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1.

Un salón con una paleta de colores muy slow deco

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Blanco, beige, gris suave... Los tonos neutros son los que componen la paleta de la slow deco. Son colores con una baja saturación cromática que garantizan una atmósfera serena, relajante y luminosa. Elígelos que viren a amarillo, así serán más cálidos y evita, sobre todo en grises y blancos, que azuleen, ya que el efecto sería más frío. 

Sofás de Tapizados Las Heras y lámparas de pie y cortinas de Ikea.

2.

Conectado con el exterior

00511572 salón con chimenea y vistas al jardín

La conexión con el exterior es básica en una casa slow. Sobre todo si este es verde, como en este maravilloso salón. Es importante disfrutar de grandes ventanales que lleven luz al interior y que permitan una mirada de largo recorrido, y siempre que sea posible orientar la distribución hacia fuera. 

 Sofá y mesa de centro de Alto Interiorismo. 

3.

Un salón con materiales naturales y recuperados

Salón de casa de campo con vigas y suelo de barro 00532311

Piedra, madera, barro... Los materiales naturales y los recuperados, tanto los constructivos como los de las piezas de mobiliario son clave en una casa slow. Además de ser sostenibles, son materiales que nos vinculan con la naturaleza, aportando bienestar y confort. 

Sofá y butacas, diseño de CHM Studio con telas de Yutes. 

4.

Abierto a la zona de día y pensado para compartir

Salón de casa de campo moderna con comedor y cocina abiertos 00531444

La slow deco aboga por diluir los límites entre los diferentes ambientes en pro de relaciones más fluidas y naturales. Por eso, un salón que favorezaca una slow life debería ser un espacio abierto y cohabitado con el comedor y la cocina. Así, los diferentes miembros de la familia pueden compartir un espacio común a pesar de llevar a cabo actividades diferentes. 

Sofá de Atemporal y mesa de centro de Tot Interiors. 

5.

Un salón (y una casa) energéticamente más eficiente

Salón de casa con paredes de piedra y gran chimenea 00513568

Una casa slow es una casa sostenible. Ventanas con doble cristal, carpinterías estancas que garantizan un buen aislamiento, luces Led más eficientes y un sistema de calefacción más sostenible. En este sentido, puedes reforzarlo con una chimenea convencional, que caldeará de manera fácil y rápida el salón –será más eficiente si está cerrada– o con una estufa o una caldera de pellets, que pueden abastecer toda la casa. 

Chimenea y banco de hierro, diseño de Dadà Interiors. 

6.

Con una zona de relax para recargar pilas

Salón con paredes de piedra y sofá relax 00538550

Slow significa lento. Por eso, una casa o una decoración slow es aquella que debe invitar a bajar revoluciones, a relajarse y conectar con nosotros mismos y con los miembros de la familia. Un buen sofá, mullido y confortable, que invite a la reunión familiar y que dé juego para estar sentado para una maratón de cine en casa o tumbado haciendo una siesta. Y una vez tienes tu rincón de relax, mímate: con un libro de lectura, una infusión relajante, música suave... 

Sofá y puff de Lovely Home. Alfombra de Dareels. 

7.

Un salón muy "verde" con plantas y flores

Salón blanco con sofás grises y plantas 00480338

Las plantas son fuente de salud, bienestar y confort. Además de dar color y refrescar visualmente el ambiente, ayudan a regular la humedad, limpiar el aire y algunas, como los cactus, incluso pueden absorber la contaminación electromagnética. Además, está comprobado que el cuidado de plantas produce una saludable sensación de bienestar y ayuda a reducir el estrés. 

Sofás y butaca, de Coton et Bois y mesa de centro de Mercader de Venecia. 

8.

Arropado por los textiles y las fibras naturales

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Este salón transmite un look muy relajante y slow, y la elección de textiles naturales, como el lino de los sofás y las cortinas, y de fibras naturales, como la alfombra o los estores, contribuye y mucho a ello. 

Sofá y puff de Grassoler, en Sacum y alfombra de yute de Hamid. 

9.

Un salón con piezas recuperadas

Rincón de salón con butaca blanca y mueble recuperado 00530404

La filosofía de las 3R (Reducir, Reciclar y Reutilizar) rige, también, una slow life. Por eso, recuperar muebles y darles una nueva vida o reutilizarlos para un nuevo uso, como este escritorio tipo secreter que sirve de improvisada consola, es clave en una casa slow. 

Butaca de Gervasioni. 

10.

Apuesta por objetos artesanales y handmade

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Los pequeños detalles también cuentan y mucho a la hora de tener una casa slow. En este sentido, los objetos elaborados de manera artesanal o con materiales reciclados o naturales, además de dar valor y una personalidad única, contribuyen a hacer de tu casa un hogar más slow. Jarrones, lámparas, láminas o lienzos... No lo dudes: si te comprometes con la slow life, apuesta, también, por el slow design. 

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