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El estar de exterior

“Respetamos lo bueno de una vivienda de hace más de 150 años: un jardín muy consolidado, la fuerza de los muros y la altura de los techos", cuenta Libia Bárcenas, interiorista de la obra.

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Entrando en casa

 La minuciosa reforma de esta casa ha buscado conservar lo mejor de una vivienda de 150 años y adaptarla, a la vez, a las necesidades de una familia con dos hijas.

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Sala de estar de invierno

 La casa, por suerte, posee dos salas de estar. Ante la chimenea se organizó como es natural, un estar más íntimo, de invierno.

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Un espacio, tres estancias

 Un solo espacio integra dos zonas de estar y el comedor. “Nos servimos del retranqueo de las paredes y también de las alfombras para delimitar los ambientes –detalla Libia–. Ante la chimenea organizamos un estar más íntimo, de invierno; y junto a los ventanales del jardín, otro más abierto, estival”.

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Comedor, con vistas al jardín

 Es una casa pensada para todo el año, para disfrutarla tanto en la intimidad como en familia o con amigos. “Los espacios versátiles y relacionados son esenciales para conseguirlo”, afirma la decoradora.

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La decoración base, el blanco

 En toda la casa, en este estar de verano también, predomina el blanco roto, como color de fondo en textiles y en las paredes. Esto permite que la casa evolucione con pequeños cambios en detalles, como el color de los cojines. En la foto, en azul claro.

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Elegante comedor

 Una mesa de madera decapada de aire francés, las sillas con elegantes fundas en blanco, una lámpara de lágrimas de herencia y un mueble bajo hecho a medida, diseño de la propia interiorista.

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Comedor

 “Hemos recurrido a menudo a los muebles a medida para personalizar los ambientes y aprovechar el espacio al máximo. Gracias a ello el ambiente, aunque parezca una paradoja, se ve más despejado”. Este es el truco para la cómoda de este comedor.

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Mobiliario a medida

 También en el dormitorio principal se aprovechó el espacio bajo la escalera sin barandilla para instalar un armario a medida.

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Una suite muy especial

 Los toques que hacen ganar encanto al dormitorio son las puertas acristaladas y enteladas. Además, el piso superior lo acondicionamos como vestidor, completando así una suite muy espeial y acogedora”.

Esta casa es más que centenaria, eso se ve en los árboles poderosos del jardín, en la solera de la fachada. La foto de ese porche invadido por la vegetación es realmente prometedora. Y estoy segura de que la realidad debe ser una auténtica maravilla. Por dentro, curiosamente, la juventud campa a sus anchas y rebosa una alegría propia de los pocos años. La razón, ya lo habréis adivinado, está clarísima: se trata de una casa restaurada que ha sustituido la mayor parte de sus muros por cristaleras. Todo un gustazo estar leyendo tranquilamente en un cómodo sillón blanco, resguardada del frío o del calor, ambos extremos son malos, y al mismo tiempo rodeada de plantas verdísimas. El espacio más importante es también el que más se ha beneficiado de la restauración consiguiendo de paso un buen número de metros cuadrados. No sé cuántos exactamente, pero fijaos, los hay de sobra para situar, junto a la chimenea, un salón con un buen sofá y dos grandes butacones, luego, en el tramo ganado al jardín y cerrado con ventanales, se ha dispuesto una segunda zona de estar con otro sofá y más butacas amplias y confortables, y para el comedor se ha reservado un lugar estupendo cercano a las cristaleras y a la puerta de acceso al jardín. Así, como quien no quiere la cosa, tres ambientes en una sola estancia. Y sin agobio alguno, que todo da sensación de desahogo, como si siguieran sobrando metros, algo realmente relajante.

La distribución ya está contada, las fotos hablan por sí mismas y por si acaso yo lo he explicado algo más. Pero hay algo que me gustaría señalaros, y es la cuestión de las fundas. Me aclaro: todos los asientos de este gran espacio utilizan fundas en su tapicerías. Fundas de lino y algodón en un blanco roto para sofás, butacas, puf y sillas del comedor. Una buenísima solución para una casa tan rodeada de vegetación, una maravilla sin duda, pero también, todo hay que decirlo, una maravilla muy manchosa. Además de su dimensión práctica, las fundas, al menos así me lo parece a mí, tienen el papel de unificar los tres distintos ambientes de este hermoso espacio.

Y no quiero acabar sin avisaros de que miréis las fotos del dormitorio. El armario está muy astutamente situado, aprovechando el hueco de la escalera. Lo he visto por dentro y os aseguro que cuenta con todo tipo de colgadores, cajones compartimentados y un largo etcétera utilísimo. Siento no poder contar con fotos para mostrároslo. Pero estaréis de acuerdo conmigo en que esas puertas acristaladas y enteladas tan sencillas quedan preciosas.

¿Tenéis en casa fundas para los sofás? ¡Contádnoslo en los Comentarios de este artículo!