A nadie le gusta limpiar los cristales. Es una de esas tareas domésticas que hay que realizar de vez en cuando y no hay nada que puedas hacer para evitarlo. Para que sea más fácil, pero, sobre todo, más efectivo, te mostramos varios errores que solemos cometer al limpiar los cristales… ¡y trucos de limpieza para solucionarlos!

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1.

No preparar la zona de trabajo

No preparar la zona de trabajo

Cuando se emplean pulverizadores, lo ideal es proteger el suelo. Así que antes de cualquier cosa, coloca una toalla o una sábana vieja para no manchar el suelo. Acerca también los utensilios que vayas a emplear: productos para limpiar los cristales, paños y una banqueta o escalera de mano si es que el cristal es muy grande.

2.

Dejar los marcos para el final

Dejar los marcos para el final

Lo ideal es limpiarlos antes que las ventanas o el espejo. Así evitas dejar las huellas o manchar el cristal otra vez. Si son de madera, limpia los marcos con una mezcla de alcohol de quemar, vinagre blanco y agua destilada y, después, para que brillen pásalos con un trapo de lino. Si son de aluminio o PVC, con una bayeta impregnada con detergente neutro o lavavajillas será suficiente. Después enjuágalos con agua y sécalos. 

3.

Elegir mal el día para limpiar los cristales

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Pensarás, ¡vaya tontería! Claro que si llueve no te vas a poner a limpiar las ventanas. Pero tampoco es adecuado hacerlo con sol directo, ya que el limpiacristales se secará enseguida y se crean los típicos reflejos que no se ven hasta que el sol desaparece. Elige un día que esté un poco nublado –un poco– o un momento en el que el sol no esté dando de lleno en las ventanas.

Plantas y macetas, de Jardiland.

4.

No quitar primero la suciedad

No quitar primero la suciedad

Especialmente al limpiar la parte del cristal que está en el exterior. Lo ideal es pasarlos con un paño húmedo –con jabón– antes de aplicar el limpiacristales. Si el trapo está seco, podrías rayar el cristal. Lo mismo pasa con el alféizar: retira la suciedad antes de limpiar los cristales. Hacerlo al revés hará que los cristales se vuelvan a ensuciar superrápido. E igual con las puertas correderas acristaladas: limpia bien los raíles para evitar el polvo.

5.

No prestar atención a las esquinas

No prestar atención a las esquinas

Tanto en las ventanas como en las puertas con cuarterones de cristal, las esquinas suelen resistirse. Para evitarlo, hazte con un cepillo suave y elimina la suciedad antes de limpiarlas. ¡Quedarán impecables!

Sofá y alfombra, de IKEA. Taburetes, en Sacum. Mesa auxiliar, de madera y hierro, en Azul-Tierra.

6.

No emplear el paño adecuado

No emplear el paño adecuado

Si utilizas uno que deje pelusas, parecerá que tu gato se ha dado un paseo por el cristal después de que lo hayas limpiado. El papel de periódico, aunque muy utilizado, también puede dejar manchas de tinta en el cristal –y celulosa–. En su lugar, tienes varias opciones: una bayeta de microfibras es la solución preferida por los profesionales, pero también puedes utilizar una media vieja o los filtros de la cafetera.

7.

Aplicar el producto directamente sobre el cristal

Aplicar el producto directamente sobre el cristal

Salvo que en el envase indique que debes aplicarlo directamente sobre la superficie, pulveriza el limpiacristales sobre un paño para después limpiar la ventana.

8.

Limpiar los cristales de abajo a arriba

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¡Mal hecho! Lo mejor es hacerlo de arriba hacia abajo –para eso la escalera de mano que te hemos dicho antes–. Así evitarás que las gotas del producto caigan y manchen lo que ya has limpiado.

9.

Realizar el mismo tipo de pasadas en ambos lados

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Para saber dónde quedan las marcas en los cristales, limpia el interior y el exterior con distintos movimientos. En uno de los lados da las pasadas en vertical y en el otro en horizontal. Así no te volverás loco buscando en cuál de los lados está la marca.

10.

Cortarte con el limpiacristales

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Especialmente si la ventana está muy sucia y no las has limpiado previamente con un trapo húmedo. Si te quedas corto con el producto, puedes llegar a rayar el cristal o espejo.

11.

No utilizar el limpiacristales adecuado

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A veces es el resultado de utilizar un producto que no es adecuado. Para evitarlo, puedes hacer tu propio limpiacristales casero con tan solo vinagre y las cáscaras de un limón y una naranja. Mira en este vídeo cómo se hace.

12.

No utilizar la vaporeta

No utilizar la vaporeta

¡Si la tienes, sácala! Te olvidarás de limpiacristales, periódicos y paños. Con solo realizar una pasada con el accesorio adecuado para limpiar los cristales, quedarán relucientes. ¡Y tardarás muchísimo menos! Mira todos los usos que puedes dar a este práctico electrodoméstico.

Sofá con tapicería Hot Madison. Puff, de Alonso Mercader. Alfombra, de Sika Design, en Home Design International.

Cómo limpiar los cristales paso a paso

  • Paso 1. Prepara tus utensilios de trabajo: varios paños –para los cristales, marcos, alféizar…–, una escalera de mano para alcanzar a todo el cristal, tu limpiacristales casero y un cepillo suave para las esquinas.
  • Paso 2. Limpia el alféizar y los marcos de las ventanas –o el espejo–.
  • Paso 3. Retira la suciedad de las ventanas antes de aplicar cualquier producto específico. Hazlo con una esponja porosa o con un paño mojado con jabón neutro.
  • Paso 4. Pulveriza el producto sobre el paño y limpia las ventanas. Empieza de arriba a abajo y limpia cada lado en un sentido.