Esta cocina tenía metros, pero no le sacaba buen provecho. El resultado era una cocina de circulaciones poco prácticas, oscura y visualmente muy abigarrada, lo que la empequeñecía aún más. Por no hablar del pequeño office encajonado que no era ni apetecible. Sin necesidad de tocar un muro, la decoradora Natalia Zubizarreta supo sacarle el máximo partido al espacio y a la luz natural. Y es que esta cocina, de origen, ya contaba con dos ventanas, pero la organización del mobiliario en zig-zag dificultaba que la luz fluyera. Para ganar el máximo de capacidad de almacenaje, ubicó todo el mobiliario perimetralmente al espacio, salvando la columna, que se aprovechó con una pequeña vittrina que, además, decora. Fue otro de los grandes beneficiados de la reforma: el office. Adiós esa mini barra en la que apenas se cabía, hola coqueto office a modo de práctico comedor de diario. Natalia aprovechó para ubicarlo junto a la ventana, beneficiándose de la luz natural, que siempre es un plus. Esta cocina no era un drama, pero tampoco se le sacaba mucho partido, porque su concepción había quedado anticuada. El suelo oscuro le quitaba claridad y la mesita arrimada a la pared no daba juego ni para comer cómodamente. No parece la misma cocina, ¡pero lo es! La decoradora Natalia Zubizarreta anexionó la galería, ganando así más luz y unos cm extras que pudo dedicar a este office. La zona de trabajo la organizó en línea, ideal en cocinas pequeñas para tenerlo todo a mano, y llevó los armarios casi hasta el techo, ganando almacenaje pero sin recargar el espacio gracias al blanco. El office es pequeñito, pero tiene capacidad para cuatro comensales sin estrecheces, siendo perfecto para el día a día. Además el banco puede aprovecharse, también, para guardar. El mueble desayunero contiguo, el papel textil que arropa este espacio y los cuadritos convierten a este rincón en un espacio acogedor y con mucho encanto. No sabemos que es lo que nos perturba más. Si la luz fantasmagórica de esta cocina, o el hecho de que las paredes del recibidor estén alicatadas como si de un baño se tratara. Por no hablar de entrar y ver, en primer plano, ¡una lavadora! Esta cocina pedía a gritos ayuda... Y la decoradora Natalia Zubizarreta acudió al rescate transformándola en un espacio moderno, colorista y alegre, con mucha luz y con un office. Ahora, la cocina es el corazón de la casa. Empezó por derribar la separación de la cocina con el recibidor, lo que sumó amplitud, y anexionó una pequeña habitación contigua a la cocina, creciendo aún más. Al derribar la separación con el recibidor, este espacio ha sumado luz, amplitud y ha pasado a integrarse, en cierto modo, al comedor de diario. Un panel fijo de cristal hace de separación con el salón a la vez que deja pasar la luz entre ambos espacios. Esta cocina tenía posibilidades, pero su distribución no le sacaba partido. Necesitaba un cambio integral para poder convertirla en un espacio vivido y más práctico. La decoradora Natalia Zubizarreta aprovechó la reforma para integrar la galería a la cocina, así no solo ganaba unos metros muy útiles, sino que multiplicaba la luz natural de la cocina. Ese espacio privilegiado lo reservó para el office y organizó el mobiliario en dos frentes paralelos, lo que regala almacenaje y deja un paso central despejado. La reforma no solo regaló metros y luz a esta cocina, sino también calidez. La decoradora optó por un mobiliario blanco, atemporal y ligero, pero lo "caldeó" con un papel pintado de color visón y textura textil y una encimera de Neolith que imita la madera. ¡Nos encanta! ¿Quieres ver el resto del piso? Mobiliario de Santos y encimera de Neolith. Las cocinas de maderas oscuras tuvieron su momento, pero ya ha pasado. Sobre todo en un apartamento de verano, donde buscas ligereza y frescor. Esto, junto con las baldosas con su cenefa, le daba un aire viejuno y anticuado a esta cocina. La decoradora Natalia Zubizarreta le dio un cambio de look integral a la cocina. Empezando por reorganizar el espacio, para ganar así, una zona de office junto al ventanal. Para la cocina, optó por un mobiliario en un luminoso y acogedor beige y con molduras y tiradores de concha, que da un look más acogedor. Natalia reservó el office para el rincón más luminoso y lo equipó con un banco, que permite acercar al máximo la mesa a la pared, ganando unos cm extras muy valiosos. Y cuando el office no se usa, sirve de superficie de trabajo extra. Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter .