¿Te imaginas vivir en el mismo espacio donde los niños del siglo XIX aprendían las tablas de multiplicar? Pues Danielle y Kreg Jones no solo se lo imaginaron, sino que lo hicieron realidad. Esta pareja de arquitectos, fundadores del estudio Inscription Architects en New Hampshire, ha protagonizado una de las reformas más WOW que hemos visto hasta el momento, convirtiendo una antigua escuela en una casa con espacios abiertos y estilo ecléctico.

La casa mantiene su estructura simétrica
Inscription Architects
Un hallazgo inesperado
La historia comenzó en 2016, cuando los Jones decidieron mudarse desde Montana a New Hampshire buscando, como ellos mismos dicen, ''reducir su tamaño''. Lo que no esperaban era que encontrar casa se convertiría en una auténtica odisea de cinco años. Pero como se suele decir, las mejores cosas llegan cuando menos te las esperas. Y en 2021, hallaron algo que definitivamente no estaba en su lista de ''casas normales'': la escuela North Weare, un edificio de 1856 que había visto pasar más de siglo y medio de historia. Esta escuela había sido el centro educativo del pueblo hasta 1952, después sirvió como lugar de reuniones comunitarias hasta los años 80, y en 1995 se ganó un lugar en el Registro Nacional de Lugares Históricos.

El diseño del jardín juega con las formas geométricas
Inscription Architects
El timing fue perfecto: la propiedad llevaba 15 años en venta como inmueble comercial, pero justo unos días antes de que aparecieran los Jones, cambió su clasificación a residencial. Ellos la visitaron en febrero de 2021 y, sin pensárselo dos veces, presentaron una oferta al día siguiente. Por 210.000 dólares (unos 188.000 euros), se hicieron con las llaves de su futuro hogar en marzo.

La zona de día comprende un amplio espacio abierto
Inscription Architects
''Nos encantan los edificios históricos antiguos''
¿Qué podría tener de especial una escuela abandonada como para enamorar a dos arquitectos? Danielle, con su ojo clínico de arquitecta, vio lo que otros no: ''Aunque es un espacio grande, es muy cómodo. Todo tiene proporciones clásicas y es simétrico''. Con techos de entre 4,2 y 6,4 metros y enormes ventanales, el edificio contaba con todo lo necesario para brillar de nuevo. ¿El mayor cambio? La creación de un amplio espacio abierto que integra la cocina con isla central, el comedor y el salón, con el artesonado blanco como nexo de unión y un guiño al pasado mediante la pared de ladrillo visto.

En la cocina, se conservó el ladrillo visto de las paredes
Inscription Architects
Un proyecto familiar
Pero esta no es solo la historia de una renovación arquitectónica, es también una historia familiar con mucho corazón. La pareja tenía un plan: involucrar a su hijo recién graduado del instituto en todo el proceso. ''Kreg había crecido haciendo todo tipo de proyectos y construyendo cosas con su madre, así que queríamos hacer lo mismo con nuestro hijo para que pudiera aprender a construir y arreglar lo que salga mal en una casa'', explica Danielle.
''Lo más importante fue pasar tiempo juntos y hacer esto con nuestro hijo para enseñarle y entrenarlo porque, en ese momento, no estaba listo para hacer otra cosa después de la escuela secundaria'', añade Kreg.

El eclecticismo se percibe en la mezcla de colores y patrones
Inscription Architects
Respetando sus orígenes
Durante ocho meses intensos, la familia se puso manos a la obra para transformar las aulas en una casa de tres dormitorios, dos baños y un aseo. Pero ojo, no se trataba de arrasar con todo y empezar de cero. Los Jones tenían muy claro que querían honrar la historia del lugar. De este modo, conservaron los suelos originales, el techo, las barandillas de tiza, la escalera, las puertas, las contraventanas y hasta una pared de principios del siglo XX donde todavía se podían leer los nombres que los niños habían grabado.

Las baldosas del suelo son las mismas del edificio original
Inscription Architects
''Queríamos añadirle un poco de color y vida. Siento que nuestro diseño es muy respetuoso, aunque es colorido y divertido'', cuenta Danielle sobre ese diseño ecléctico de la vivienda que no deja de sorprendernos.

En el dormitorio principal, destaca el papel pintado con motivos retro
Inscription Architects
El gran tesoro: la luz natural
Han pasado más de tres años desde que se mudaron a su escuela reconvertida, y Danielle sigue asombrada con la cantidad de luz que entra. ''Estos edificios se construyeron antes de que existiera la electricidad, por lo que necesitaban grandes ventanales. A cualquier hora del día, sin importar la hora, hay luz en la sala de estar'', explica. ''Es como estar al aire libre''.

La cama y el cabecero son de madera recuperada
Inscription Architects
Según confiesa Danielle: ''La lección más importante que aprendí de este proyecto es que hay que estar dispuesto a probar algo nuevo y diferente sin preocuparse por lo que piensen los demás. Simplemente, inténtalo, porque no hay muchas cosas que sean realmente irreversibles''.

El baño de la suite incluye una bañera exenta
Inscription Architects
Y aquí viene lo más sorprendente: esta pareja, que tiene un historial de mudanzas cada pocos años, ha encontrado por fin su lugar en el mundo. ''Llevamos 27 años casados y nuestro récord es de cuatro años en una casa y, por primera vez, no estamos ansiosos. No estamos listos para ir a ningún lado'', confiesa Kreg. "Nunca anticipamos el próximo proyecto. Parece que simplemente vienen a nosotros, por lo que ahora mismo no tenemos planes para un nuevo proyecto, pero veremos qué sucede'', concluye Danielle.
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