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1.

Deja el espacio adecuado

Se trata de que tanto la vajilla como la cristalería sea accesible para que sacar cualquier pieza no conlleve un gran esfuerzo. Entre el último plato o vaso deben quedar al menos 10 cm hasta el estante superior.

 

2.

En alacenas

Son muebles específicamente diseñados para guardar y organizar platos, otras piezas de la vajilla, menaje en general y copas y vasos. Como suelen tener puertas de cristal, coloca tras ellas las piezas más bonitas y reserva las menos vistosas para la zona de almacenaje con puertas opacas. ¿Quieres customizar una alacena? Clica aquí.

3.

En vitrinas

Son muebles con puertas de cristal, bien que apoyan en el suelo con puertas de de arriba a abajo o módulos colgados. Deja los platos a la altura de los brazos, y guarda vasos y copas, más ligeros, en los estantes más altos. Mobiliario de madera de cerezo de Bulthaup en Santa & Cole.

4.

Copas y vasos a la vista en hileras y por tipos

Cuando la cristalería quede a la vista, organiza vasos y copas de pie en filas y por tipos. Es decir, todas las copas de champán juntas, las de vino con las de vino, los vasos iguales juntos… Es un buen sistema para localizar lo que buscas aún cuando no queden expuestos a la vista. Deja medio centímetro entre cada pieza.

5.

Las copas más grandes y altas al fondo

Para organizar copas, vasos, jarras y tazas hazlo por tamaño, las más altas y grandes al fondo ya que con las pequeñas delante, tendrás hueco para sacarlas con cuidado.

6.

Nada de guardar en torres inestables

No apiles bajo el lema “cuanto más alto, mejor”. Esto solo puede darte disgustos si hablamos de platos, vasos y copas.

7.

Sí a los ganchos

Puedes instalarlos dentro del mueble, en la base de un estante, para colgar tazas. Vajilla de la Cartuja de Sevilla.

8.

Colgadores específicos para copas

Se colocan también en la base de un estante y permiten organizar las copas boca abajo por el pie. De esta manera siempre están ventiladas y es difícil que se caigan. ¿Sabías que las copas, si están apoyadas, se deben guardar siempre de pie?

9.

El juego de café

Así como los vasos no se deben apilar porque pueden estropearse, las tazas de café, si no tienes más remedio, puedes apilarlas de dos en dos, haciéndolas encajar una sobre otra ligeramente. Aunque mejor, cada una sobre su plato.

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Los platos apilados por tamaño

De postre, lisos y hondos con sus respectivos. Mejor en una torre de mayor a menor tamaño, aunque es preferible separarlos por tipo para que sea fácil acceder a los de abajo. Aparador con vitrina de Asitrade en Sleeping Company.

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La vajilla en una gaveta con separadores

Si guardas los platos en un cajón gavetero en la cocina, es mejor que utilices separadores para evitar que choquen entre sí cuando abras y cierres el cajón. Así no se desportillarán con facilidad. Haz montones por tamaño de platos.

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Pequeñas piezas de menaje como cuencos

Recipientes pequeños como tazones o cuencos puedes apilarlos para ganar espacio dentro del mueble donde los guardes pero es preferible colocar entre ellos un trozo de papel o plástico protector para no marcarlos.

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Las fuentes al fondo

Las fuentes puedes colocarlas de pie al fondo del mueble. Quedarán “sujetas” por los platos que coloques delante. Si además las guardas en una vitrina con puertas de cristal, decorarán.

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Preserva platos y vasos del polvo

Siempre es preferible que el menaje esté guardado en muebles donde no queden expuestos al polvo. Sobre todo si se trata de piezas que no usas a diario. En estantes, solo esas tazas que lavas cada día.

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Vajilla en plateros

Son prácticos porque dejan los platos a la vista, pero deberás colocar solo la vajilla que uses a diario o aquellas piezas que quieres lucir a modo de colección.

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Un paño suave para eliminar el polvo

Aunque tengas la vajilla y la cristalería guardada en una vitrina, alacena o aparador cerrados, antes de colocarlos en la mesa pasa un paño suave para eliminar el polvo que se haya podido acumular si llevas un tiempo sin usarlas.

 

Ahora que ya sabes todos los trucos para organizar tu vajilla y cristalería en los muebles de la cocina, del comedor o del salón, demos un paso más. Si tu vasos y copas están en un estante abierto o en un mueble o vitrina con puertas de cristal es importante que estén bien relucientes. Hay muchos trucos para limpiar la cocina y también tu vajilla. Con estos la dejarás impecable. 

1. Mejor lava la cristalería a mano

Siempre que puedas lava copas y vasos a mano, alargarás su vida.

2. Cuidado con la posición en el lavavajillas

Si lavas en el lavavajillas la cristalería asegúrate de colocarlas en lugares donde no queden demasiado apretadas unas copas con otras ni que puedan moverse cuando comience el ciclo de lavado.

3. ¿Detalles metalizados? Nada de lavavajillas

Si las copas o vasos tienen detalles dorados o plateados como filos evita el lavavajillas porque los daña.

4. Manchas blancas

Para eliminar esas manchas blancas que aparecen con el tiempo, sobre todo cuando copas y vasos se meten en el lavavajillas, lava con agua tibia y aclara con un chorro de vinagre para devolverles el brillo.

5. Seca tus copas y vasos al aire

Es mejor dejar secar las copas al aire unos minutos y rematar con un paño de microfibra suave para evitar que queden pelusas y marcas de gotas.

6. Ojo con los cambios bruscos de temperatura en la cristalería

Nunca dejes las copas sobre superficies frías (una vez lavadas con agua tibia) puesto que los cristales más finos y delicados pueden quebrarse.

7. Nada de apilar copas

Las copas no deben estar nunca apiladas una sobre otras ya que su cristal es muy delicado y se rompe con facilidad.

8. Lavar aunque no se use

Si tienes cristalería que no usas con frecuencia, aún así, debes lavarla cada tres meses para mantener siempre su brillo.

Consejos para mantener la vajilla impecable

  • Fíjate siempre en las indicaciones para saber si los platos se pueden meter en el microondas y en el lavavajillas.
  • Intenta no arrastrar un plato sobre otro para evitar arañar la superficie.
  • Si metes la vajilla en el lavavajillas y no lo vas a poner inmediatamente, enjuaga los platos primero. La cantidad de detergente que uses también debe ser la correcta para evitar manchas.
  • Usa paños que no suelten pelusa para secar los platos.
  • Con el tiempo, las vajillas de porcelana blancas adquieren un tono amarillento. Para eliminarlo, introduce con cuidado los platos en agua con unas gotas de amoniaco, déjalas unos minutos y lava.
  • Si lo que ocurre es que ves que tus platos han perdido su brillo, enjuágalos con agua y unas gotas de limón. ¡Quedarán como nuevos!