Es cierto que cada año llueve menos y aquel inmenso paraguas que solías llevar lo has sustituido por uno plegable, de tamaño mini, para llevarlo en el bolso. ¿Y qué haces con él, empapado, cuando vuelves a casa? Dejarlo escurrir en el lavabo o en el plato de la ducha, con lo que te planteas ¿para qué quiero un paragüero, si apenas lo uso? Prefieres decorar el recibidor con una consola y un espejo o un cuadro en la pared y olvidarte de un objeto que pronto será un icono del diseño.
Mesa, de El Viejo Almacén Antigüedades. Lámpara de sobremesa, de La Trastienda de Doña Casilda. Cuadro, de Hänbel. Paragüero, de Bazar. Alfombra, de KP.