¿Existe un mito más grande en limpieza que el dicho de 'Si huele bien, es que está limpio'? Durante mucho tiempo y, ahora más aún, con la era de internet, han circulado mitos y trucos caseros para limpiar el hogar que han terminado siendo una estafa. Seguramente sepas mucho más de los que te podamos decir, pero lo importante es que sepas que no todo lo que se dice, es cierto. No obstante, hay mitos que sí funcionan. Sí, como lo lees. Hay muchos remedios que son lo que esperábamos y que, además, tienen un resultado comprobado.
Hemos hecho una lista con algunos de ellos para que, a partir de ahora, no dudes sobre su efectividad. Además, quizás encuentres alguno que no conocías y que usarás a partir de ahora cada vez que limpies tu casa. ¡Apúntalos todos!
No necesitas limpiacristales con una buena bayeta
Lejos de todos los productos limpiacristales que venden en el supermercado, tendrás que saber que si tienes a mano una buena bayeta, no necesitas nada más. Es cierto. Si mojas y escurres bien tu bayeta, verás que toda la suciedad de tus cristales se elimina fácilmente. Si quieres utilizar un limpiacristales para un resultado más preciso, genial, pero tenías que conocer esta información tan curiosa. Aunque, claro, si tiene mucha suciedad o barro, entonces una bayeta mojada quizás no sea suficiente y tengas que utilizar amoniaco o vinagre de limpieza.
La lejía desinfecta
Y además es un gran desinfectante, tanto para nuestras prendas de ropa como para el lavado de los suelos y azulejos del baño, cocina... Pero no la utilices sola, intenta siempre que esté diluida en agua. Por otro lado, la lejía desinfecta, pero no quita manchas, ni tampoco blanquea. Estas dos últimas cosas, sí que son mitos erróneos. Para blanquear, por ejemplo, una buena solución es el percarbonato.
La crema corporal puede hidratar los sofás de piel
Pero no cualquier crema. La crema corporal, que puede ser un gran hidratante para tu mobiliario de piel, es la del bote azul de Nivea de toda la vida. Otra cuestión a tener en cuenta es que la hidratación que hagamos a nuestros muebles de cuero variará según la humedad del sitio donde vivamos. Por ejemplo, en Madrid, bastará con hacerlo dos meses.
No abuses del detergente
Ajustar el detergente al volumen de la ropa, el grado de suciedad y la dureza del agua, puede evitar que tus prendas se deterioren. Si tienes dudas porque no sabes aun así si están poniendo la cantidad adecuada, lo mejor es que sigas las recomendaciones del fabricante. Este mito verdadero, también es válido para el cubo de fregar y para el lavavajillas.
Ventila antes de limpiar
Aunque creas que hay que ventilar después de limpiar para que el olor de los productos químicos desaparezca, en realidad tienes que hacer todo lo contrario. Si limpias y después ventilas, volverás a llenarlo todo de polvo. Lo ideal es que abras unos centímetros puertas y ventanas (en lugar de una sola de par en par) y dejes que el aire se renueve y todo se aspire durante 15 minutos.
Elegir programas delicados en la secadora
Esto es así. Si dejas que tu ropa se seque, pero quede algo de humedad, la estropearás menos y la plancharás con mucha más facilidad. Por eso, lo ideal es que no seques tu ropa al máximo cuando la coloques en la secadora.
Cambiar las sábanas semanalmente
¡Totalmente! Hay muchas personas que no saben con cuánta frecuencia se deberían cambiar las sábanas. Pues bien, te resolvemos la duda. Lo más recomendable es hacerlo una vez a la semana e incluso dos cuando estamos en verano. El sudor, restos de maquillaje y ya de por sí, la acumulación de células muertas, polvo y bacterias, son razones más que suficientes para cambiar las sábanas con esta frecuencia. Si quieres desinfectarlas por completo, lávalas a altas temperaturas para que además de limpias, queden libres de bacterias.
Fregar los suelos con agua fría
Aunque el agua caliente quita con mucha facilidad la suciedad, en los suelos es más recomendable utilizar agua fría para no deteriorarlos, sobre todo si se trata de suelos de madera y naturales. Además, de esta forma, el aroma del friegasuelos se mantiene mucho más tiempo. Por otro lado, muchos desinfectantes con lejía pierden efectividad con el agua caliente.
El orden al limpiar
Para evitar volver a ensuciar los suelos, por ejemplo, lo mejor es que limpies en este orden: de arriba a abajo. De esta forma, en la cocina, empezarás por la campana, seguida del horno y terminarás por toda la parte inferior. Lo mismo con el resto de estancias. En el salón, en su caso, primero quita el polvo y luego pasa el aspirador.
Fregonas de microfibra para el parqué
Las fregonas de microfibra son una buena opción tanto para limpieza diaria como de mantenimiento, sobre todo en suelos que no admiten mucha humedad como los de parqué o mármol, ya que este tipo de fregonas absorbe más suciedad y no dejan pelusa. Además, eliminan hasta un 20% más de suciedad que una fregona normal. ¡Wow!
Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en El Mueble, suscríbete a nuestra newsletter.