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1.

Un patio de inspiración marroquí para una casita en Sitges

Gabriela Conde es la decoradora de esta casa. Compró parte del mobiliario del patio en Marruecos. "Queríamos que fuera muy alegre y natural y con este aire marroquí. De ahí la fuente, que además me sirvió para separar el comedor del estar. Y lo unifiqué todo con este color camel". 

Sillas de cuerda y mesas marroquíes de Zigzag. Bancos de La Maison. Cojines y colchonetas, de Pepas. El pavimento, que simula microcemento, es de una pintura Epoxi especial para suelos. 

2.

El plano

plano_00483380. El plano

La casa mide 60 m2 y tiene dos habitaciones. Para aprovechar el espacio, no hay puertas y los espacios son abiertos. Su gran ventaja es estar rodeada de un gran patio de 80 m2. 

3.

Comer al fresco

 Una pérgola semi-suspendida ofrece sombra al comedor de verano sin restar ni un centímetro útil al patio, "no quería hacer un porche al uso porque se hubiera comido parte del espacio. Por eso opté por esta pérgola, que cubrí con cañizo para darle un punto más natural", explica Gabriela. La mesa y los bancos, de madera en acabado raw, se hicieron a medida y son un diseño de la decoradora. 

4.

Con ducha exterior

La casa está por debajo del nivel de la calle, lo que crea aún más esa sensación de cabañita escondida. Al ser, sobre todo, una casita de veraneo, la decoradora Gabriela Conde, responsable de la reforma, instaló una ducha en el exterior para poder limpiarse la arena de la playa antes de entrar en casa. Además, es habitual que las hijas de la propietaria, Clara y Amelia, la usen como ducha al fresco para descongestionar el único baño de la casa.

5.

Una fuente relajante

Además de dar el punto marroquí que quería la decoradora para el patio, resulta muy agradable en verano: refresca el ambiente y el sonido del agua es muy relajante. 

6.

Un mini salón muy coqueto

Es pequeñísimo, pero resulta muy agradable gracias al cerramiento tipo invernadero, que le da mucho encanto. Los sofás –la distribución es simétrica y están enfrentados– se eligieron en un suave verde agua porque, junto con el blanco, es uno de los colores que definen la decoración de la casa. 

7.

Una cocina abierta al salón

"El espacio que ahora ocupa la cocina debía ser el salón, pero Blanca quería que la cocina fuera muy grande, porque es donde ella y sus hijas hacen vida en invierno. Así que hicimos el trueque, por eso la cocina es uno de los espacios más grandes de la casa", recuerda Gabriela. Al estar abierta al salón, además, disfruta de mucha luz natural. 

8.

Una chimenea decorativa

El tramo de pared que separa el dormitorio de la cocina se vistió con una embocadura de chimenea hecha de madera recuperada "para darle un poco de gracia a un salón muy pequeñito", explica Gaby. Es un diseño hecho a medida por la decoradora. El cuadro, con diferentes corales, es un guiño al mar tan próximo. Es de Little House. 

9.

Un look retro

Los muebles, realizados con madera recuperada y un acabado blanqueado, dan un aspecto muy raw y natural a la cocina. Para proteger la zona de fuegos, Gabriela optó por un cristal, discreto pero muy práctico. "Me horrorizan las cocinas asépticas, por eso ideé un par de baldas, para dejar la vajilla a la vista. Le da más vida". Mobiliario diseñado por la decoradora y realizado por Antonio Sánchez Olmos. 

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Una gran cocina con comedor

La mesa de comedor, diseño de la decoradora, cuenta con ruedas para poder moverla según las necesidades. A Blanca le gusta mucho recibir en casa y en esa mesa, que además sirve de zona de estudio y trabajo, se han llegado a reunir ¡10 personas! La alacena es un diseño de Gabriela hecho con unos hierros recuperados de Antic Center. "Se me había metido en la cabeza que quería hacer una alacena pero no encontraba lo que tenía en mente. Y paseando por Antic Center vi esos tres hierros tirados por el suelo y lo tuve clarísimo. Era lo que buscaba". 

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Un fregadero vintage

En sintonía con el resto de la cocina, de look vintage, se optó por una grifería empotrada retro de Neocerámica y para darle ese punto de cabañita, se ideó una placa de zinc decorativa.

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Cajones de nevera... ¡sin nevera!

Todo está más que pensado en esta casa. Como la ausencia, a la vista, de nevera. "No quería meter la nevera la cocina, porque rompía con la estética. Así que la dejamos en el trastero, pero ideé unos cajones de nevera gigantes para tener a mano lo de más uso diario". Revestidos con el frontal de los cajones pasan totalmente desapercibidos.  

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La zona de estar junto al dormitorio

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Los sofás se han elegido en verde, fresquitos y decorativos. Y tienen truco, porque se transforman en una cómoda cama cuando es necesario. Y los pufs, a juego, dan juego al espacio y evitan que sea demasiado estático. ¡Bien pensado para una casa de verano!

Sofás y pufs, de Lucky Mora Studio.

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Junto al dormitorio

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Junto a este mini saloncito tenemos el dormitorio. Para aprovechar el espacio no hay puertas, solo unas cortinas ligeras y veraniegas, acordes con el look de la casa.

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Un dormitorio tipo suite

 A pesar de ser pequeñito, parece una suite: "Lo abrí al salón para no estar encajonado, y parece que el salón es como el estar del dormitorio. Las cortinas, muy livianas, le dan intimidad", explica Gabriela. El cabecero orejero, confeccionado con una tela rústica, le da un punto especial. Es un diseño de la decoradora con tela de Lucky Mora Estudio. 

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El vestidor de las niñas

El vestidor, que era la antigua cocina, se abrió al dormitorio de las niñas para que fuera más cómoda y el cuarto de Amelia y Clara no quedara tan encajonado. Los armarios están realizados por Antonio Sánchez Olmos y las cortinas se han confeccionado con tela La Maison. 

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Un coqueto tocador

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En el vestidor, encontramos este coqueto tocador, con un espejo antiguo y amplios cajones, con la misma madera lavada que los de la cocina. La grifería y el toallero antiguos completan el look romántico.

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Una litera para cuatro

 "Las camas son de 135 cm, así pueden dormir cuatro si vienen amigas", explica Gabriela. Son un diseño de la decoradora realizadas por Antonio Sánchez Olmos. Unos casilleros empotrados en el frontal de las literas sirven de mesita de noche. El mueble es una pieza recuperada de Mercantic y pintada por re_moni_simas.

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Un baño mini pero coqueto

Como el resto de la casa, el baño es pequeñito, pero se ha cuidado cada detalle. El espejo tipo libro, una pieza singular recuperada de Cassai Home, y la original cortina de la ducha, confeccionada con una red de pescador, dan encanto. Grifería de Neocerámica. 

Toda reforma es la historia de una transformación. Y en el caso de esta casita de Sitges la fábula del patito feo que se convierte en un precioso cisne le va como anillo al dedo. "Cuando la vi por primera vez era para salir corriendo. Super oscura, depresiva, plagada de humedades y con un patio que parecía una selva", recuerda Blanca, la propietaria. A pesar de todo, le dio una segunda oportunidad. Pero esta vez se acompañó de Gabriela Conde, estilista, decoradora de El Mueble e íntima amiga de Blanca. Si alguien podía obrar un milagro esa era Gabriela. "Solo faltaban los cocodrilos. Era terrible. Pero tuve una visión y le dije: "será la cabaña Blanca, en homenaje a tu nombre", explica Gabriela. Y así fue.

Los escasos 60 m2 de esta casita se exprimieron al máximo con soluciones a medida y con muebles con más de una función

Con la ayuda de la arquitecta técnico Blanca Figueras y la constructora Terramar transformaron el patio, que era impracticable, en el oasis de paz que es ahora. Para ello, vaciaron toda la tierra para nivelarlo y dejarlo como está, porque había tres peldaños que se comían todo el espacio. De hecho, con 80 m2,el patio es dónde hacen más vida en verano.

Con el exterior puesto a punto, el trabajo se trasladó al interior, que se transformó por completo. Esa cueva oscura y desaprovechada Gabriela la convirtió en una casita llena de luz, con espacios optimizados y soluciones casi mágicas. El gran acierto y lo que le da ese encanto especial es la madera que reviste paredes y suelo y el cañizo que cubre el techo. Todo, en blanco. "Me inspiré en las casas de Los Hamptons, pero con un punto más rústico, con madera raw y toques vintage". ¡Y qué acierto! "Ahora es una casa a la que siempre nos apetece volver", confiesa Blanca.

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