Con la llegada del calor son numerosos los bichitos que visitan el huerto y el jardín, aunque si realizamos un correcto cultivo ecológico, pocos nos dan problemas hasta el punto de convertirse en parásitos o plagas. Entre los más insidiosos cuando el clima no resulta propicio o cuando abusamos de abonos nitrogenados, están... ¡los pulgones!
Existen diversas especies de pulgones, pero todos se caracterizan por ser dípteros chupadores que parasitan los brotes tiernos de las plantas, “drenan” el exceso de nitrógeno, exudando los azúcares restantes y debilitan considerablemente la planta, bloqueando su desarrollo y su producción incluso hasta el punto de hacerla perecer. Para evitarlo, existen diversas opciones naturales de control de los pulgones:
Vigilar el nitrógeno: entre los métodos de control de los ataques de pulgones, el más efectivo es ofrecer una tierra fértil a nuestras plantas, abonando con compost bien descompuesto y equilibrado, y sobre todo no abusar de abonos nitrogenados ni usar abonos químicos solubles.
Ajo: cuando los pulgones hacen acto de presencia en masa, podemos empezar su control mojando las plantas con extracto de ajos y agua –tres dientes de ajo machacados por litro–. Esta mezcla no solo es un repelente parasitario, sino que actúa como reforzante de las plantas.
Jabón potásico: este método tradicional consiste en rociar las plantas afectadas con una dilución de jabón potásico en agua (10 g de jabón potásico por litro de agua). La mezcla lava la protección cerosa de los pulgones y propicia su deshidratación. La otra ventaja es que el jabón potásico lava las melazas exudadas sobre las hojas por los pulgones, evitando la proliferación de hongos dañinos (negrilla).
Vapor: quizás es el método más ecológico de los tratamientos antipulgón. Por extraño que parezca, la aplicación de vapor mediante una vaporetta doméstica no entraña riesgo alguno para las plantas –las hojas tienen un gran poder disipador térmico- y en cambio elimina al instante todo pulgón, mosca blanca o bichito que parasite nuestras plantas cultivadas.
¿Y tú? ¿Has tenido nunca pulgón en tus plantas? ¿Cómo lo hiciste para deshacerte de él? Explícalo en los Comentarios de este artículo. Así ayudarás a otras lectoras. ¡Gracias!