Dónde sí instalar una puerta corredera En estancias pequeñas, lo recomendable es instalar una puerta corredera que aporte amplitud. En espacios donde de otro modo quedaría un mueble de uso detrás de una puerta que habría que mover constantemente para acceder a él. Y también donde se quiere una solución vistosa y original para comunicar o delimitar según el uso del ambiente. Muebles de cocina de Santos Bilbao, encimera de Laminam, lámparas de techo en Susaeta Iluminación y suelo de Yanyare. Dónde no poner una puerta corredera Puede ocurrir que necesites fijar muebles a la pared que coincide con la apertura de la puerta corredera. En ese caso, olvídate de instalar una. Si la puerta es de superficie, queda vista y el tabique ha de quedar despejado para que deslice sobre él . Si se trata de un modelo encastrado en el tabique (en una estructura que se denomina casoneto) tampoco será posible realizar taladros en ese espacio. Las puertas correderas son más caras que las abatibles. Sí: en el paso de la cocina al comedor Especialmente cuando esta se quiere integrar. Una puerta corredera de diseño (como un tabique de cristal ) se integra en la decoración. Para cocinas integradas, la estética es más importante aún para que no desmerezca respecto al estilo del salón o comedor . Este diseño de perfilería en negro y barrotillo es contemporáneo y vistoso, gracias a la guía integrada en el techo y el tamaño extra de suelo a techo. Muebles de Leich en Chef D'Oeuvre, encimera de Silestone y taburetes de Rivièra Maison en Home Design. Alfombra en Sacum. Sí: Una corredera entre recibidor y salón Es una buena idea instalar una puerta corredera entre el salón y el recibidor cuando este es estrecho y la puerta "ocupe". Asimismo, si la hoja u hojas abatibles de una puerta quedan "suspendidas" en la estancia, también es recomendable optar por un sistema corredero . Lo ideal, es que las puertas queden pegadas a una pared cuando están abiertas. Así que, en definitiva, una puerta corredera es una de esas reformas con las que ganar metros . Consola de Culdesac, lámpara de Light & Living y cestos de Tine K Home en Sacum. Puertas correderas dobles En lugar de una hoja se instalan dos hojas correderas cuando el vano de acceso a cubrir en más mayor de 70-80 cm . Lo bueno de las puertas correderas es que se pueden crear paneles de ancho especial o bien optar, como en este acceso al salón-comedor, por dos puertas. Mesa de Mobles 114, sillas Thonet originales, lámpara de techo de Marset y alfombra de Cotlin. Un panel corredero sobre cerramiento de cristal Esta imagen muestra la conexión del office con una zona de paso. Un panel corredero (de ancho excepcional, perfilería con barrotillo y vidrios) se desliza sobre un cerramiento también acristalado . Esto permite que la conexión visual sea completa y que la luz de las estancias contiguas alcancen la cocina. Con una puerta corredera en este caso la cocina queda despejada desde el pasillo, con una visión limpia y completa. Mesa y banco diseñados por la decoradora Marta Tobella, sillas de Brucs y lámpara de Foimpex. Todo en Sacum. Una puerta entre la cocina y el cuarto de lavado En este caso la puerta corredera independiza un cuarto de lavado y plancha, incluso usado como tendedero, de la zona de trabajo de la cocina. Es una buena idea instalar una puerta de idéntico diseño a la de acceso a la cocina -sea esta corredera también o abatible- y mantener a resguardo de olores la ropa tendida. Al llegar cristal la luz que entra por la ventana se reparte en todo el ambiente. Muebles de Santos, diseñados por Sacum; y encimera de Neolith. Sí en el baño cuando… Cualquier puerta de apertura abatible, al abrirse, debe quedar pegada a una pared. Esta es la situación ideal. Si detrás hay un armario, debes saber que la puerta estorbará ligeramente. En el caso de un baño, una buena orientación es que la hoja abatible abra y quede pegada a la ducha . Si lo hace en el lado del lavabo, para usarlo habrá que cerrar la puerta. Esto nos ayuda a saber si necesitamos una puerta corredera, recomendable tanto en este último supuesto. Proyecto de la interiorista Paula Duarte con armario de lavabo y suelo de Gala y encimera de Corian. El estilo de la puerta corredera Las puertas correderas son muy útiles en aseos de cortesía que suelen tener un tamaño reducido. Así, al entrar, no hay que esquivar el inodoro o el lavabo para cerrar una puerta. En este proyecto, s e optó por instalar una puerta corredera lacada en blanco para que la visión fuera la de los dos frentes de lavabo enfrentado s. De otra manera, uno quedaría oculto. Desde dentro, se amplía el espacio con un acabado espejo. En el acceso al vestidor desde el dormitorio Es un lugar en el que sí poner una puerta corredera, así no se pierden centímetros ni en la zona de descanso del dormitorio ni en el vestidor. Si los módulos de organización de la ropa son abiertos, es recomendable instalar una puerta que preserve el espacio del polvo . Aquí se ha optado por un diseño liso y ciego. Cabecero y mesita de noche del estudio Del Pino del Valle. Papel pintado de Cole & Son y lámpara de Pantay. Puertas correderás sí en estancias muy amplias con varios ambientes Una puerta o panel corredero sí es una buena idea para estancias amplias en las que conviven varios ambientes . Imagina un salón en el que se ha ganado una terraza. Esta puede ser una zona de juegos, un lugar en el que practicar una afición, deporte o crear un rincón de trabajo y estudio. Optar por una puerta corredera permite independizar o comunicar los ambientes sin perder centímetros reales de uso. Puertas correderas con guías vistas Dentro de los tipos de puertas correderas, hemos visto en este artículo las que quedan encastradas en tabique con un casoneto oculto (se realiza un tabique de mayor grosor, habitualmente con placas de cartón yeso) y que llevan guías empotradas en el techo o en el marco de la puerta de altura estándar. Pero también puedes considerar una puerta en superficie con guías decorativas como la de este proyecto . Si no "necesitas" la pared sobre la que se desliza es una buena opción. Sillas y alfombra de Ofelia Home Decor. ¿Qué tipo de acabado escoger? Las puertas correderas pueden tener el mismo acabado que el resto de la carpintería interior o marcar la diferencia con diseños especiales. Pueden ser macizas o huecas y lacadas o laminadas (lisas o con molduras o hendiduras). También de madera. Se puede convertir una puerta antigua en un diseño corredero y entonces merecerá que quede vista y decore por sí sola . Son tendencia las de perfilería de metal o madera y vidrios. Que lleven cristal o no dependerá del nivel de privacidad que se quiera lograr y de si es preciso ganar luz y que se distribuya. Mobiliario de Moretti y papel pintado Flamant Caràctere de Arte. Otro tipo de puerta corredera También queríamos mostrarte este otro tipo de puerta corredera plegable. Se trata de un diseño con varias piezas que se pliegan en zigzag y se desplazan sobre una guía para quedar recogidas en un lateral del hueco de acceso . De esta manera no hay que contar con el espacio que ocupa la hoja cuando se corre aunque siempre el espacio de entrada quedará algo más reducido por la puerta recogida. Por este motivo es preferible que se instale en vanos anchos. Puerta diseñada por Asun Antó. Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter .