La casa del verano eterno: es minimalista cálida, está en Ibiza y dan ganas de escaparse y perderse para siempre

El punto de conexión entre la casa principal y la anexa, es este impresionante jardín con piscina de ensueño. Tanto en el exterior como en el interior, la paleta de colores es acorde a la isla: blanco en las paredes y muros, piedra natural tallada, maderas y fibras naturales... Como pavimento y revestimientos, de Mortex y microcemento, junto con otros materiales que han conseguido que la casa, el paisaje y la flora de la isla estén en perfecta armonía.

Además, los puntos de sombra conforman las partes más especiales de la vivienda: porche con arcos blancos y vigas de madera y cañas de bambú que protegen de los rayos de sol. En cuanto a la piscina, aporta naturaleza a la vivienda, simulando una playa de aguas cristalinas como las de la isla. Lejos de las simetrías y líneas rectas, aporta paz y personalidad. 

Una de las particularidades de esta casa payesa es que, al estar situada en el seno de explotaciones agrícolas, ganaderas o forestales, las vistas son infinitas y se integran aún más al campo. Un espacio abierto en el que el aire se respira con mucha más calidad. Además, la propia casa, cuenta con una preciosa buganvilla, presente desde hace muchísimos años y que por supuesto la familia quería conservar. Al mismo tiempo, desde este ángulo se puede apreciar mucho mejor la sombra tan confortable del porche y las cañas de bambú, además de elementos decorativos que añaden más confort, como la silla colgante, hamacas, sillones...

El interior, por otro lado, nos traslada a un verano eterno. Así, la zona del salón se extiende al comedor y cocina. Todo está abierto y con mucha luz gracias a los numerosos ventanales. En cuanto a la gama cromática y textiles, tonos crudos, fibras naturales y lino como elementos principales. Para dar un toque natural en el interior también, la vegetación se extiende hasta aquí, con plantas de altura en maceteros de grandes dimensiones. Un espacio limpio y minimalista muy propio de las viviendas del Mediterráneo, sobre todo por sus muebles de obra como el sofá en L, la estantería y el armario.

Con muebles de roble natural y dentro de una estructura blanca de obra. Así se ha formado el espacio que comprende el comedor y la cocina, vistos desde el salón. La esencia mediterránea sigue estando presente dando lugar a un espacio con mucho encanto. El estilo minimalista y limpio se extiende también a esta zona, donde la luz sigue siendo la protagonista de toda la estancia.

El dormitorio capta la pura esencia del concepto 'ibicenco'. En tonos blancos, muy minimalista y sencillo y con un cabecero de obra hecho a medida de una pared a otra. Además, desde la ventana por la que incide toda la luz que ilumina el dormitorio, se ve la gran buganvilla que mencionábamos anteriormente. Unas vistas frescas y muy coloridas que añaden encanto y confort al dormitorio. Esta estancia también cuenta con su propio aseo. ¿Quieres verlo? ¡Vamos!

Un aseo básico, bonito y muy cómodo. Por un lado, se encuentra el lavabo de mármol con estantes de obra donde colocar las toallas, albornoz o demás elementos de aseo. Por otro, separado por una puerta, se encuentra la zona de higiene de forma independiente. Un espacio práctico que tiene la misma esencia que el resto de la habitación y, en general, la casa. Además, la luz que atraviesa por la ventana se refleja justo de frente con el espejo del lavabo, consiguiendo duplicar la iluminación.

Las habitaciones en suite gozan de mucha frescura al ubicarse al fondo de la casa donde la buganvilla y otras vegetaciones se encargan de evitar el sol de la forma más bonita y natural. Los dormitorios, en tonos neutros y equipados de muebles de madera, como hemos estado viendo a lo largo de toda la casa, también son muy prácticos y se ha sabido optimizar bien el espacio al integrar un armario con puertas de fibras naturales en la pared. De esta forma, permite que toda la estancia esté despejada sin estar a la vista objetos de más.

Una vez que salimos al exterior para poder movernos tanto al segundo edificio como al jardín, pasamos por este porche tan mágico de arcos blancos que ya hemos mencionado anteriormente. El rincón que se ha creado bajo este porche, es totalmente alucinante. Idóneo para relajarse en su butaca mientras se observan las vistas y, por las noches, disfrutar de la brisa iluminados bajo la luz de ambiente de sus lámparas y velas.

Contar con tantos metros cuadrados de jardín y patio tenían también que aprovecharse de otras formas que no fueran solo un gran terreno con piscina. Así, bajo este porche mágico, también encontramos una bonita mesa de madera natural de estilo rústico con las sillas a juego para reunirse con la familia y amigos y disfrutar de largas veladas en el exterior sin que el sol sea una molestia.

Además de gozar de mucha sombra en este rincón, lo bueno, es que la vegetación que rodea la zona, hace que sea mucho más fresco y que apenas se hagan notar los días más calurosos. La sencillez de esta mesa de comedor va muy acorde con todo el estilo y esencia de la casa. Para dar un toque de vida y color, se ha optado por integrar un centro de mesa con flores muy vivas.

La vegetación, materiales y demás elementos que consiguen mimetizarse plenamente con la isla, son claves para que esta casa haya adquirido este aspecto tan fabuloso. De hecho, las plantas y palmeras rodean toda la casa añadiendo un carácter natural que da frescura al ambiente y trae consigo ese carácter isleño. Además, al tratarse de una vivienda alejada del bullicio, cuando cae la noche, la zona puede ser muy oscura. Por ello, la iluminación es clave para dar un toque de resort sofisticado, discreto y elegante.