Segundas oportunidades

12 cosas que puedes reutilizar de tu casa y no lo sabías

Con pequeñas acciones y grandes ideas es posible limitar la cantidad de residuos que generamos todos los días. Descubre de qué forma tan sencilla, incluso decorativa, puedes ayudar a nuestro planeta.

Revistas y catálogos o folletos

Echa un vistazo a todo lo que tienes en casa. Seguro que, aunque seas aficionada a las enseñanzas de Marie Kondo, aún puedes hacer algo más por dar un segundo uso a muchas de tus cosas o residuos que piensas que no valen para nada. Hemos elaborado una lista de todo lo que puedes reutilizar de casa y, además, cómo hacerlo.

1. Los posos del café

¿Sabías que los restos de café que quedan en el filtro de tu cafetera son un magnífico abono para tus plantas? Además de ser ricos en nitrógeno y fósforo, ayudan a retener el agua y mejorar el drenaje. Así que, una vez al mes, no dudes en añadir un poquito en la tierra de tus macetas.

También son perfectos para combatir plagas de insectos. Coloca saquitos con restos secos de café en puntos estratégicos y las hormigas no querrán entrar en tu casa. Y otro motivo para no tirarlos es que con ellos puedes preparar fantásticos exfoliantes para tu piel. Mézclalos con tu gel de ducha o con un poquito de aceite corporal y aplícatelo en la ducha, sobre la piel mojada.

2. Bolsitas de té y demás infusiones

Si eres más de té que de café, tú también tienes abono en casa. Rompe las bolsitas y vierte las hojas usadas en la tierra: aportará un pequeño plus de nutrientes a tus plantas y aumentará ligeramente la acidez del suelo.

Pero, al igual que ocurre con los posos del café, las bolsitas de infusiones se pueden reutilizar de otras maneras. Por ejemplo para eliminar olores de la nevera y, como tiene propiedades anti infamatorias, también te ayudará a lidiar con problemas de ojeras. Solo tienes que poner una bolsita de té sobre cada ojo antes de que se sequen.

3. Cepillos de dientes

Seguro que tu dentista te ha recomendado que cambies tu cepillo de dientes como mínimo cada tres meses. Pero la próxima vez que llegue el momento de renovarlo, no lo tires: utilízalo como herramienta para limpiar las juntas de los azulejos o baldosas, zonas de difícil acceso e, incluso, las suelas de las botas que tienen ranuras, donde se suele quedar el barro.

Cepillos de dientes

4. Rollos de papel higiénico

Cuando pensamos en qué reutilizar los rollos de papel higiénico, lo primero que nos viene a la cabeza es el montón de pequeños proyectos DIY que podemos hacer con los niños. Sin embargo, sus posibilidades como aliados del orden son infinitas. Agrúpalos en una caja o dentro de un cajón profundo y úsalos para organizar cables o conectores, guardar calcetines, pañuelos, ropa interior…

5. Perchas de madera

El cambio de armario es el momento perfecto, no solo para deshacernos de prendas que ya no nos ponemos, sino también para retirar esas perchas que se han quedado viejas o que desentonan con la mayoría. Pero antes de tirarlas, piensa en qué otros usos podrías darle.

Los modelos con ganchos, es decir, los especiales para faldas y pantalones, te pueden servir para colgar láminas, dibujos o fotografías y decorar con ellas las paredes, y, aunque te cueste creerlo, las específicas para chaquetas son joyeros en potencia. Solo tienes que fijar en el canto interior de la percha una serie de hembrillas o alcayatas en las que colgar collares y pendientes.

Y por cierto ¿alguna vez has utilizado una percha metálica para desatascar el desagüe? Basta con estirarla y hacer un mini gancho en uno de los extremos para acceder a la zona donde está la obstrucción.

6. Pinzas de la ropa

Del tendedero a un panel de notas, dibujos o fotos en la habitación de los niños o ¡en tu zona de trabajo! Primero, píntalas o forrarlas con cinta decorada o washi tape y, después, pégalas a una tabla de madera.

También puedes usarlas para organizar tus auriculares y evitar que el cable acabe enredándose. ¿Cómo? Abre la pinza, coloca los auriculares en la zona de abertura, enrolla el cable y sujeta el conector para que no se suelte.

7. Botes y tarros de vidrio

Te resultarán muy prácticos para organizar tu despensa, ya que en su interior podemos guardar prácticamente de todo: legumbres, arroz, pasta, frutos secos, cacao, azúcar…

Tarros de mermelada decorados con telas

Y si te gusta preparar mermeladas caseras, son los envases que necesitas para conservarlas en perfectas condiciones. Eso sí: para ello primero deberás limpiarlos muy bien y esterilizarlos al baño María. Después, decóralos como más te guste: con telas diferentes y bonitos lazos o yute si prefieres darles un look rústico. Acuérdate de identificar su contenido con delicadas etiquetas.

8. Revistas y catálogos

Sabemos lo que disfrutas con las revistas de decoración –especialmente con El Mueble– y, seguro que tienes un montón de ejemplares guardados, pero seamos prácticas: tarde o temprano, llega el momento de ser selectivas y quedarnos solo con las más recientes. ¿Y qué me dices de todos los folletos y catálogos de supermercados que, cada día, te encuentras en el buzón?

Tienes dos opciones: llevarlos al contenedor azul para su reciclaje o bien aprovecharlos como material para hacer manualidades en casa. Seguro que a tus hijos les encanta la idea.

9. Papel de periódico

Con los periódicos pasa algo parecido que con los catálogos. A menos que salga una noticia especial para nosotros o un acontecimiento que queramos recordar, lo normal es que a los dos o tres días acaben en la basura. ¿Por qué no darles un nuevo uso?

Además de reciclarlos para manualidades, puedes utilizarlo para forrar libros, envolver regalos, incluso para prensar plantas y flores con las que hacer cuadros.

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10. Botellas de cristal

Algo tan humilde como una botella de cristal puede convertirse en el mejor florero. Guarda las que tengan un diseño atractivo y quítales la etiqueta con agua caliente o con un poco de alcohol, llénalas de agua y coloca en su interior ramilletes de flores. Para potenciar la sensación de armonía, una buena idea es decorar los recipientes con bonitas etiquetas de botánica como se hizo en este caso.

11. Cajas de madera

Anímate a montar tu propia estantería con cajas recuperadas. No te preocupes si son de diferentes formas y tamaños, se trata de colocarlas con gracia y decorar los fondos con papeles pintados que te hayan sobrado de alguna reforma o con pintura en tonos coordinados.

Si entre tanta caja tienes alguna de vino con tapa corredera, resérvala para que tus hijos guarden sus muñecos (¡pueden caber todos sus SuperZings!). Otra opción es cubrir la tapa con pintura de pizarra y utilizarla para almacenar lápices y tizas.

detalle estantería hecha con cajas

12. Tazas sueltas

Si conservas piezas de menaje heredadas de tu abuela o tienes tazas con un encanto especial que se han quedado desparejadas, te proponemos rescatarlas para convertirlas en auténticos elementos decorativos. Por ejemplo, crear pequeños arreglos con un par de rosas o peonías; emplearlas como mini joyeros para dejar a la vista pendientes y pulseras, o como se hizo en este caso, hacer velas únicas.

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