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1.

Suelo de madera de pino

Tradicionalmente asociado a las casas rústicas y de montaña, el pino es un pavimento que crea ambientes luminosos por su tonalidad dorada, pero también muy personales debido a sus marcados nudos, como se aprecia en este salón.

2.

Parquet de madera de roble: un todoterreno

La inmensa mayoría de los suelos de madera de uso doméstico son de roble, una madera de grandes prestaciones que permite muchos acabados para variar su natural tonalidad miel. Este, de roble y de lama ancha, es de Lignum y está disponible en diferentes acabados de cepillado.

3.

Continuidad de espacios

Si apuestas por cambiar a un suelo de madera, hazlo extensible a toda la casa –el baño y la cocina podrían ser la única excepción–. Ganarás continuidad visual y, con ello, sensación de amplitud. Prueba de ello es este salón, que comparte el mismo pavimento que el recibidor.

4.

Nórdica

En esta casa se ha elegido un pavimento de madera de roble pero con un acabado blanqueado, que suaviza su tonalidad dorada acercándolo a un haya. Esto, junto con unas paredes en un luminoso blanco roto, crea una base perfecta para combinar piezas de mobiliario singulares y de diferentes estilos.

5.

Pisada cálida

Si hay una estancia de la casa que agradece sobremanera un suelo de tacto cálido es el dormitorio. Entrar y salir de la cama, sobre todo en invierno, siempre será mucho más agradable. En la imagen, pavimento de madera natural de Rooms Penthouse. 

6.

Suelos laminados: ¿por qué elegirlos?

Por su resistencia a los impactos, los suelos laminados son una opción perfecta para zonas de mucho tránsito sujetas a mayor desgaste, como las zonas de paso. Este, es un roble laminado en acabado gris de Leroy Merlin.

7.

De lama XL

¿Quieres que tu piso parezca más grande de lo que es? Al elegir el suelo, apuesta por uno de madera de lama XL, como este de roble de lama extra larga y acabado mate de MH Parquets, que parece estirar los metros.

8.

De jatoba

Las maderas tropicales, de tonalidades más rojizas e intensas, crean ambientes muy vivos y de marcada personalidad, por lo que se recomiendan solo en estancias con abundante luz natural. De gran dureza y resistentes a la humedad, son más caras que las varidades continentales.

9.

Acabados a la carta

Cada vez es más habitual elegir un pavimento de madera con un acabado que modifique su aspecto original. Aquí, se ha elegido un parquet de roble pero con acabado blanqueado que le da un aspecto vintage, de suelo recuperado. A la venta en Acocsa.

10.

De Merbau

Si te gustan las variedades tropicales, pero no estás dispuesto a pagar su elevado precio, los laminados son una buena opción a la hora de cambiar el suelo de tu casa. Este, de Quick-Step, imita la madera de merbau, que se caracteriza por su vivo tono rojizo.

Pocas reformas dan un cambio de look más radical a nuestra casa como renovar el suelo. Imagina un piso con un anticuado suelo de terrazo. Ahora imagínalo con un pavimento de madera. Nada que ver, ¿verdad? Y esta transformación puede llevarse a cabo para una casa de 100 m2 en menos de cuatro días y sin necesidad de arrancar el suelo antiguo (siempre que esté nivelado y sea estable).

Si la idea de cambiar el suelo te parece tentadora, te recomendamos que antes de dar el "sí quiero" definitivo, te formules estas cuestiones prácticas:

¿Qué busco con el cambio? ¿Quiero ganar más luz y sensación de amplitud? Elige un pavimento de madera de una tonalidad clara o intermedia (como el roble, un todoterreno en los suelos de madera) y de lamas anchas y largas. ¿Busco un suelo más cálido? Las tonalidades de madera rojiza crean ambientes muy recogidos y acogedores, pero ojo: también "se comen" más la luz que una clara.

¿Qué hago con los muebles? El único 'pero' de cambiar el pavimento es que los muebles deben quitarse de en medio sí o sí. En este sentido, tienes dos opciones: moverlos de una estancia a otra a medida que se vaya instalando el nuevo suelo o desmontarlos y mantenerlos durante las obras en un guardamuebles. Si te decides por esta opción, te recomendamos que hagas una batida por Internet, hay muchas empresas que alquilan trasteros desde 1 m2 a precios muy competitivos. Tú eliges.

Los nuevos pavimentos con sistema de click han minimizado mucho los tiempos de instalación así como los escombros y ruidos

¿Cuánto estoy dispuesto a pagar? Márcate un presupuesto orientativo y en función de él elige. Los suelos de madera maciza siempre serán más caros que los laminados. Valora esta segunda opción, las nuevas generaciones de laminados ofrecen una estética que simula con precisión la madera natural a unos precios más bajos.

¿Quiero un suelo para toda la vida? Si la respuesta es sí, no lo dudes: la madera maciza es tu mejor opción. Son suelos que pueden restaurarse y, con un mínimo mantenimiento, pueden durarte siempre.

Si tras responderte a estas cuestiones sigues decidido a darle un cambio de look a tu casa renovando el suelo, ha llegado el momento de conocer más a fondo los pros y contras de un pavimento de madera y de uno laminado.

Madera: cálida, elegante, única y eterna

Como material natural que es, la madera envejece. Y esta, que es una de sus cualidades más apreciadas, también puede ser un "problema", sobre todo si buscas un suelo inalterable al paso del tiempo.

Asegúrate que tiene el certificado FSC o PEFC, que garantiza su sostenibilidad, y que los barnices empleados son naturales

La madera evoluciona y se transforma: puede cambiar sutilmente de tonalidad en función de la incidencia del sol, pueden aparecer imperfecciones de golpes y rayaduras, se desgasta por la pisada... Valóralo antes de decidirte, porque el suelo que tienes hoy no será el que tendrás dentro de 5, 10 o 15 años.

Por qué elegirla...
  • Exclusiva. Al ser un material natural, es un suelo único, cada lama tiene su seña de identidad propia, no habrá dos exactamente iguales. Y esto aporta un valor añadido a cualquier espacio.
  • Cálida: A la vista y al tacto. Si sueles andar descalzo por casa lo agradecerás.
  • Ecológica y sostenible: "¿Sabes cuántos años pasan desde que plantamos un árbol hasta que lo talamos? ¡180! Aleix Oromí, de la firma de suelos de madera Listone & Giordano, explica con este dato el mimo y el respeto con el que cuidan su materia prima.
  • Pocas obras: Puede instalarse sobre el pavimento anterior, siempre que sea estable.
  • Eterna: Se puede reparar sin perder belleza y con un mínimo mantenimiento puede ser un suelo para toda la vida.
  • Estable: Si eliges la opción del pavimento encolado en la base, disfrutarás de un suelo sin ruidos, ni vibraciones ni el "efecto tambor" de los pavimentos con el sistema click.
.... y por qué no elegirla
  • Mantenimiento: Al ser un material natural, es un pavimento que requiere de un mantenimiento periódico.
  • Sensible a impactos: No es inmune a golpes ni rayaduras. Y aunque se puede restaurar, esto siempre conlleva un sobrecoste.
  • Precio: Dependerá mucho del tipo de variedad y formato (los XL son más caros), pero un suelo de madera natural siempre será más caro que uno de laminado. También tendrá una vida más larga. Un suelo de roble de Listone & Giordano cuesta desde 75 €/m2.

Laminados: resistentes, sufridos y todoterreno

Madera parece, pero madera no es. Para bien y para mal. Y es que si bien la nueva generación de laminados imitan con precisión la madera natural, un laminado no deja de ser un panel HDF que actúa de núcleo sobre el que se acopla una capa de diseño que es la "fotografía" del suelo que imita. A estas dos capas se suelen acoplar un par más: una superior protectora y una inferior estabilizadora.

Por qué elegirlos...
  • Fáciles de instalar: Con el sistema click resultan muy fáciles de colocar. En un solo día puede estar listo un piso de unos 100 m2.
  • Muy realistas: Los nuevos suelos laminados, sobre todo si son de calidad, cuentan con estructuras muy reales y similares a la madera, con terminaciones extra mates, que imitan de manera muy realista el aspecto y el tacto de la madera natural.
  • Resistentes: En general, son más resistentes a impactos a rayaduras que uno de madera natural. Los suelos laminados Quick-Step, gracias a su capa superior protectora, son hasta 10 veces más resistentes a los microarañazos.
  • Fácil mantenimiento: Al presentar una superficie sellada, no se puede acumular suciedad. Basta con limpiarlos con una bayeta humedecida en agua y no precisan de un mantenimiento periódico como sí requieren los suelos de madera.
  • Inalterables: No palidecen ni cambian de tonalidad por estar expuestos a la luz del sol.
  • Precio: El laminado es más barato que la madera natural, por lo que es una alternativa a quien le gusta el aspecto de la madera pero busca una opción más barata. El laminado Impressive de Quick- Step cuesta desde 27 /m2.

...y por qué no elegirlos
  • No envejecen: El paso del tiempo no deja huella en el pavimento, como ocurre con la madera, que al ser un material natural, evoluciona. Esta "fotografía estática" del suelo puede no ser del agrado de todos.
  • Efecto tambor: Los laminados no absorben el sonido y al caminar sobre ellos pueden ofrecer un sonido hueco, conocido como el llamado "efecto tambor".
  • No pueden repararse: A diferencia de la madera, que puede repararse, en un laminado si el suelo se daña es necesario cambiar la plancha completa.

Existen laminados (como el Impressive de Quick-Step) que, gracias a un revestimiento hidrófugo, son resistentes al agua, siendo una opción perfecta incluso para el baño.

Si aún tienes dudas sobre cuál es el suelo más adecuado para tu casa, te recomendamos que eches un vistazo a la galería antes de renovar el suelo de tu casa. Seguro que encontrarás inspiración entre las diferentes opciones y diseños. Y recuerda: no existe un suelo ideal para todos, sino uno perfecto para cada uno. ¿Dispuesto a dar con el tuyo?