10 flores arbustivas muy fáciles de cultivar que son perfectas para alegrar tu jardín

Si estás pensando en incluir en la estructura de cultivos de tu jardín una especie arbustiva con flor, el rosal es una de tus mejores opciones, siempre que se den las condiciones adecuadas para esta planta. Los rosales son arbustos sencillos de cuidar y, además, encuentras una gran cantidad de variedades adecuadas.

Estas flores arbustivas aparecen en primavera, llenando el ambiente de un delicado aroma y de belleza. Planta los rosales a pleno sol, de modo que reciban al menos 6 horas de luz al día, y no los pongas demasiado cerca unos de otros, o de otras plantas. Necesitan su espacio. 

A la hora regar los rosales debes hacerlo de forma abundante, para que el agua llegue a sus raíces que son profundas.

El lilo (Syringa vulgaris) es un arbusto que siempre merece la pena plantar en el jardín, debido a su espectacular floración de rico perfume capaz de atraer a los insectos polinizadores. Las lilas, grandes flores de color malva o morado como su propio nombre indica, surgen en primavera convirtiendo esta planta en un arbusto ornamental de primera. 

A la hora de regarlo, y para evitar que pase sed, procura que el sustrato de la planta esté siempre húmedo, pero sin que llegue a encharcarse.

Con el durillo (Viburnum tinus) no fallarás. Esta flor arbustiva es resistente, robusta y de cuidados sencillos, lo que merece la pena especialmente si no tienes muchas experiencia como jardinero. El durillo soporta el frío, las temperaturas extremas y las heladas. Para crecer necesita luz solar y un riego moderado. Se trata de una planta de floración invernal. Las flores blancas del durillo aparecen en torno al mes de febrero y duran hasta finales de marzo. 

Es el arbusto perfecto para zonas de clima mediterráneo, en los que abundan las altas temperaturas y puede darse cierta sequía. La adelfa (Nerium oleander), muy resistente, florece de mayo a agosto llenando el espacio de flores muy bellas que, sin embargo, son tóxicas. Todas las partes de la adelfa son tóxicas, por lo que no es una opción recomendable si tienes niños pequeños o mascotas. La adelfa necesita luz y riego moderado. 

Esta flor arbustiva de color rojizo es originaria de China y ama los climas tropicales y cálidos, aunque se adapta bien a las zonas mediterráneas. El Hibisco (Hibiscus rosa-sinensis) puede cultivarse en espacios de sombra parcial, aunque florecerá mejor a pleno sol. 

Necesita un suelo rico en materia orgánica y con buen drenaje. Riégala de forma abundante una vez a la semana en verano, y reduce la pauta de riego en invierno, época en la que necesita poca agua.

El verdadero encanto de la budleia (Buddleia davidii) son sus flores grandes, con forma de racimo y de un intenso color púrpura. Aparecen en verano y atraen a las mariposas y a otros insectos polinizadores, contribuyendo a la biodiversidad del entorno. Por ello, y por su belleza, es buena idea plantarlo a pleno sol en el jardín, si vives en una zona de clima cálido. Es importante proporcionar al hibisco un riego regular y abundante, sobre todo en verano.

La camelia (Camellia japonica) es un arbusto de flores espectaculares, grandes y con bellísimas tonalidades, que aparecen en otoño y duran hasta la primavera haciendo gala de una floración invernal larga y abundante. Para crecer felices y contentas las camelias necesitan un clima húmedo. Esta flor arbustiva de hoja perenne es una planta acidófila, que has de regar con agua blanda

Esta planta arbustiva resistente y fácil de cultivar puede alcanzar entre 1 y 3 metros de altura. Crece tanto a pleno sol como en sombra parcial, aunque para florecer en todo su esplendor necesita una buena dosis de luminosidad.

Las flores acampanadas de la abelia (Abelia x grandiflora) hacen gala de unos preciosos tonos rosados, rojizos y anaranjados. Aparecen al inicio de la primavera y duran hasta que se termina el otoño.

Las grandes flores arbustivas de la hortensia (Hydrangea macrophylla) hacen gala de una belleza espectacular, y de un variado abanico de colores que oscilan entre los tonos lilas, rosados, azulados y blancos. 

La floración comienza en primavera y dura hasta bien acabado el otoño. Esta planta ama los climas húmedos, como el del Norte de España donde es muy típica. Como la camelia, es una especie acidófila que crece bien en suelos ácidos y que necesita ser regada con agua blanda libre de cal.