El agua es un bien escaso. Un tesoro que no podemos derrochar, por lo que ahorrar en el riego del jardín se ha convertido hoy en una prioridad. Esto no significa que no podamos disfrutar de espacios ajardinados verdes y frondosos. Tan solo hay que elegir las especies adecuadas que nos ayuden a hacer un uso más racional y sostenible del agua de riego.

Podemos seguir cuidando y regando el jardín para mantenerlo verde, fresco y  bonito, pero optando en la medida de lo posible por plantas de bajas necesidades hídricas. Como primera regla general elige especies autóctonas, que ya están adaptadas al clima y al terreno de la zona, y busca plantas que necesiten poco agua.

Si quieres plantar un seto, hacer una pantalla vegetal o te apetece cultivar algunos arbustos en maceta, aquí tienes una selección de plantas arbustivas que te van a encantar para decorar tu jardín. Todas soportan la sequía sin inmutarse.

 

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1.

Arbustos para un jardín más sostenible

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Sillones de fibra natural de Tinekhome, en MIV Interiores

El Mueble

Hemos seleccionado algunas especies de arbustos muy resistentes a la sequía y que necesitan poca agua para estar perfectos. Algunos son de porte pequeño, casi rastrero, otros muestran preciosas flores coloridas y otros tienen hojas con muchos matices.

Un consejo: cuando elijas tus favoritos y los plantes en el jardín, no dejes que pasen sed hasta que estén bien arraigados. Durante las primeras semanas estas plantas aún jóvenes deben recibir un riego generoso. Después, con el tiempo, irán necesitando menos agua y soportando mejor la sequía.

 

2.

Durillo, un arbusto todoterreno

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Un jardín sostenible es un jardín protagonizado por plantas autóctonas. El durillo (Viburnum tinus) es una de ellas, originario de la península ibérica. Se trata de una planta muy resistente, que soporta temperaturas muy bajas y muy altas. Además, no necesita mucho riego para crecer y desarrollarse, y tolera bien la sequía. A finales del invierno el durillo se llena de preciosas flores blancas que pondrán una nota muy decorativa en el jardín.

3.

Romero, la arómatica de aire silvestre

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Las plantas aromáticas suelen ser  de carácter rústico y resistente. Como el romero (Rosmarinus officinalis), una especie mediterránea con propiedades medicinales y  culinarias. Búscale un sitio a pleno sol en tu jardín y aportará un toque silvestre que nos encanta. Lo mejor es que es superfácil de cuidar, ya que apenas necesita riego. Una curiosidad: el romero atraerá a las abejas, insectos polinizadores que tienen grandes beneficios para el jardín.

4.

Evónimo, una planta de vistoso follaje

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Aunque de pequeño tamaño, de hecho se usa como planta tapizante, el evónimo o bonetero rastrero (Euonymus fortunei) es un arbusto muy decorativo que está presente en numerosos jardines españoles. Nos gusta por su precioso follaje, en especial los ejemplares variegados como el de la imagen, que poseen hojas con distintos matices de color. A la hora de cultivarlo, el evónimo no te dará disgustos: es resistente a las heladas y también a la sequía, y necesita un riego escaso.

5.

Grevillea, el encanto de las 'flores araña'

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¿Quién dijo que los arbustos son plantas sosas y faltas de encanto? Aquí está la grevillea (Grevillea juniperina) para demostrar lo contrario. Esta planta de procedencia australiana es muy atractiva gracias a sus flores originales de colores vivos: rojo, rosa fucsia, naranja o amarillo que, además, tienen forma de araña por sus largos pistilos. La grevillea no necesita mucho riego. De hecho, es feliz estando a pleno sol y en entornos de calor.

6.

Jara, para perfumar tu jardín

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Muy abundante en toda la geografía española, la jara (Cistus ladanifer) es un arbusto de tipo mediterráneo que se adapta muy bien a todo tipo de terrenos. Si bien no soporta las heladas, el calor y las altas temperaturas no son un problema para ella. Requiere un riego escaso (una vez a la semana). Durante la primavera y el verano la jara se llena de flores blancas con el botón interior amarillo, muy bellas y aromáticas.

7.

Lentisco, una belleza mediterránea

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Aunque es una planta fuerte, el lentisco (Pistacia lentiscus) es muy sensible al frío extremo y a las heladas. Se trata de un arbusto autóctono de la región mediterránea, de hoja perenne y follaje denso y compacto. Uno de los mayores atractivos que posee son sus frutos que aparecen en otoño y van cambiando de color, del verde al rojo y después al negro. Como el resto de las plantas que hemos reunido, demanda un riego escaso. Plántalo para formar setos o cultívalo como ejemplar aislado en maceta. Destila un aroma muy rico y especial.

8.

Mirto, los setos más decorativos

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El mirto (Myrtus communis), también conocido como arrayán, es una especie arbustiva que crece de forma autóctona en los países del sur de Europa y el Norte de África. Destaca por su rico y marcado aroma, por sus flores blancas y sus frutos de color negro azulado. El mirto prefiere los climas suaves y necesita un riego poco frecuente, sin excesos, ya que no aguanta los encharcamientos. Plántalo en tu jardín formando setos, y rememora la belleza de los Palacios Nazaríes de La Alhambra, donde los mirtos derrochan toda su belleza.

9.

Enebro, rústico y versátil

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El enebro común (Juniperus communis) es una planta muy habitual en entornos de montaña en nuestro país, aunque en realidad se adapta perfectamente a todo tipo de suelos. Sus hojas tienen forma de aguja y presenta unas bayas negras que tienen usos medicinales y culinarios, para aromatizar multitud de platos. Es muy resistente a la sequía por lo que no tendrás que preocuparte de regarlo, más que de vez en cuando.