14 reglas para una cocina minimalista

Primera regla o concepto a aplicar si quieres una cocina minimalista: ten solo lo necesario. Eso hará que tu cocina sea sencilla. Y tiene que ver tanto con lo que guardas (y que no queda a la vista) como con lo que se ve. Los muebles necesarios. No tengas más de los que vayas a necesitar. 

En esto la elección de materiales es clave. Tanto en los revestimientos como en los que están fabricados los muebles. Escoge materiales fáciles de limpiar que harán que tu cocina se vea como el primer día. Si la funcionalidad es algo que siempre prima en una cocina, en las cocinas minimalistas es una máxima. 

En las casas minimalistas siempre se opta por distribuciones diáfanas y no podía ser menos en una cocina de este estilo. Los ambientes despejados son propicios para lograr una cocina minimalista -aunque sea pequeña- así que busca la libertad de movimientos, pasos despejados y ausencia de obstáculos. 

Cuadricula tu mente y el diseño del mobiliario de tu cocina si quieres que sea minimalista. Las líneas rectas predominan tanto en los muebles en sí como en la organización del espacio. Simetrías que siempre aparecen. 

Neutros en general son la opción más demandada. Las cocinas minimalistas en blanco ocupan el primer puesto. Es el color por excelencia aunque esto no quita para que se combinen con otros tonos que buscan el contraste y que resultan modernos (como los grises en todas sus intensidades). 

Otra de las reglas que no pueden faltar para lograr una cocina minimalista es que la encimera de trabajo esté despejada y esto significa libre de objetos. No hay cafeteras a la vista, ni botes. Como mucho una tabla o una aceitera junto a la zona de cocción. Pero lo suyo es que se sienta despejada, sin nada a la vista. 

Esta clave viene de diez para las cocinas minimalistas pequeñas. Porque la unidad en los revestimientos siempre favorece la sensación de amplitud. Se trata de optar por uno o dos materiales o colores y mantenerlos en paredes, suelos, techos, frentes de cocina, encimaras y mobiliario. Esto potencia la sencillez de la que hace alarde cualquier espacio minimal.

A la hora de pensar en esos revestimientos que decorarán una cocina minimalista hay que tener en cuenta que cuantas menos juntas se vean mejor. Esto significa que los revestimientos continuos, azulejos rectificados y los materiales que se instalan en planchas de tamaño maxi son los más adecuados. 

Di bye bye a los tiradores en una cocina minimalista. Uñeros y sistemas push son los más adecuados para los muebles. Uñeros resultan cómodos (rematados en el mismo material del mueble o con refuerzo metálico). Sistemas push tienen el  "inconveniente" de tener que tocar el frente y mancharlo. 

En busca de esa sencillez y como práctica del concepto "menos es más" esta regla es fundamental para lograr una cocina minimalista: las puertas de los muebles han de ser ciegas. Es decir, ni vitrinas ni estanterías deben formar parte del diseño minimal. En una cocina integrada en el salón esta idea es primordial para que la sensación de orden no se vea nunca alterada por lo que guardas. 

Y si, como hemos visto, todo debe quedar despejado a la vista y guardado en muebles, el orden es fundamental en el interior de muebles y cajones. Para ello hay que planificar la organización adecuada con divisiones y accesorios, baldas o cajones extraíbles, estantes regulables en altura… así se saca partido al espacio y todo está en su sitio.

Los electrodomésticos integrados se acoplan a los muebles de cocina con frentes idénticos. Solo horno y microondas quedan vistos en acabado negro, blanco o aluminio. Es una buena opción para mantener la unidad. Recuerda que cuanta más sencillez, mejor.

En el caso de una cocina de este estilo, aunque se trata de una pequeña, las paredes también han de quedar despejadas. No son una opción para instalar soluciones de almacenaje vertical. Todo debe quedar "limpio", ausente de elementos a la vista. 

En cuanto a la iluminación artificial de una cocina minimalista se opta por algo sencillo, natural y sin estridencias. Iluminación cálida a base de focos que quedan integrados en el techo o en el mobiliario.