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1.

Un fresco perfume de bienvenida

 Con un aromático ramo de eucalipto que te dé la bienvenida con solo abrir la puerta, llegar a casa será doblemente agradable estas Navidades. El árbol, los cestos de mimbre con piñas y las cajas de regalo son de Fronda. Cómoda antigua pintada por Galería de Robles.

2.

Destellos mágicos

Crea una composición de 3 o 4 velas, como se ha hecho aquí, y verás cómo el recibidor se transforma, adquiriendo un matiz mágico y más festivo. Un consejo: elige las velas sin aroma si hay un ramo cerca, la mezcla de perfumes podría recargar el ambiente. Espejo de Oficios de Ayer, jarrón de Brumalis y estrellas de Fronda.

3.

Una escalera engalanada

 Si tienes escalera, ¡vístela de gala! Aquí se ha decorado con una guirnalda con una base de ramas verdes salpicada por paniculata blanca y flores de rosal rojizas. Se ha tomado como base un alambre y a éste se han engarzado las diferentes ramas con bridas y cuerdas verdes para que quedaran camufladas.

4.

Un camino de velas

Esta composición de velas en los peldaños de la escalera decora a la vez que marca el camino hacia los dormitorios. Si no tienes escalera, no te apures, puedes adaptar la idea para el pasillo, por ejemplo. Velas de cristal de Brumalis y portavelas blanco de Fronda, como las guirnaldas de madera.

5.

Corazones y bolas, en rojo

Si quieres combinar diferentes detalles en el árbol, como aquí, es importante que tengan entre ellos un nexo de unión. Ya sea el material –cristal, madera, cartón, fieltro...– o el color, como se ha hecho en este caso con el rojo y el blanco. Bolas de Brumalis, y corazones, bellotas de lana y guirnalda de luces de Fronda.

6.

¿Con aroma a naranja?

¡Y por qué no! Si quieres copiar esta original corona de trigo, plumas y naranjas, rodea con un alambre una corona de heno o ramas formando una espiral un poco cerrada. Sujeta en el alambre ramas de trigo y plumas contrapeadas, decora con una espiral de cinta de yute y pega unas rodajas de naranja desecadas.

7.

El prado, en casa

 Para hacer esta corona de trigo, plumas y bayas, primero monta la base rodeando con un alambre una corona de heno hasta que forme una espiral. Después, sujeta las ramas de trigo y las plumas, y entre ellas distribuye bayas o flores del rosal.

Sin ánimo de contradecir el popular villancico, este año la Navidad no será solo blanca... ¡sino también verde! Y es que al entrar en esta casa nos invade una agradable atmósfera natural que nos recuerda que, Navidad, no solo hay una y que el rojo y el blanco también saben compartir protagonismo.

Pero es que de este recibidor no solo nos cautiva su color verde que evoca la naturaleza en su máximo esplendor, sino también su aroma. Lo desprende el eucalipto baby blue que, entrelazado con el lentisco, decora cada rincón de este mágico vestíbulo.

“El eucalipto es perfecto para Navidad por su aspecto y su perfume. Además, aguanta fresco un par de semanas y cuando se seca, no pierde hojas ni frutos”, nos cuenta Loreto, de Brumalis, responsable junto a Mariluz de los arreglos naturales de esta casa.

No es imprescindible engamar los tonos de todos los arreglos con la decoración. Probad a jugar. La naturaleza está llena de colores... ¡y todo combina!

En este recibidor no todo es verde. La base en blanco que domina la decoración de esta casa llevó a Loreto y Mariluz a elegir la pequeña flor blanca de la paniculata para mezclarla con las ramas verdes en una guirnalda que recorre la barandilla de la escalera. Y para darle un look más típicamente navideño, añadieron flores del rosal rojizas. Blanco, rojo y verde. Trío de ases.

Piñas, velas, bolas de cristal y adornos blancos y en madera clara completan la decoración de este recibidor donde el espíritu navideño se respira en cada rincón... y en cada detalle.