7 flores fáciles de cultivar (y muy resistentes) que llenarán de color tu jardín sin apenas cuidados

La primera opción (y una de nuestras favoritas) es la hortensia. Florece durante semanas y sus pétalos tienen unas variaciones asombrosas. No te preocupes si eres principiante con las plantas. Para cuidar las hortensias solo necesitas colocarlas en un lugar donde le dé poco el sol y regarlas a menudo. Toma nota: su época de floración es primavera-verano. 

En las violas, también conocidas como "pensamiento", nacen preciosas flores con forma de corazón. Puedes encontrarlas en un montón de colores: morado, amarillo, azules, etc. Para cultivarlas solo necesitas un suelo rico en nutrientes que se mantenga húmedo y colocarlas en un rincón donde le dé luz todo el año. ¿Lo mejor? Son muy resistentes a las plagas. Y mantendrán alegre tu jardín incluso en otoño.

Las caléndulas son muy fáciles de cultivar, quedan súper bonitas y coloridas en el jardín y te ayudan a mantener tus cultivos libres de insectos. Provienen de la misma familia que las margaritas y sus pétalos son una mezcla entre amarillo y naranja. Les encanta el sol, crecen en forma de mata y ¡hasta cuentan con propiedades medicinales!

¿A quién no le gustan las flores en forma de trompeta de las surfinias? También se conocen como petunias colgantes y, en este caso, es más habitual colocarlas en cestos para colgar. Anímate a dejarlas en la zona del porche, ¡le darán un toquecito de color fantástico! Eso sí, asegúrate que recibe sol directo. Necesita riego frecuente y, en época de floración, puedes usar fertilizantes cada 7 o 10 días. 

Los geranios son otra opción de plantas con flores fáciles de cuidar que nunca falla. Florecen todo el año, aguantan la luz directa y son muy resistentes a la sequía. Además de bonitas, tienen una fragancia realmente exquisita. ¿Una curiosidad? Son plantas antimosquitos y soportan muy bien las plagas. 

La verbena es una planta de exterior perfecta para decorar tu jardín. No necesita mucha agua, se adapta al entorno con facilidad si el lugar es bien soleado y florece desde finales de primavera hasta principios de otoño. Eso sí, en épocas de mucho calor, te pedirá que la riegues cada día (cuando lo habitual es hacerlo unos dos días a la semana).

Las margaritas son un básico en muchos jardines españoles. Seguramente, por ser una de las flores más fáciles de cultivar en nuestro clima. Las reconocerás por tener pétalos blancos y alargados y un botón en el centro de color amarillo. Solo tienes que procurar que la tierra drene bien para que no tenga hongos y vigilar donde las colocas. Porque crecen a gran velocidad... ¡Y pueden ser algo invasivas!