mar y por un maravilloso paisaje natural, la casa cuenta con un estanque y un muelle privados, ¡tan de película! Y fijémonos bien, porque hay muy poquitos colores en juego. Prácticamente sólo blanco y azul, muy marinero. Y sus suelos y paredes blancos (que la actriz quiso poner así porque le parecían "elegantes") vienen a decirnos que no sólo a las casas pequeñas les conviene el blanco, sino que este color es bueno para todas las viviendas. Da luz, amplitud, ¡pero también relaja! ¿Y no es eso lo que deseamos en vacaciones?

Estos días de descanso también querría cocinar bizcochos en esa gran cocina. Blanca, por supuesto, no le falta nada, y tiene el mismo suelo que el resto de la casa, más integrado. Eso sí, la lámpara no me va. Pondría una tipo cestos, de esas tan naturales que se llevan ahora. De paso, en plan me-olvido-de-todo, me daría al DiY y pintaría los taburetes y los muebles que veo de madera con chalk paint. Para darle el toque más actual, ¡quedarían tan bonitos! Lo mismo haría con unos azulejos que veo al fondo, cada vez me dan más pereza (parece que los interioristas me están comiendo la cabeza con que ya no se usan).

Y creo que uno puede ser muy, muy feliz, comiendo o merendando o viendo atardecer en ese comedor acristalado, disfrutando con los amigos en esa gran mesa de campo. ¡Qué tendrán las mesas grandes que nos seducen! Será la añoranza de las grandes familias al completo, de días en familia compartidos...

También, simplemente, me conformaría con un libro en la mano en las tumbonas que tan sabiamente han puesto en las ventanas. Son sólo unos cojines y una colchoneta, en tonos suaves, claro. Todo blanquito y con unos leves toques de azul. ¡Mirad qué facil y qué bien quedan! Y qué relajantes...

(Los que tengáis ganas de ver la casa completa podéis verla bien en este vídeo:)

Ese es mi sueño de vacaciones... ¿Cuál es el vuestro?

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