Uxue siempre había sido fiel seguidora del trabajo de Natalia Zubizarreta. Por eso, cuando decidió hacer la reforma de su piso de Munguía (Vizcaya), no dudó en contactar con ella. “No te imaginas la ilusión que tenía. Fue una auténtica maravilla trabajar para ella y su pareja. Sé que tuvieron que hacer un enorme esfuerzo económico para cumplir su sueño: hacer la casa con nosotros”, apunta la interiorista. Esta vivienda de 100 metros cuadrados útiles, donde vive la joven pareja con su niña pequeña, se ha convertido en un hogar familiar, cálido y minimalista al que han sabido sacar el mejor partido. A continuación, desgranamos todos los detalles de la reforma. ¿Entramos?

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1.

Un salón estratégicamente distribuido

Un salón con sofá, dos butacas y dos pufs en tonos neutros.

Los tonos neutros y el ambiente cálido y acogedor preside la zona de estar del salón

Felipe Scheffel

Aunque es una vivienda de nueva construcción de unos 100 metros cuadrados útiles, dar con una distribución adecuada no fue tarea fácil. “Le dimos varias vueltas y, finalmente, optamos por esta opción para que pudieran ganar una zona de estar completa con sofá, dos butacas y dos pufs. De otra forma, no era viable ganar tantas plazas”, apunta. Esta familia buscaba una casa que transmitiera mucha paz, muy uniforme, de ahí que todo se funda en una agradable gama de tonalidades claras, tanto en el mobiliario como en buena parte de los textiles.

2.

Una mezcla de piezas más clásicas y modernas

Sofá, puf, mesita de centro y dos butacas en tonos neutros.

Los acabados curvos de algunas piezas de mobiliario conviven con las líneas más rectas y clásicas.

Felipe Scheffel

“Es una casa que sigue la tendencia del minimalismo cálido. Pocos elementos en colores claros, texturas naturales y alguna pieza de mobiliario curvo”, explica Zubizarreta. Esto lo comprobamos en la zona de estar, que cuenta con dos modernas butacas con acabados redondeados, al igual que la mesita de centro. En contraposición, encontramos un sofá de tres plazas de líneas más clásicas y dos elegantes pufs cuadrados con estampado a rayas. Una gran alfombra delimita esta zona y la separa visualmente del comedor.

3.

Un enorme ventanal para el salón-comedor

Un salón comedor en tonos neutros con detalles en madera.

El salón-comedor es de tonos neutros con detalles en madera.

Felipe Scheffel

Un gran ventanal preside la estancia y hace de telón de fondo del salón y el comedor, que comparten espacio. “Tuvimos que vestir muy bien las ventanas porque tenían un “exceso de luz” y hay que estar en ella con gafas de sol”, bromea Natalia. Y es que la casa no tenía persianas, ni en el salón ni en el dormitorio principal, por lo que se han instalado cortinas de foscurit forradas para oscurecer estos espacios. El toque de calidez lo aportan la madera del suelo, muebles tan elegantes como la mesa redonda de comedor o detalles decorativos como un cesto de mimbre junto al sofá.

4.

Una cocina muy bien aprovechada y diseñada desde cero

Cocina en color cashmere en forma de L.

Cocina en color cashmere en forma de L.

Felipe Scheffel

La casa venía vacía, sin cocina, sin armarios… “La pintamos, la iluminamos, amueblamos y decoramos”, asegura la interiorista. La zona de trabajo se ha dispuesto en forma de L para aprovechar mejor los espacios. Todo el mobiliario y la zona de almacenaje, donde está el horno y el microondas, es de color cashmere y está firmado por Santos. “Es un color muy de tendencia y con toda la luz que tiene la casa podrían haberla puesto incluso negra”, explica.

5.

Una zona de comedor conectada con la cocina

Zona de comedor con mesa y sillas de madera.

La zona de comedor está bien delimitada de la cocina y la zona de estar.

Felipe Scheffel

En un primer momento, la interiorista dudó en poner una encimera volada y unos taburetes en la península de la cocina, pero, finalmente, lo descartaron por tener el comedor justo al lado. La mesa es grande, robusta, con un pie central, y está acompañada con las icónicas sillas Wishbone, cuyos asientos están tapizados en tonos neutros. Sobre ella descansa una original y liviana lámpara de techo con tres tulipas de fieltro que no recarga para nada el ambiente.

6.

El dormitorio principal, todo un reto

Dormitorio principal decorado en tonos granates y beige.

Dormitorio principal decorado en tonos beige y granate.

Felipe Scheffel

“El reto de este proyecto estuvo en el dormitorio principal, donde la distribución estaba complicadísima porque la constructora había dejado una gran ventana con las tomas para la cama debajo y muy poca zona de almacenaje”, revela Natalia Zubizarreta, que supo salir airosa de la situación. Pese a las dificultades iniciales que se le plantearon, consiguió dar con un dormitorio de revista donde se combinan textiles en tonos beige y granates. La gran cantidad de luz que entra por ambos ventanales permite salirse de los tonos neutros sin resultar pesado.

7.

Un cabecero tapizado a medida

Cama con mesilla de madera y cabecero tapizado a medida.

La solución a este espacio fue un cabecero tapizado a medida.

Felipe Scheffel

Las instalaciones de electricidad y los radiadores estaban pensados para colocar la cama debajo de la ventana, pero ¿qué cabecero pones ahí debajo con el poco espacio que había quedado? Para resolverlo, Natalia y su equipo diseñaron y fabricaron un cabecero tapizado a medida que cubría la zona que está debajo de la ventana, de forma que quedara cálido, vestido y hubiera "algo" que generara ambiente de dormitorio. 

8.

Un armario para separar espacios

Zona de vestidor con armario, separada de la zona de descanso.

La zona de dormitorio y el vestidor están separadas por un gran armario ropero.

Felipe Scheffel

Para solucionar los problemas de distribución, finalmente optaron por generar un vestidor con un armario que sirve como separador natural de la zona de dormir y de la del vestidor. El espacio se completó con un elegante banco de madera a los pies de la cama, uno de esos grandes clásicos que, tal y como reconoce Natalia, siempre le suelen pedir en el estudio como “objetos de deseo”. Sin duda, cambian el carácter de cualquier habitación. "Siempre da ese toque de hogar y categoría que hace tan feliz", puntualiza la interiorista.

9.

Juego de contrastes en el baño

Baño con azulejo, papel pintado y mueble de madera.

El azulejo de la ducha convive con el papel pintado efecto textil de la zona de lavabo.

Felipe Scheffel

El principal reto que le supuso el baño son los materiales que les venían dados por defecto. “En este tipo de proyectos, donde la base no es quizás la que te gustaría de inicio, hay que poner mucho esfuerzo en todo lo nuevo que se va a poner”, nos cuenta. Los azulejos no les convencían nada, pero encontraron la manera de darle el toque personal y cambiarlo por completo.

Había un espacio para instalar papel pintado, lo que nos dio margen para dar algo de calidez. Optamos por un vinílico efecto textil para que no cansara nunca, pero que diera calidez”, reconoce. El mueble principal es en madera, que contrasta con el frío azulejo gris que venía con la casa.

10.

Un dormitorio infantil aprovechado al milímetro

Cama ni do y escritorio en un dormitorio infantil.

El escritorio es, a su vez, el cabecero de la cama nido.

Felipe Scheffel

El dormitorio infantil se hizo completamente a medida y se pensó concienzudamente para aprovechar hasta el último centímetro de almacenaje. De esta manera, pudieron poner una cama nido, un escritorio que nace del cabecero y abarca toda la pared de la ventana y un gran armario para mantener todo en orden.

11.

Una combinación en tonos verdes

Una cama con escritorio y armarios.

Un dormitorio infantil pequeño, coqueto y bien aprovechado.

Felipe Scheffel

En este caso, los colores predominantes son el verde inglés, mezclado con beige y tonos neutros. También hay detalles en madera, como en el estante de pared y en la hornacina forrada donde están las baldas. El conjunto se cierra con detalles de fibras naturales en los accesorios decorativos, tanto en cajas como en cestos.

12.

Plano de la casa de Munguía

Plano de la casa de Munguía

Una casa de tres habitaciones, dos baños y 100 metros cuadrados útiles.

Estudio Natalia Zubizarreta

Según nos cuenta Natalia Zubizarreta, muchas viviendas de nueva construcción se venden con distribuciones interiores que no se sostienen, donde los acabados no son buenos, los materiales son muy básicos y los clientes se llevan muchos disgustos. “Este fue uno de esos casos donde la casa venía con muchas “taras” y nos hemos esforzado mucho por disimularlas”, asegura. “El suelo no estaba bien instalado, las tomas de electricidad e iluminación eran escasas y la pintura dejaba mucho que desear, así que, además de interiorismo, hemos reparado y disimulado mucho de esto”.

La vivienda consta de 3 habitaciones y dos baños y tiene unos 100 m2 útiles, aunque se decidió que uno de los dormitorios se dejó sin vestir porque, de momento, no se iba a usar. “Con ese dinero que ahorrábamos de este espacio se pudo vestir mejor el resto de la casa”. Al final, los clientes han invertido en lo realmente importante, que son cocina, armarios, muebles de baño, sofá y camas, ajustando otras partidas sin dispararse en el presupuesto y conseguir así la casa de sus sueños.

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Fotografía: Felipe Scheffel