"Al final, nos enamoramos de la que estaba al lado, se llama ‘El Sauco’ y era de un conocido. Así, pasó a ser nuestra segunda residencia", indica Natalia. Y es que se trata de una casa grande, de campo, pero súper cómoda porque está a 10 minutos de la ciudad. Tiene 3 hectáreas de jardín y una construcción de 550 m² en una sola planta. Se distribuye en cinco habitaciones dobles con baño, salón, cocina, una segunda planta con otra zona de estar y de juegos, un patio interior andaluz muy agradable y una piscina."Nos hace felices pensar que algún día nos retiraremos aquí", confiesa.