De entre todos los tips que acabas de leer hay uno prioritario, que es el que debe marcar el inicio de toda transformación elegante: el orden. No hay casa elegante que no sea ordenada. Así que, ayúdate del método que consideres adecuado (nuestro recomendado: el método Marie Kondo), aligera tu casa de objetos que no necesites y reordena lo que te quede. El objetivo: alejar el caos lo máximo posible de los espacios.
Armonía de colores
Una casa elegante tiene un hilo conductor que une todos los espacios. Puede ser una misma combinación de materiales en los muebles, pero también un mismo uso del color. Claro que puedes dar un acento distinto a una pared en el salón, por ejemplo, o utilizar un papel pintado en el cabecero del dormitorio, pero lo ideal es que puedas pasar de una estancia a otra sin notar grandes cambios de color.
Muebles proporcionados
Otra gran clave: la proporción. No elijas un sofá XL si tu salón es muy pequeño. Todas las piezas deben tener la justa medida para su espacio. Así, además, no abigarrarás los ambientes y les darás metros y luz.
La perfecta iluminación
Una casa elegante no es una casa con una iluminación plana, sino una que juegue con los matices. No sirve solo una lámpara cenital. Hay que buscar distintos niveles de iluminación: en el techo, en las paredes con apliques (ahora se llevan mucho los estilo Mid Century) o bañadores de luz, desde los muebles bajos con lámparas de sobre mesa y desde el suelo, con pequeños detalles luminosos o lámparas de pie.
Conseguir una casa más elegante no es difícil, ¿no? Y lo mejor, no necesitas tirar paredes y enredarte en obras para lograrlo. Una simple redecoración será suficiente. ¿Te animas?

HOUSE TOUR
Un piso con mucho estilo (con vídeo)