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1.

¿Frioleros o calurosos?

Si en casa unos son muy frioleros y otros tienen siempre calor será difícil poner de acuerdo a la familia a la hora de regular el termostato, ya que cada uno tiene su propia temperatura ideal. Sin embargo, existen temperaturas más sostenibles y adecuadas, que varían según las necesidades de cada momento. 

2.

Instala un termostato digital programable

Si quieres crear diferentes ambientes dentro de casa, lo mejor es instalar un termostato. Esto permite mantener de forma automática una temperatura adecuada en cada una de las estancias. Además, si el termostato es programable, se pueden establecer diferentes horarios de encendido y apagado, según las horas del día. Otra opción es colocar válvulas termostáticas en los radiadores. Con ellas podrás ajustar automáticamente la temperatura en cada radiador, por lo que cada habitación podrá estar a una temperatura distinta. 

3.

La temperatura ideal durante el día

Para no derrochar energía, algo crucial para el medio ambiente y tu factura, el termostato no debe superar los 21ºC. Esta es la temperatura ideal. Aunque es cierto que la temperatura puede variar de unas habitaciones a otras. Por ejemplo, en el cuarto de baño puede superar esta temperatura hasta los 22ºC y las habitaciones que no usamos oscilar hasta los 18ºC. 

4.

La temperatura ideal durante la noche

Dormir con la calefacción encendida durante toda la noche no es buena idea. Lo ideal es programar la calefacción de manera que se encienda poco antes de despertarnos y se apague antes de acostarnos. Durante la noche, la casa debe tener una temperatura de unos 18-20ºC, con una humedad del 60%. 

5.

Cuando no estamos en casa...

Si no vamos a estar en casa durante el día, bastará con tener encendido el radiador en el cuarto de baño para ducharnos y, en el resto de la casa, programar la calefacción una hora antes de llegar para que esté calentita. No bajes el termostato por debajo de los 15ºC o te costará muchísimo calentar de nuevo la casa. Si os vais de vacaciones, apaga la calefacción, cierra las ventanas y baja las persianas y así evitarás que tu casa se enfríe demasiado. 

6.

Purga los radiadores

La pérdida de poder calefactor de un radiador es por culpa de las bolsas de aire. Nos daremos cuenta de este problema si al tocar la parte superior del radiador está fría. Normalmente, ocurre cuando al principio de la temporada invernal, después de haber estado meses sin usar la calefacción. La solución es purgar el radiador, es decir, eliminar el aire acumulado en su interior a través de la válvula purgadora.

7.

Aísla bien tu casa

Si no quieres que se escape ni el frío ni el calor, la clave está en aislar bien tu casa. Ventanas y puertas que cierren a la perfección, un sistema de calefacción óptimo, jugar con el cambio de alfombras en las estaciones... Serán las mejores fronteras para lograr el confort térmico. Con un buen aislamiento, se puede ahorrar entre un 20 y un 40% en calefacción.

8.

Abriga con los textiles

Además de revisar el sistema de calefacción, al menos una vez al año, para garantizar un funcionamiento eficiente, se recomienda graduar el termostato a unos 21ºC y abrigarse más dentro de casa. Cada grado de más supone un 7% más de consumo, así que en invierno echa mano de mantas, zapatillas, alfombras... La tendencia Furry te convencerá.

9.

¿Cómo debe ser la temperatura cuando se baña a un niño?

La pregunta que muchos padres se hacen. Si la habitación donde se baña el niño está fría, hay que calentarla previamente. Al no tener la protección de la ropa, la temperatura debe ser un poco más cálida que la del resto de la casa. El agua de la bañera debe oscilar entre los 36 y los 37ºC. Puedes comprobarla con un termómetro de baño.

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¿Cómo mantener tu casa a una temperatura de confort en verano?

El aire acondicionado se convierte en tu mejor aliado. Si lo vas a poner en una estancia de grandes dimensiones, algo que deberás tener en cuenta para conseguir una temperatura adecuada, es que lance más aire y enfríe a mayor distancia. Asegúrate de que se apague cuando alcance la temperatura programada. 

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La importancia de las cortinas

No es solo un elemento decorativo. En invierno pueden parar las leves corrientes de aire que se cuelan y en verano la luz del sol, para que no se sobrecaliente la estancia. Escoge las cortinas adecuadas, y mejorarás la temperatura de tu vivienda. 

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En verano, elude fuentes de calor

Evita cocinar o utilizar aparatos eléctricos en la medida de lo posible, para no aumentar los grados en tu casa. Aprovecha y prepara comidas sanas que no necesiten cocción, como ensaladas o sandwich frescos. Y de paso, ¡tendrás tipazo!

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¡Abajo el telón!

Antes de salir de casa, cierra las persianas de todos los cuartos. Con esto conseguirás dar mayor frescor sin tener que utilizar ningún aparato. Además, si están durante la mayor parte del día echadas, por la noche no hará tanto calor. 

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Las plantas te ayudarán

Sí, sí. Pueden ser magníficos reguladores de la temperatura en casa, ya que sirven para purificar el aire y generar cierta humedad y frescura que, para verano, viene muy bien. 

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Y sea la estación que sea: ¡ventila!

Ventilar es un gesto sencillo, esencial para mantener la buena salud del aire de tu casa. En invierno el mejor momento para ventilar es al mediodía, aprovechando la hora de máxima calidez. Por el contrario, en verano es mejor esperar hasta la noche, para refrescar así la casa.

Y, por supuesto, la decoración te puede ayudar a crear ambientes templados, donde ni frío ni calor tengan lugar. Alcanza la temperatura de confort, tanto en invierno como verano.

En invierno...

1. Los textiles abrigan la casa y aumentan la sensación de confort. Alfombras de lana y pelo largo, cortinas tupidas, cojines y plaids te ayudarán a crear un ambiente más cálido.

2. Forra las paredes más frías con madera, telas o corcho para mantener el calor.

3. Las sábanas y fundas nórdicas de franela de lana o algodón, son las más adecuadas pues transpiran mucho mejor que las sintéticas.

4. Forra unos paneles de cartón con papel de aluminio y colócalos entre el radiador y la pared para que el calor no se pierda y se proyecte hacia la habitación. ¡Funciona!

5. ¿Qué sentido tiene esforzarnos en calentar la casa si dejamos que el frío se cuele? Descubre los lugares por donde se escapa el calor de tu casa con un sencillo truco: cierra puertas y ventanas y ármate con una vela. Donde tiemble la llama, tienes un escape. Las filtraciones más frecuentes se localizan en la puerta de entrada (puedes colocar un perfil específico), las cajas de las persianas y los marcos de las ventanas.

6. Los tonos rojos, marrones, ocres y beiges en cojines, plaids y otros complementos decorativos dan calor con solo verlos.

En verano...

1. El lino, en primer lugar, y el algodón, como segunda opción, son los dos tejidos más frescos.

2. Si el sol incide directamente en las ventanas de casa, la temperatura aumenta considerablemente. El mejor recurso para evitarlo es instalar una decorativas contraventanas exteriores. Las de lamas de madera regulables son una gran opción.

3. Con estores de lamas venecianas evitarás que el calor entre directamente en casa. Deja las ventanas abiertas por la noche: de 4 a 8 de la mañana el ambiente refresca notablemente.

4. Evita los colores oscuros en las cortinas o estores para que no se concentre la luz del sol que incide en ellas durante todo el día. Obviamente, un correcto aislamiento de los cerramientos es fundamental para evitar que el calor se filtre por las rendijas.

5. Utiliza velas en lugar de iluminación artificial. Todo aquello que tenga que ver con la energía eléctrica, la iluminación general, bombillas, electrodomésticos, televisores u ordenadores genera calor.


6. Cuando no los estés utilizando, apaga totalmente los ordenadores, televisores y otros aparatos eléctricos. No los dejes en ‘stand by’ ya que desprenden calor.

7. Si te gustan las plantas de interior elige una palma areca, una lengua de suegra o la planta de dinero para conseguir refrescar y purificar el ambiente en tu salón.

8. Si tienes una terraza o balcón, riégalo cuando caiga el sol. Pulveriza agua sobre las plantas que tengas dentro de casa, sitúalas cerca de la corriente de aire y verás como el ambiente se refresca.

9. Sustituye los cojinesde lana, terciopelo o chenilla por textiles frescos como el algodón, la seda y el lino.

10. Durante los días de más calor, evita la condensación de humedad, ya que al contrario de lo que se piensa, la humedad concentrada en el interior de nuestras casas, hace subir el termómetro y la sensación asfixiante.