¿Alguna vez te ha pasado que te has levantado igual de cansado que cuando te fuiste a la cama? Dormir es uno de los pilares fundamentales de nuestra salud, pero más importante aún es descansar bien. No obstante, aunque siempre nos han dicho que para conseguirlo es necesario que durmamos un número concreto de horas, la experta en sueño Jana Fernández, nos ofrece una visión refrescante hacia esta teoría: "no hay que obsesionarnos con dormir ocho horas", dice.
En ese sentido, en una entrevista para La Vanguardia, la especialista subraya que lo que realmente importa es la calidad del sueño y la conexión con nuestro ritmo biológico. Jana destaca que cada persona tiene un cronotipo distinto - es decir, un horario natural para dormir y despertarse -, y que tratar de forzar un patrón que no nos corresponde puede ser contraproducente.
En sus palabras: "Intentar seguir el ritmo de otra persona o ajustarse a lo que socialmente se considera 'normal' solo perjudica el descanso". En lugar de insistir en acumular horas, propone prestar atención a las señales de nuestro cuerpo y respetar la hora en que naturalmente sentimos sueño. ¡Te lo contamos!
Comprender nuestro cronotipo del sueño, clave para un buen descanso
El cronotipo del sueño que defiene Jana Fernández, se entiende como la predisposición natural de cada persona a sentirse más activa o más somnolienta en determinados momentos del día. Según esta experta, conocerse a uno mismo es más efectivo para descansar que seguir consejos universales. Hay quienes funcionan mejor a primera hora de la mañana y otros que alcanzan su pico de energía por la tarde o incluso por la noche.
Por eso, insiste en que es fundamental identificar en qué franjas horarias somos más productivos y cuándo nos entra el sueño de forma natural. Ignorar nuestro cronotipo y forzarnos a dormir o despertar en horarios impuestos por la rutina social - trabajo, compromisos familiares... - puede derivar en lo que los expertos como ella llaman "jet lag social", o lo que es lo mismo, una desincronización entre nuestro reloj interno y el externo.
Esto no solo repercute en la calidad del sueño, sino también en el estado de ánimo, la concentración y hasta el metabolismo. Jana propone así una mirada más compasiva y flexible: adaptar nuestros hábitos, en la medida de lo posible, a esa realidad biológica. Esto implica no solo acostarnos cuando tengamos sueño, sino también respetar horarios regulares acordes a nuestro ritmo interno.
Tips para dormir mejor y asegurar nuestro descanso
A través de su cuenta de Instagram, Fernández complementa estas ideas con consejos muy prácticos. Incluso en plena ola de calor, es posible dormir bien si sabes cómo ayudar a tu cuerpo a regular su temperatura. Porque aunque el calor extremo parezca incompatible con un buen descanso, lo cierto es que entender cómo funciona la termorregulación natural del cuerpo puede marcar la diferencia entre una noche en vela y un sueño reparador. Tal y como explica una experta en descanso, nuestro organismo necesita enfriarse para conciliar el sueño, y tanto la temperatura del ambiente como los materiales con los que vestimos la cama (y a nosotros mismos) pueden facilitar —o entorpecer— ese proceso clave para dormir bien.
"Si te despiertas acalorada en mitad de la noche o sientes frío justo antes de dormir, tu cuerpo te está enviando una señal. Cuando duermes, la temperatura central del cuerpo desciende entre 1 y 2 grados y lo hace enviando calor desde la zona central a las extremidades para disipar ese calor. Este enfriamiento es una señal para que tu cerebro active los procesos del sueño.", comienza explicando previo a dar algunos consejos para evitar pasar calor durante la noche.
"Si el ambiente es muy caluroso o usas ropa de cama que atrapa el calor y la humedad, este proceso se interrumpe. Tu cuerpo no puede termorregularse, sudas mucho, te cuesta dormirte y te despiertas varias veces durante la noche. Aquí es donde los materiales de tu ropa de cama y pijamas tienen un papel clave." sigue.
Y explica: "Los materiales sintéticos pueden dificultar este proceso natural de termorregulación, ya que no permiten una correcta transpiración, atrapando el sudor y creando un ambiente húmedo. ¿Cómo ayudar a tu cuerpo entonces a regular la temperatura mientras duermes? Pues usa ropa de cama en materiales naturales como algodón o lino. Estos materiales permiten que la piel respire y absorben la humedad mejor que los tejidos sintéticos."
"También usa pijamas en fibras naturales. Evita los materiales sintéticos que atrapan ese calor y alteran tu proceso de termorregulación.", agrega la experta.
Otros consejos de la experta
- Higiene del sueño adecuada: se trata de hábitos que no solo rigen la hora de acostarse, sino todo el día: mantener horarios regulares, evitar sustancias excitantes, y fomentar una rutina calmada que acompañe naturalmente al sueño.
- Planificar el descanso: para Jana, el descanso debe estar organizado como cuando planificamos nuestro entrenamiento. Sugiere organizar el día pensando en el descanso nocturno: identificar cuándo solemos sentir somnolencia y respetarlo, ajustando nuestras actividades para estar preparados emocional y físicamente.
- Un hogar slow: un espacio tranquilo, con baja estimulación, ayuda a desconectar. Crear ambientes relajados, reduciendo luces y estímulos, propicia el descanso.
- Habitación entre 18 y 21 grados: según Jana, una temperatura fresca favorece el descanso profundo, ayudando a que el cuerpo regule su temperatura interna y caiga en sueño reparador.
- Ropa de cama con materiales naturales (nada de sintéticos): como comentaba antes la experta, ella recomienda textiles transpirables y naturales - algodón, lino- que regulan mejor la temperatura y permiten un sueño más reparador.
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