Tras más de dos décadas sobre los escenarios, sobra decir que Malú se ha convertido por méritos propios en una de las grandes cantantes de nuestro país. Hija de artistas y sobrina de Paco de Lucía, no era de extrañar su porvenir. Sin embargo, lo que muchos no conocen es que tiene otro don que demuestra de puertas para adentro y entre fogones. La cocina para Malú significa desconexión y disfrute. "Me encanta cocinar, me relaja muchísimo. Es de las cosas que más me gusta hacer y se me da súper bien", aseguraba entre risas a Rafa Cano, el conductor del espacio “La cocina tal cual” de Cadena Dial.

Ha sido en este programa radiofónico donde la andaluza, recientemente separada de Albert Rivera, ha revelado que su buena mano en la cocina la ha heredado de su madre, aunque ella la ha adaptado al siglo XXI. También ha dado a conocer su plato estrella más “socorrido” para cuando van invitados a su casa, algo bastante habitual, como ya vimos cuando recibió la visita de Omar Montes en su salón.

En estos casos le encanta "hacer arroz o pastas, algo rápido si viene mucha gente", siendo los fetuccini a la carbonara son su plato estrella y uno de los que más disfruta. Eso sí, con un truco personal infalible que hace que queden deliciosos. ¿Quieres conocer su secreto? ¡Te lo contamos toda la receta a continuación!

Los fetuccini a la carbonara: sabor y tradición

Los fettuccini son una variedad de pasta italiana que se caracteriza por su forma plana y ancha, similar a una cinta. Esta pasta se elabora a partir de harina de trigo y agua y, a veces, se enriquece con huevos para proporcionar una textura más suave y un color dorado. Su nombre proviene del término italiano "fettuccine", que significa "pequeñas cintas".

Por su parte, la carbonara es una salsa que combina ingredientes como huevos batidos, queso Parmigiano-Reggiano o Pecorino Romano rallado, panceta o guanciale (ambos tipos de tocino italiano) y pimienta negra molida. Esta salsa junto a la pasta fetuccini o un spaghetti normal hacen de este plato una auténtica delicia.

Esta receta tiene una combinación de sabores umami, salados y cremosos, junto con la textura suave de la pasta, que hacen de él toda una auténtica experiencia sensorial. Y todo, utilizando ingredientes súper básicos de la cocina tradicional italiana que todos podemos tener a mano en la despensa.

Lo que está claro es que es un plato para disfrutar, pero no para comer a diario, ya que, en general, suele ser relativamente alto en calorías dependiendo de los ingredientes utilizados y la cantidad servida. Una ración típica puede contener alrededor de 500-700 calorías, que podrán variar según la cantidad de pasta, queso o tocino utilizados.

Tallarines a la carbonara.

Fetuccini a la carbonara.

RBA

A tener en cuenta: cómo se hace la salsa carbonara tradicional italiana

Si a un italiano le dices que vas a preparar una salsa carbonara con nata quizás se lleve las manos a la cabeza. En su recetario tradicional, la nata está muy mal vista y esta increíble salsa se prepara con una mezcla de huevos batidos, queso parmesano rallado y pimienta negra molida. Luego se vierte sobre la pasta caliente (que ya estará mezclada con la panceta) y se remueve vigorosamente hasta crear una salsa cremosa y suave que cubrirá los fetuccini o los spaghetti.

Los fetuccini a la carbonara de Malú y su truco definitivo

Los fetuccini a la carbonara combinan la textura de la pasta, la cremosidad de la salsa carbonara y los sabores salados y ahumados del tocino, creando una experiencia culinaria única. Sin embargo, cada cocina es un mundo y en cada casa se prepara con algún toque magistral para darle el toque personal. Malú, como no podía ser de otra manera, tiene su propio truco. Te damos las primeras pistas: ella sí utiliza nata y no echa ni los huevos ni el queso parmesano en la salsa. ¿Quieres saber más? Te lo revelamos a continuación.

Ingredientes

  • Pasta fetuccini
  • Bacon
  • Cebolla
  • Nata
  • Huevos
  • Pimienta negra molida
  • Queso parmesano
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal

Elaboración

  • Paso 1. Lo primero que hace Malú es el sofrito. Para ello, pica la cebolla en brunoise y la panceta en pequeños daditos.
  • Paso 2. Después sofríe la cebolla sola a fuego medio, en una sartén con un poquito de aceite de oliva. Cuando ya está doradita, incorpora la panceta. Ten en cuenta que el bacon soltará su propia grasa, por lo que tampoco te excedas con el aceite de oliva, y tampoco añadas sal, ya que la panceta es naturalmente salada.
  • Paso 3. “Cuando ya esté el sofrito que se pueda comer solo en un bocata, porque está buenísimo, incorporo la nata”, comenta la propia Malú. Ahora, hay que remover a fuego muy lento y sin parar hasta que coja cuerpo y se impregnen los sabores.
  • Paso 14. Mientras tanto, en una cazuela llena de agua se pone a cocer la pasta según las instrucciones del paquete hasta que quede al dente. “Al dente, pero que no te parta un diente”, bromea la artista.
  • Paso 5. Luego, escúrrelos reservando una pequeña cantidad de agua de cocción. Esto ayudará a crear una salsa más suave.
  • Paso 6. Aquí es donde viene el súper truco de Malú: antes de incorporar la pasta a la salsa, la artista añade una yema de huevo a la pasta para que quede más untuosa, removiendo bien para que se impregne.
  • Paso 7. Después, los incorpora a la salsa, volviendo a remover.
  • Paso 8. Por último, la artista andaluza espolvorea pimienta negra molida y echa el queso parmesano por encima, y lo sirve. ¡A comer!

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