Marta Belando, interiorista: "Meter a 5 personas en un piso pequeño de 75 m2 no fue fácil, pero con ideas ingeniosas todo es posible"

Para ganar amplitud visual, la interiorista optó por integrar este espacio con la cocina, creando una zona común mucho más abierta. El sofá esquinero se apoya justo en grandes ventanales que permiten que toda la zona de día quede totalmente iluminada por luz natural, permitiendo así ahorrar en la factura y contar con un hogar muy acogedor durante la mayor parte del día. En este sentido, se han colocado cortinas de lino que filtran la luz, pero facilitan su paso, manteniendo los tonos neutros y la madera para dar armonía y calidez al espacio.

La cocina original era estrecha, pero al abrirla al salón, ganó tanto en luz como en almacenaje. Se organizaron las zonas de cocción y columnas, y se diseñó un rincón de descanso bajo la ventana. Tonos piedra, porcelánicos claros y detalles funcionales hacen que esta cocina sea cómoda y atemporal. Además, la península tiene múltiples funciones. Es un espacio enfocado a cocinar, pero también nos permite trabajar, desayunar, realizar comidas ligeras y rápidas...

Ubicado en el mismo espacio abierto, se planteó como una extensión visual del salón, con mobiliario de madera en líneas sencillas y tonalidades claras, además de tejidos naturales. El conjunto respira calma, con una paleta en la que predominan los 'greige', ese equilibrio entre gris y beige que reina en toda la casa. 

Este espacio se concibe como un refugio tranquilo. "El uso de parquet de tonalidad roble claro y de gran formato en toda la vivienda, endulza los espacios", afirma la interiorista. Sobre todo en este dormitorio estilo suite que cuenta con su propio cuarto de baño. Ambos espacios están divididos, pero conectados a través de una ventana con estor con lamas horizontales que permiten añadir privacidad cuando se requiera. 

La apertura del cristal en el dormitorio permite que entre mucho más fácil la luz natural sin perder intimidad. En este baño, se ha priorizado la sencillez: acabados claros, muebles suspendidos y esas lamas de madera que ya habíamos mencionado en la ventana que aportan funcionalidad y estética. 

Aquí se eliminó la bañera para instalar una ducha con cerámica que imita la madera, combinada con papel vinílico para las paredes. "Utilizamos la parte superior del inodoro suspendido para cubrirlo de armarios", añade la interiorista, maximizando cada centímetro. Además, los acabados en negro de los tiradores, la ducha, y el marco de la mampara, agregan ese guiño de modernidad.