¿Por dónde empezar? Lo primero fue tirar todos los tabiques para unir el salón, el comedor y la cocina, creando un único espacio de 27 metros que da mucho juego. La clave fue instalar una gran cristalera que separa la cocina sin perder luz natural ni sensación de amplitud.
Caminos de lino, servilletas y bajoplatos de Filocolore. Trapos de cocina de Catalina House. Cestas y vajilla de ZaraHome.