Trampantojos para aprovechar el espacio: 14 veces en las que un armario no se vio

Parece una librería a medida, simétrica y bien compuesta. Pero uno de sus módulos se abre y da paso a otra estancia. Una solución perfecta para esconder accesos sin romper la decoración. El truco: llenarla de muchos libros para disimular y eliminar herrajes visibles.

Aquí tenemos otro ejemplo. En esta casa de Vejer de la frontera hay una gran librería, ya que sus propietarios son ávidos lectores y acumulan cientos de ejemplares. Lo que no nos esperábamos es que, en esa majestuosa estructura de madera decapada, con cajones y molduras, se encontraría algo inesperado. “Como en las novelas de misterio, quisimos tener una enorme librería de madera con una puerta secreta que da al dormitorio. Además de darnos más intimidad, ¡nos aísla de todo tipo de ruidos externos!”, explican.

En este baño, los armarios han desaparecido… a la vista. Porque están ahí, justo encima de los lavabos, pero revestidos completamente con espejo. El efecto visual es limpio, elegante y amplificador: el espejo multiplica la luz natural, da sensación de profundidad y, al no haber herrajes ni cortes, se integra como si fuera solo un gran panel decorativo.

Funciona especialmente bien en baños pequeños o sin ventana, porque equilibra la luz y aporta ligereza visual. Dentro, los armarios ofrecen almacenaje vertical muy práctico para cremas, perfumes o medicamentos. Por fuera, solo ves tu reflejo y una pared que parece más amplia. Trampantojo puro… y muy funcional.

Las paredes van en un azul grisáceo sofisticado y sobre ellas se integran armarios lacados al tono, sin tiradores. Incluso el interior está pintado igual. En la parte alta, se han añadido módulos superiores sin tiradores que simulan molduras. Todo parece una boiserie continua, a juego de la puerta que da acceso a las zonas comunes de la casa.

En el comedor, junto a una librería blanca, una puerta push oculta un armario para cristalería. Lacado al tono y sin tiradores, se camufla por completo. Un gesto sencillo que permite guardar copas delicadas sin romper la estética del espacio.

Un pasillo estrecho esconde más de lo que parece. Tras una puerta corredera con marco de madera y revestida de espejo, se encuentra un armario vertical donde se han colocado lavadora y secadora en torre. Práctico y absolutamente discreto.

Los pasillos no son solo zonas de paso. Aquí, se aprovechan para crear armarios a medida sin tiradores, lacados como la pared. Así no se interrumpe la línea visual y se gana un montón de almacenaje extra sin ocupar espacio real.

Este bajo de la escalera oculta armarios con un montón de capacidad de almacenaje extra. ¿La clave? Prescindir de tiradores. Sin embargo, todo queda unificado gracias al revestimiento de lamas de madera, casi como un panel decorativo. Es ideal para guardar todo aquello que no queremos tener a la vista o que no utilizamos demasiado.

Las molduras blancas de esta chimenea son muy coquetas… pero el uso ha cambiado radicalmente. Ahora, tras unas pequeñas puertas de lamas, se ha convertido en un armario camuflado que aprovecha la antigua boca para crear capacidad de almacenaje sin romper el carácter decorativo del salón. ¡Qué original!

Aquí lo vemos con más detalle. Es un mueble nuevo súper práctico para el salón, ya que el interior del armario de la chimenea es perfecto para guardar mantas, plaids y cojines. Así se tienen a mano en invierno, sin que estén por medio. Todo ordenado y manteniendo la esencia clásica de la decoración.

Este diseño a medida incorpora el mueble de la televisión y, a un lado, continúa como un frente de armarios blancos sin tiradores. Parece parte de la pared, pero ofrece espacio para guardar todo lo que no queremos que se vea.

Esta escalera de estructura cerrada en gris grafito se abre con una puerta oculta. Dentro, se aprovecha la profundidad del armario para guardar sillas plegables, bolsas de playa y juegos. Todo ordenado y muy práctico para escapadas al mar o al campo.

En un dormitorio pequeño, este cabecero es la SÚPER solución: divide la zona de descanso de la de paso y guarda un as en la manga. Por un lado, hace de apoyo para la cama; por el otro, se abre y es un armario zapatero con baldas, para dejar esos zapatos que nunca nos parecen que están bien ordenados. Una solución tres en uno muy práctica y bien pensada.

Justo al entrar en casa, tener un hueco bajo la escalera donde poder dejar los zapatos se convierte en todo un salvavidas en la zona de recibidor. Este zapatero oculto se abre como un armario normal y permite guardar calzado en diferentes baldas. Si le sumas un banco descalzador al lado, el conjunto es funcional y cómodo desde el minuto uno.