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1.

¡Más madera!

Desde el espectacular techo a dos aguas y el pavimento hasta los armarios a pie de cama y el resto de mobiliario. La madera es, sin duda, la gran protagonista de este dormitorio. Armarios, diseño de Jorge Laucirica.

2.

Suavizar la piedra

Rústico, sí; pero con un matiz romántico. Y todo gracias a la cama con dosel y, sobre todo, las vaporosas caídas en blanco. Cama de Becara y cortinas de Jardin d'Ulysse.

3.

Mi refugio privado

Ya puede nevar fuera, que de la cama no te sacan. ¡Y no es para menos! Para suavizar el peso visual de la madera, toda la viguería de pino se pintó en blanco. Cabecero, diseño de la arquitecta Cristina Carbonell.

4.

El rústico más luminoso

 Este dormitorio demuestra que rústico no es sinónimo de oscuro. La pared de piedra y la gran viga de madera se han equilibrado con un suelo y unas paredes en blanco, que llenan de claridad la estancia. Banqueta, de Almazen.

5.

¡De aquí no me muevo!

¿Y quién lo haría? Con su rincón de estar frente a la chimenea y salida directa jardín, ¿qué más se puede pedir? Mesita de noche, cajonera y apliques, de la Jaula del Grillo. Sofá de La Casa de los Tomillares.

6.

Mimar la luz

Con solo un par de ventanas y aún pequeñas, típicas de las casas de campo y masías tradicionales, la luz era un bien escaso en este dormitorio. Para multiplicar la claridad, vigas, paredes y el mobiliario, con excepción del cabecero de Blanc d'Ivoire, se elegió en blanco.

7.

Decorado por la madera

Cuando tienes unas paredes y un techo así –se han revestido con tablas antiguas de castaño que se tiñeron en blanco–, lo suyo es darle protagonismo. De hecho, aquí se ha prescindido de toda pieza de mobiliario que no fuera estrictamente necesaria. Carpintería, de Era Carrola.

8.

Sabor tradicional

Gracias, en gran medida, a las piezas de herencia, como la cama con el gran cabecero de madera y la cómoda. Las paredes encaladas, el suelo de barro y las vigas de madera refuerzan su carácter auténtico.

9.

Más cálido, imposible

Entre el techo y el suelo de madera y la chimenea que caldea las noches más frías, este dormitorio transpira calidez por las cuatro paredes. Cama y chimenea de hierro realizadas por Integra. Butaca, de Frajumar.

10.

Campestre y romántico

La cama, la lámpara, la ropa de cama en blanco y rosa... Todo en este dormitorio se alía para crear una atmósfera delicada y femenina. Cabecero de Maisons du Monde y mesilla de Oka.

11.

Texturas naturales

Envuelve tus sueños de calidez con una cuidada elección de los materiales. Aquí, paredes y suelo se han vestido de madera, lo que garantiza confort y un plus de calidez. ¿Y para los textiles? Lino, mohair, lana... Caricias abrigadas. Manta a cuadros de Ezcarai.

12.

Las mejores vistas

Despertarse con estas vistas al prado es un lujo que no tiene precio. Y precisamente para que nada compita con ellas se ha optado por una decoración sobria en la que nada despunta. Cómoda, banqueta y cortinas de Il Coc Interiors.

13.

Arropar los metros

La amplitud de este dormitorio se ha vestrido con una cama con dosel, que con su simple presencia, parece recoger el espacio a su alrededor, haciéndolo más acogedor. Cama y mesita de noche, de Antonio Sánchez.

14.

Con piezas singulares

La banqueta y, sobre todo, las puertas recuperadas a modo de original cabecero, dan a este dormitorio una pátina vivida y tradicional que el espacio, por sí solo, difícilmente transmitiría. Banqueta, de Antonio Ortinez.

15.

Un mirador en el Pirineo

Cuando tienes un ventanal como este, de suelo a techo, poco importa que las paredes y el techo sean de madera y de una tonalidad intensa. Es más, la madera aquí caldea la fría estampa nevada del otro lado de la ventana. Banqueta, en Natura Casa.

Hay escenarios que, por sí solos, invitan al descanso. Y cuando se trata de dormitorios rústicos, todavía más. ¿Qué es eso que tienen que nos relajan nada más verlos? ¿Cómo consiguen hacernos bajar las revoluciones al instante? Es el poder tranquilizador (¡y magnético!) de su entorno natural, ya sea de campo o de montaña, que se cuela hacia dentro. Quizás por eso el estilo rústico está viviendo una segunda juventud. ¿O era tercera?

Olvídate de dormitorios lúgubres, con muebles oscuros y pesados y ventanas pequeñas por las que apenas entra la luz. Incluso al rústico más tradicional –con paredes de piedra sin tratar, suelos de barro y madera oscura– se le ha hecho un lavado de cara para adecuarlo a los nuevos estándares decorativos: más claridad, confort y ligereza.

Si quieres que tu dormitorio respire una atmósfera rústica, en primer lugar, no temas abusar de la madera: vigas, techo, suelo, mobiliario... Si disfrutas de abundante luz natural, puedes apostar por variedades de tonos intensos, pero procura compensar su peso visual con paredes o textiles en tonos claros. Y, si cuentas con vistas, ¡dales protagonismo! Elige unas cortinas livianas y vaporosas que dejen entrever el paisaje.

¿Paredes de piedra? Dan carácter y visten por sí solas el dormitorio. Pero deberás "abrigarla" con una decoración cálida, porque a diferencia de la madera, la piedra es "fría"

Al elegir el mobiliario, piensa qué estilo quieres que domine en el dormitorio. Si quieres que respire un aire rural, de casa de campo de antaño, las piezas recuperadas y algún mueble de oficio serán tu mejor opción. Pero ojo, suele ser un mobiliario pesado y voluminoso del que conviene no abusar.

Por contra, si prefieres un estilo rústico más provenzal, de inspiración romántica y con una pátina femenina, olvídate de las maderas oscuras y apuesta por las variedades más claras y los acabados decapados o blaqueados. En cuanto a los muebles, no temas incluir piezas de afrancesadas, como sillas con patas cabriolé, cómodas barrigudas o cabeceros sinuosos y tapizados.

Hablando de cabeceros... ¿Qué hay de la cama? Es la gran protagonista del dormitorio, así que su elección marcará y mucho la personalidad de esta estancia. No es lo mismo una pieza recuperada, con una estructura que incluya el cabecero y el piecero, que una cama con dosel y cortinas vaporosas o que un cabecero tapizado y de líneas afrancesadas. Valóralo de antemano.

Pero, como una imagen vale más que mil palabras, hemos reunido en esta galería 15 dormitorios rústicos muy diferentes entre sí para ayudarte a elegir el tuyo. ¿Te apuntas a este peculiar viaje?