Inspírate con estas 5 cocinas abiertas: de todos los tamaños y estilos

Abrir la cocina al exterior mediante cerramientos acristalados es una solución para aprovechar al máximo la luz natural y dotar al interior de unas privilegiadas vistas panorámicas. Es cierto que sustituir uno de los muros por una pared de cristal es una obra de gran envergadura, pero el resultado es fantástico. ¡Y no solo eso! También consigue que la tarea de cocinar sea mucho más agradable. Esta vivienda un proyecto del arquitecto Damián Ribas y la interiorista Clara Joly d'Aussy.

Una solución para los reacios a abrir la cocina al resto de a casa es instalar un cerramiento que permita comunicar o independizar los ambientes según se desee. Así, además, cuando esté cerrado, los humos y olores que se generan al cocinar no llegarán al salón o comedor.

Puedes optar por las tradicionales puertas de cristal (lisas o con cuarterones) o bien enlazar este cerramiento con otros elementos de la estancia para crear un hilo conductor, que fue lo que hizo Clara Joly d'Aussy. La interiorista diseñó unos paneles de listones de madera en el mismo acabado que el resto de las piezas del mobiliario: desde los armarios de la cocina hasta la mesa de comedor.

En las cocinas abiertas al salón o comedor, al prescindir de al menos un tabique –el que separa esta estancia del resto de la casa–, se pierden valiosas superficies horizontales para muebles altos, vitrinas o estanterías. Por eso es fundamental crear nuevas zonas de almacenaje con armarios en la isla o península y aprovechar el potencial de las paredes que queden libres con estantes o baldas. Tendrás todo a mano y será más fácil acceder a tus utensilios de cocina.

Imagínate este piso con una pared divisoria entre el salón y la cocina. ¡Cierto! No habría espacio para una zona comedor cómoda y desahogada; tampoco para una península en la cocina y el salón parecería más pequeño. Por eso, para disfrutar de un espacio totalmente diáfano, la interiorista Celia Crego eliminó el tabique que separaba estas dos estancias. Como puedes apreciar en la foto, la disposición de los muebles fue clave para crear tres ambientes visualmente independientes. El suelo de roble da uniformidad y aporta calidez.

Si estás leyendo este artículo es, bien porque disfrutas viendo cocinas abiertas o, bien porque estás pensando en realizar una reforma. En este último caso, te interesa saber que no tienes por qué cambiar la cocina por completo. Puedes mantener tus armarios y completarlos con una isla nueva que delimite visualmente los ambientes. 

Sí, leíste bien: no tienes por qué cambiar tus muebles. Puedes rejuvenecer tu cocina sin obras ni reformas, dándoles una mano de pintura para dejarlos como nuevos. Y, ya puestos, elige un color que encaje con el resto de la decoración, de manera que salón y cocina formen un conjunto equilibrado y armónico. En esta vivienda, la interiorista apostó por el color blanco, presente también en la decoración del salón, para pintar los armarios de la cocina. Además, para potenciar la sensación de continuidad visual, las paredes se revistieron con el mismo papel pintado en tono piedra que en el resto de la estancia, excepto en la zona de aguas, que fue pintada en el mismo tono.

Otra idea que puedes copiar si decides tirar tabiques, es diseñar una cocina con isla (recuerda que a su alrededor debe quedar un espacio libre de 90 cm) o una península que marque el límite entre un ambiente y otro. Cualquiera de estos dos elementos, acompañados de un par de taburetes, se convertirá en una práctica barra de desayunos. Así lo hicieron los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar, del estudio Mengíbar Blanco, en su propia vivienda. 

El uso de diferentes materiales para cubrir el suelo te ayudará a marcar el paso de una zona a otra. En este caso, los arquitectos alternaron baldosas cerámicas en tonos beis y topo colocadas en damero para la cocina, con un suelo de madera en el resto de la casa. Esta misma idea, jugar con distintos colores o revestimientos, también la puedes llevar a las paredes. Pero si te fijas en esta cocina hay otro elemento que contribuye a que los ambientes queden diferenciados: la pared que los separaba no se tiró por completo, sino que se dejó un gran vano sin puertas.

Si cuentas con una cocina amplia, como esta, o tienes un pequeño cuarto anexo (una terraza cerrada, desaprovechada, que solo se utilice como tendedero, sería lo ideal) , siempre te puedes montar un estupendo cuarto de lavado y plancha.

Una buena opción para que este nuevo rincón quede integrado en la cocina es independizarlo a través de un cerramiento con cuarterones acristalados en la zona superior de los tabiques, de tal modo que quede visualmente conectado y, además, goce de entrada de luz natural. 

¿Quieres que la estética de tu cocina se asemeja más a un salón moderno que a un lugar de trabajo? Inspírate en este proyecto de la decoradora Lucía Mariñas, quién optó por un mobiliario de líneas rectas, sin tiradores, así como por una gran isla y el antepecho de una piedra sinterizada con efecto de mármol Calacata.  Además, integró todos los electrodomésticos para camuflar su presencia.

Y por cierto, ¿dónde está la campana? En estos casos, es importante elegir una campana extractora con un diseño cuidado, modelos que hacen las veces de lámpara de techo, o bien optar por un extractor de encimera, que cuando no se usa queda oculto, o bien por una campana integrable que pase desapercibida.

Y como si de un salón se tratara, la cocina de Lucía Mariñas también tiene un punto social: un office con muebles en madera de roble, que contrasta con el blanco de la cocina propiamente dicha. La idea de alternar acabados diferentes es perfecta para conseguir una decoración dinámica y visualmente más rica que en las propuestas monocromáticas.

Una de las cuestiones que tendrás que resolver a la hora de diseñar una cocina abierta al salón es si quieres que los ambientes queden delimitados de algún modo, a través de soluciones arquitectónicas (con una península, una isla o una barra de desayunos) o estéticas (con el uso de distintos materiales en el suelo o colores en las paredes), o si, por el contrario, no existirán barreras visuales ni físicas.

En este caso, la decoradora Ángeles Rodes quiso diferenciar la zona de trabajo y prolongó la encimera en una península perpendicular a los muebles. Este murete a media altura, además de una superficie de apoyo extra, ofrece espacio de almacenaje en la parte que da a la cocina y, al otro lado, acoge una zona de comedor con un banco a medida, la mesa y dos sillas.

Queremos que la cocina pase prácticamente inadvertida desde el salón o el comedor. Por eso, conviene instalar los electrodomésticos en un frente en el cual no queden expuestos a la vista de todos y, a ser posible, que su acabado que encaje con el de los muebles. 

Mira cómo se resolvió en esta cocina la ubicación el microondas. Cómo las dimensiones del espacio no permitían colocar un módulo en columna para los hornos, en el frente de los armarios superiores se reservó un hueco cerca de la zona de trabajo para el microondas.