En los últimos años, el Feng Shui ha experimentado una crecida en su popularidad. Cada vez son más las personas que se dejan llevar por los principios de esta filosofía, intentando así mantener una buena energía en sus hogares. Por eso, si estás al tanto de cuáles son, sabrás que la ubicación de los elementos arquitectónicos no es una cuestión menor, especialmente cuando hablamos de cómo fluye la energía - o chi - en una habitación.
Uno de los errores más comunes, y al mismo tiempo más sutiles, es situar una puerta justo enfrente de una ventana. Aunque pueda parecer una cuestión inofensiva de diseño, los expertos en este arte aseguran que esta disposición afecta directamente al bienestar de quienes habitan el espacio. Tal como explica el maestro chino Lam Kam Chuen, experto en Feng Shui, en su libro 'La ciencia china del Feng Shui: Cómo crear hogares y edificios saludables', si una puerta se halla justo en frente de una ventana, "la energía que entra en la habitación la atravesará en línea recta y saldrá por la otra apertura".
Es decir, el chi entra y sale sin detenerse, sin recorrer ni nutrir el espacio, como si el ambiente estuviera siendo atravesado por una ráfaga invisible. ¿El resultado? Una habitación en la que el flujo energético es tan directo que puede provocar incomodidad o desasosiego. "Una persona sentada en medio de la corriente probablemente se sienta incómoda", advierte el autor.
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La importancia de la ubicación de las puertas y ventanas en nuestras estancias
El experto detalla varias configuraciones posibles entre puertas y ventanas, y cómo afectan al ambiente. Si ambos elementos están abiertos, el flujo energético será intenso, demasiado fuerte. En cambio, "si la puerta está cerrada y la ventana también, o las cortinas echadas, se bloqueará la circulación de la energía". Ni tanto, ni tan poco: el equilibrio ideal está en permitir que el chi fluya, pero sin atropellos ni obstrucciones.

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¿Y las estancias con una sola puerta y sin ventanas?
Un caso especialmente delicado es el de las estancias con una sola puerta y sin ventanas. Según este enfoque, "la corriente energética solo cuenta con un punto de entrada y salida. La energía vuelve al punto original de entrada, creando una constante sensación de confusión y competencia entre las fuerzas cercanas a la puerta". Por eso, este tipo de distribución puede provocar una atmósfera de tensión o agitación, incluso si estéticamente el espacio resulta agradable.

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Un buen ejemplo de flujo y energía: puerta y ventana en el mismo lado
No todas las configuraciones son desfavorables. Cuando puerta y ventana se encuentran en el mismo lado, la energía circula con mayor calma, "formando una curva característica, la energía entra en la sala por la puerta o la ventana y circula por la periferia del espacio en busca de una salida", explica. En este caso, una persona situada en el recorrido de esa curva notará una agradable sensación de frescor. Sin embargo, "una persona al otro lado de la sala podrá notar falta de vitalidad en el ambiente", al no estar atravesada por el flujo del chi.

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El equilibrio ideal: cómo aprovechar los puntos de entrada y salida
La situación ideal, según este experto, se da cuando una estancia cuenta con tres puntos de entrada y salida - ya sean puertas o ventanas -, lo que permite una circulación más orgánica y completa. En estos casos, "la energía se introduce por la entrada principal. Parte de ella da vueltas y abandona la sala por la salida más cercana. Otra parte describe un círculo por toda la sala y la abandona por la salida más alejada de la puerta". Este flujo diverso genera una atmósfera equilibrada y estimulante.
En habitaciones con esta configuración, el experto recomienda aprovechar una esquina como zona de descanso, lectura o reunión. "El lugar mejor de esta sala es una esquina, ideal como principal área para sentarse", ya que ahí el flujo de energía se estabiliza sin ser excesivamente activo ni estancado. Aun así, aclara que "el flujo energético en la mayor parte de la sala ya es armonioso", lo que favorece el bienestar general.

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Otros consejos de Feng Shui relacionados con puertas y ventanas
- Evita que dos puertas se enfrenten directamente: cuando dos puertas están alineadas y se miran de frente (por ejemplo, la del dormitorio y la del baño), se crea un flujo de energía demasiado rápido y directo, lo que puede generar discusiones, tensión o pérdida de energía. En Feng Shui, se recomienda desviar ese flujo usando biombos, plantas o alfombras que frenen la trayectoria.
- No coloques la cama o el escritorio justo frente a una puerta: según el Feng Shui, estar de espaldas o directamente alineado con la puerta mientras trabajas o duermes puede generar inseguridad, fatiga o estrés. Lo ideal es tener la puerta a la vista pero en diagonal, para sentirte protegido y en control del espacio.
- Mantén las ventanas limpias y en buen estado: las ventanas representan los ojos del hogar y son clave para dejar entrar la luz, la energía positiva y la claridad mental. En Feng Shui, unas ventanas sucias, rotas o bloqueadas por objetos impiden que la energía fluya correctamente y pueden generar sensación de estancamiento o desánimo en quienes habitan la casa.
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