16 trucos que harán tu cocina mucho más acogedora: ¡ahora sí que es el corazón de tu casa!

Sí, aquella que os de buen rollo y como diría Marie Kondo "Sparks Joy". Es decir, os produzca felicidad. En este tipo de cocinas acogedoras, los platos con amor y sazonados con alegría saben mucho mejor.

Esta cocina con isla/barra de la imagen en madera y microcemento es un proyecto de la interiorista Clara Joly D'Aussy. 

Mezclar materiales y estilos resulta todo un acierto, también en la cocina. La interiorista Emma Arenzana optó por ubicar un office en la zona más luminosa. La mesa clásica contrasta con las sillas de diseño. Y la pared de esta zona la ha revestido de un elegante papel pintado con motivos botánicos en blanco y negro para crear una atmósfera cálida, serena y muy acogedora.

Los rayos solares son esenciales a la hora de crear espacios cálidos y acogedores. Por eso, tener una fuente de luz natural es importantísimo para lograr ese ambiente que buscas en la cocina. Y más, si como ésta, tiene buenas vistas a un patio ajardinado. Esta cocina blanca y luminosa es un proyecto de Amoca Arquitectos.

Incluso si tienes luz natural por las mañanas, a partir de la puesta del sol la luz artificial va a jugar un rol importante. Es necesario tener puntos de luz que iluminen bien las zonas de trabajo. Ya sea con luces halógenas empotradas en el techo, tiras led bajo los muebles, apliques o lámparas suspendidas, lo importante es elegir la misma temperatura de luz, por supuesto cálida. Este proyecto es obra de Meritxell Ribé. 

Como siempre, la madera es el material más cálido y, también, el más usado decorativamente hablando. Si introduces elementos de este material orgánico, tu cocina se volverá acogedora ipso facto. Y si no fíjate en este proyecto de Sylvia Preslar: una cocina revestida por completo en madera de roble.

Para que el office se vuelva acogedor solo tienes que vestirlo como se merece: con manteles con caída, colores serenos y cojines en las sillas para acomodar la sentada. Tal y como ha hecho aquí la decoradora Dafne Vijande. Los textiles beiges y rosados armonizan de maravilla con la madera y la fibra.

Ya lo sabes, en El Mueble somos forofas de las cocinas blancas pero también de aquellas decoradas en colores suaves, neutros y en tonos pastel. Si quieres que la tuya, además de luminosa y limpia, se vea acogedora, decántate por colores beiges, azules y verdes. Esta en un verde empolvado, fresco y atemporal es un proyecto de Gabriela Conde. 

Una cocina acogedora también es una cocina coqueta. No te cortes al decorarla con plantas, cuadros o velas. Esta de la imagen, proyectada por el Estudio Martínez Elorza, presume de láminas botánicas enmarcadas, plantas aromáticas y una mini vinoteca práctica y decorativa.

Los suelos cerámicos, ya sean de patrones sencillos o atrevidos, pueden hacer de la cocina un lugar acogedor y con encanto. Este suelo de damero en blanco y beige es el auténtico protagonista de la cocina. La interiorista Gabriela Conde lo eligió a conciencia y diseñó la preciosa alacena con la clara intención de mantener el orden.

Las alfombras ayudan a texturizar y abrigar los espacios. Y en la cocina también logran ese punto de calidez, sobre todo, si eliges un modelo elaborado con fibras naturales, como este modelo redondo en el proyecto de Blanca Figueras.

Si quieres una cocina cálida no elijas acabados fríos como el acero inoxidable para tus electrodomésticos. Es más, si puedes, panela la nevera, el lavavajillas y cualquier electrodoméstico para conseguir una armonía estética y mucho más acogedora.

En esta cocina de la imagen, el Estudio Pipi & Deco no solo paneló la nevera y la lavadora, también los hornos con puertas escamoteables. Para ello eligió una lamas de madera en un refrescante verde mint.

¿Más detalles para convertir tu cocina en un espacio súper acogedor? Decora la encimera o la isla con vistosos ramos de flores. Elige distintas especies, según la época del año. Claveles, narcisos, hortensias o margaritas se encargarán de poner la nota de color en tu cocina. Ocúpate también de escoger el mejor recipiente: un florero transparente de cristal o una rústica jarra de peltre, por ejemplo.

¡Qué bien luce este ramo en esta cocina blanca con sus baldosas tipo metro!