Muebles desproporcionados, un exceso de luces empotradas, lámparas de techo que cuelgan sobre nada, demasiadas fotos familiares… Quizás en tu salón haya alguno de estos elementos que según lainteriorista Marta Tobella, de Sacum Interiors, ya no es solo que no merezca la pena tener, sino que, más bien, ella evitaría, ya que son piezas que ponen en riesgo un resultado perfecto. Así que, ya sabes: repasa los consejos de la experta por si tuvieras que prescindir de alguna de estas 10 cosas que hacen que tu salón no termine de verse como uno de los salones de El Mueble que tanto te gustan.

00513438 Salón blanco con techos altos, vigas blancas y puerta de madera

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1.

Una alfombra que no tenga el tamaño adecuado

Salón con asientos alrededor de mesa de centro blanca.

Sofá, de La Sofateria. Butacas, en Grass. Puff, de IKEA. Mesa de centro, en Merc & Cia. Espejo, en Coton et Bois. Estor, de Entretelas. Alfombra, de BSB. Plantas, de Mayflower.

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"No merece la pena que sea ni demasiado grande, ni demasiado pequeña. Es crucial que el tamaño de la alfombra se ajuste al espacio del sofá. Por eso, es importante calcular cuidadosamente sus medidas. Debe ser lo suficientemente grande como para que, al menos, las patas delanteras de todos los muebles que la rodean, descansen sobre ella. Esto ayudará a unificar el espacio y crear una sensación de unidad", comenta Marta Tobella.

2.

Una mesa de centro más grande que el sofá

Salón con sofá blanco y mesa de centro de madera.

Lámpara de sobremesa, de D'Oliver. Vitrina, de Olsson & Jensen. Alfombra, en Lauritz.

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"Es importante calcular bien las dimensiones de la mesa de centro. En ocasiones he visto planos o casas con una mesa de centro con capacidad para más personas que el sofá. A la inversa, un sofá más grande, puede tener sentido en una familia grande, pero lo ideal es que sofá y mesa acojan a la misma cantidad de personas. Es decir, si tenemos espacio para ocho en la mesa, es importante que estos ocho también puedan sentarse cómodamente en el sofá, o que haya un espacio con butacas y lugares disponibles que considere la misma cantidad de personas", indica Marta.

3.

Un sofá de piel no siempre merece la pena

Salón con dos sofás de piel enfrentados.

Sofás de Timothy Oulton, en Londres.

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"Solo si es un sofá chester o un modelo antiguo con la tapicería envejecida. Los nuevos suelen ser incómodos en verano y en invierno. Es más confortable el tacto de un tejido", confiesa la interiorista.

4.

Sillas de comedor tapizadas hasta los pies

Sillas de comedor con fundas blancas.

Mesa de Mercantic. Lámpara de techo, en Matèria.

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"En mi opinión, no merece la pena tener en el salón unas sillas de comedor demasiado altas, tapizadas hasta el suelo o con fundas como las típicas de boda. Prefiero optar por una silla más ligera y versátil que brinde comodidad sin sacrificar el estilo", nos cuenta Marta.

5.

Cuidado con las lámparas de techo

Salón decorado en tonos claros.

Sofás tapizados con tela Alberta de Villanova. Mesas de centro diseño de Lalzada. Mesa auxiliar de Crisal. Alfombra de Alfombras Peña.

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"No merece la pena tener una lámpara de techo si no cuelga encima de un mueble. Es preferible que siempre tengan algo debajo (una mesa, una consola…), si no, es fácil chocar contra ellas. Menos aún si el salón no tiene una altura suficiente para que la lámpara quede colgada de manera segura y sin obstruir el paso", dice Marta.

6.

¿Muebles diferentes en la misma pared?

Salón con muebles de madera oscura.

Sofá y alfombras, de IKEA. Mesa de centro, de Mercader de Venecia. Mesa auxiliar, de Merc&Cía. Librería de teca, de India&Pacific. Mesa auxiliar redonda, de Little House.

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"Con esto me refiero a piezas del mobiliario que son del mismo material y acabado, pero que tienen formas y tamaños diferentes. Pueden suponer un "problema", especialmente cuando se colocan en el mismo frente. Ver en una pared un mueble bajo con cajones, una vitrina y un banco para la tele dará un aspecto desorganizado si estos muebles no armonizan entre sí", afirma Marta Tobella.

7.

Demasiadas luces del techo

Salón-comedor en tonos neutros y muebles de madera.

Sofá, butaca y puf, de Gervasoni. Mesa de centro, de Taller de las Indias. En el comedor, Mesa de Margo Studio, sillas de Ethnicraft y lámpara en Punto Luz.

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"No merece la pena tener un exceso de luces empotradas en el techo, que no contribuyen en absoluto a una iluminación cómoda y agradable. Por lo tanto, es recomendable optar por otras opciones de iluminación más adecuadas y funcionales", aconseja Marta. La combinación de diferentes fuentes de iluminación, no solo te ayudará a crear un ambiente equilibrado y acogedor, sino también te permitirá adaptar la luz según las diferentes actividades y momentos del día.

8.

Decorar la pared con fotos familiares

Salón con sofá, cojín de cuadros y pared decorada con fotografías en blanco y negro.

Sofá de Miguel A. Díaz Sánchez. Aplique de BCN Lighting.

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Para Marta Tobella, el salón no es el sitio más indicado para exponer las fotos de la familia. "Creo que la idea de decorar las paredes con fotos encaja mejor en espacios más personales, como dormitorios, vestidores o incluso zonas de trabajo", señala.

9.

No merece la pena tener un mueble bajo para la tele

Salón con sofás blancos enfrentados y televisor en banco de madera.

Sofás a medida de Deco Lur Sofá. Mesa de centro de Taller de las Indias. Butaca de &Tradition. Banco de Export Junk.

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"Mucho mejor que la tele esté colgada en la pared, integrada en una librería o que tenga su propio pie, un pie ligero y bonito. Y de estar en un mueble que sea en todo caso un banco largo", apunta la decoradora.

10.

Una luz fría nunca gusta

Salón con sofá verde y pared decorada con un friso.

Sofá, de Miki Beumala. Butaca, de Honoré, en Carlina Blue. Mesas de centro y lámparas, de Little House. Cuadro, de Sacum.

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"No vale la pena tener una luz blanca, con lo cual solo compraría bombillas de 2700 K, que emiten una luz más cálida y suave, ideal para un espacio acogedor como el salón", dice Marta.

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