1 /11

1.

Si el mueble no te gusta, ¡píntalo!

 Sé creativo y juega a los contrastes. Oscuro por dentro, claro por fuera. Con una vajilla clarita, quedará como un marco.

2.

Si el mueble y su madera te gustan, decápalo

Foto: Instagram

Así ha hecho Federicaandco en este hermoso mueble que ha pintado y decapado, donde mezcla vajillas y alturas. ¡Lo queremos ya!

3.

Intégralo

 Si no tienes (o no quieres) un mueble extra, puedes integrar tu vajillero en tu comedor y sus estanterías. ¡O aprovecha una librería y ponle la vajilla! Con una cortina como en la foto, ¡lo tienes!

4.

Usa papeles pintados o telas

Son bonitos y divertidos. Para forrar tu vajillero, recurre a telas con estampados ni muy pequeños ni muy grandes. Aunque en este caso el estampado era tan especial que vale la pena resaltarlo.

5.

Crea bloques de volúmenes

. Que los platos estén todos en una zona y se genere como una línea. Incluso de diferentes tamaños, con platos pequeños encima queda bonito y alegre. El vajillero de la foto, por cierto, está empotrado y se disimula con el resto de la decoración.

6.

Las tazas, ordenadas-desordenadas

 Puedes ponerlas dentro con ganchitos para que cuelguen, pero un estilo divertido y vital es amontonarlas. 

7.

Mezcla teteras diferentes

 De colores y tamaños variados, aportan el toque de elegancia (aunque sean modernas, urbanas, diferentes) a tu mueble. Anímate también con los boles. ¡De diferentes tamaños! Lo redondo aporta gracia. 

8.

Juega con las alturas de la vajilla

No temas la variedad. Tendrás piezas, platos, tazas, teteras, que darán una altura u otra, pero no busques la uniformidad. Se lleva mezclar y también el punto vital. 

9.

Sé coherente con el color

 Si apuestas por un color base, que haya toques en la misma gama, pero que no resulte estridente. ¡Y no temas meterle una planta!

10.

Atrévete

 Pon velas, ¡por qué no! Aportan el toque sugerente, romántico... y si son aromáticas te darán un poco de olor.

11.

Y más detalles...

Quién dice velas dice objetos y adornos navideños vistosos. Tu toque personal, ¡el que a ti te dé felicidad!

Llamadnos abuelas, pero los vajilleros vuelven. ¡Hurra! Y lo hacen con toda su fuerza, porque la realidad es que nunca, pero nunca, debieron irse. ¿No nos recuerdan acaso la belleza de las cosas pequeñas, la perfección de una armoniosa hora del té o de una mesa bien puesta? Decimos sí a las meriendas de siempre, ¡sí a las cosas bonitas!

Con ayuda de nuestras amigas las interiorista Mónica Klamburg y Cuca Arraut, hemos diseñado este decálogo infalible para que elijas el estilo y acabados que más va contigo.