Esta cabaña de montaña que parece el escenario de un cuento no podría estar en otro lugar que no fuera el Valle de Arán. La responsable es la interiorista Carmen Caubet, una enamorada de la zona y sus costumbres arquitectónicas que puso en práctica toda su sabiduría al servicio de una reforma cuyo principal cometido fue recuperar las maderas originales. Barnizados en exceso, los pilares, vigas, puertas y otros elementos de carpintería resultaban oscuros y anticuados. Esta es la historia de cómo Carmen les devolvió la luz. 

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1.

50 años de calor (y madera)

Salón abuhardillado con revestimiento de madera.

Sofás realizados a medida por Manuel Larraga. El crudo con tela chenilla de Kirkby Design y el de terciopelo gris con tela Romo. Cortina de Zinc.

El Mueble / Pepa Oromí

“Esta vivienda tiene unos 50 años y se reformó por completo hace un par de ellos”, cuenta la decoradora Carmen Caubet. “Toda la madera original, de abeto o de pino, era en su inicio muy oscura. Aplicamos la técnica de limpieza de chorro de arena, que deja la madera como nueva, sobre las puertas, los techos, las ventanas…”. “Detrás del sofá, aprovechando el hueco que hay bajo cubierta, diseñamos una librería a medida que mantiene el color de toda la estancia”, explica.

2.

El mejor consejo decorativo

Salón rústico abuhardillado con revestimiento de madera y un sofá verde y otro beige.

Mesa de centro de Brucs. Puf de piel de la tienda de Carmen Caubet. Lámpara de pie de Angel des Montagnes. Alfombra de Alfombras Peña.

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"Lo mejor es seguir una sola línea en las tonalidades, para que toda la casa quede en una gama de color muy armoniosa”, nos cuenta la decoradora sobre su máxima en interiorismo. En esta casa de montaña en Era Pleta, en pleno Valle de Arán, podemos comprobarlo: aquí mandan el beige y el gris y el resultado es súper confortable.

3.

La calidez de la madera

Salón rústico con paredes y techos de madera.

Sofá a medida. Lámpara de mesa de Light Living. Cojines de franela de Ontario. Los lisos de color lino, de Filocolore. Manta de Zara Home.

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Además de aclarar a conciencia la madera, el equipo de Carmen la sometió a un tratamiento a base de barnices especiales para evitar que amarilleara con el tiempo. Así ha conseguido que donde hubo un marrón apagado y con brillos irregulares ahora se respira claridad y tonos naturales.

4.

Salón, comedor y cocina, juntos

Cocina abierta con barra de desayunos revestida en piedra.

Cocina realizada a medida por Torres Baqueira con diseño de Carnen Caubet. .Taburetes de Crearte y lámparas de Angel des Montagnes.

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Después de esta intervención, Carmen Caubet vio que podía elegir madera clara de roble para los muebles y otros detalles que iba a introducir en su reforma, como el suelo de roble de lama ancha que empleó en toda la vivienda y que la vuelve súper acogedora.

5.

Un comedor a pie de pista

Comedor rústico con mesa de madera y sillas tapizadas.

Mesa de roble con pie de cristal, diseñada por Carmen Caubet. Sillas de Brucs. Lámparas mod. Cala de Marset. Mantel y servilletas de Filocolore.

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En el comedor, una gigantesca mesa con un sobre de roble de más de tres metros se apoya en una base de cristal, “como si estuviera flotando”.

6.

Cocinar aquí es un lujo

Cocina de madera con techos abuhardillado de madera.

Cocina realizada a medida por Torres Baqueira con diseño de Carmen Caubet. Muebles realizados a medida por Torres Baqueira en madera de roble macizo, a juego con el suelo.

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Y llegamos, sin que ninguna puerta o tabique corte el paso, a la cocina. “Fue realizada a medida en roble macizo con una campana en hierro y una encimera a juego, que es de Silestone rústico”, nos explica la decoradora.

7.

Vistas desde la cocina

Cocina abierta al comedor con techos abuhardillados de madera.

Mesa y banco a medida y tapizado con tela Ontario. Platos de Carmen Caubet. Cortinas de Zinc.

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La cocina reúne a la vez detalles industriales, rústicos y muy funcionales. Por ejemplo, “debajo de la barra creamos un espacio para guardar las bombonas de gas que suministrancombustible a la chimenea del salón”, añade la interiorista. Se instalaron ventanas de Velux donde fue posible. Así, de día entra luz natural y, de noche, se ve el cielo estrellado.

8.

Un dormitorio ¡tapizado en franela!

Dormitorio rústico abuhardillado con paredes y techos de madera y banco a los pies de la cama.

Banqueta de Crearte. Ropa de cama de Filocolore.Mesita de Ethnicraft. Lámparas negras de Secto.

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“El dormitorio está íntegramente tapizado con franela, eso aporta una gran calidez visual y física”, nos guía ahora Carmen hacia la zona de noche. En la ahbitación principal, hay un pequeño acceso a la terraza.

9.

Un pasillo con vestidor

Acceso al dormitorio con armarios empotrados.

Sillones de Avis Essence con tela de Kirkby Design. Alfombra de Cotlin. Cortina de franela de Ontario y visillo de Mark Alexander.

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La franela hace un maridaje perfecto con la madera de las vigas del techo abuhardillado. Y esa madera parece abrazarnos desde que entramos al dormitorio, con las puertas macizas de los armarios a medida.

10.

El (perfecto) dormitorio infantil

Dormitorio infantil con dos camas y cortinas de cuadros.

Plaid y cojines de terciopelo de Blanc D’ivoire. Cojines de franela a cuadros de Moon. Ropa de cama de Filocolore.

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La decoradora nos muestra el dormitorio de los niños, donde se encargó de que las nuevas ventanas de cuarterones respetaran el estilo de esta zona pirenaica. No es el único detalle local: “Estas puertas son muy típicas de la zona –donde las llamamos tipo ‘pais’–. Las manetas son de Olivari y están rematadas en acero y piel”, explica orgullosa de su respeto a la tradición.

11.

Nuestro estampado a cuadros favorito

Distribuidor decorado con papel pintado y techo de madera con vigas.

Cabeceros a medida por Torres Baqueira con diseño de Carmen Caubet. Lámparas Tam Tam de Marset. En el pasillo papel pintado y cortinas a medida con estampado tartan, de Flamant.

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“Soy una apasionada del tejido tartán, especialmente en decoración de alta montaña: me resulta muy cálido y, a la vez, ofrece una amplia gama de tonalidades”, confiesa Carmen. Para este cuarto doble eligió que esta tonalidad se inclinara al rojo. ¡Pura calidez!

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