La presentadora de moda Núria Moliner, arquitecta y comunicadora, recoge en su instagram @nuria_moliner la reforma integral de este palacete del siglo XX realizada por el estudio de arquitectura Acha Zaballa. El objetivo del proyecto era ser respetuoso con su estilo modernista, no en vano es una vivienda protegida. Y apostar por la sostenibilidad radical. Por eso, "solo han reparado las carpinterías, mantenido revestimientos y baños y pintado superficies envejecidas", comenta Núria en su post.
Nosotros hemos querido saber más de esta curiosa vivienda de la que Núria nos ha puesto sobre la pista y les hemos preguntado a Miguel Zaballa y Cristina Acha, artífices del cambio, cómo se enfrentaron a esta reforma. "Decidimos no derribar tabiques, venciendo la inercia de la adecuación espacial y funcional a los convencionalismos contemporáneos —nos cuenta Miguel—. Una decisión respetuosa con la protección del inmueble pero también coherente con los criterios de domesticidad y eficiencia a los que aspiramos hoy".
Lo más importante era aprovechar lo que ya había: la luz, los altos techos, los detalles modernistas... Y decidieron resaltarlos a través del color. Rojo, rosa, naranja, verde y azul se integran a la perfección y revalorizan las cualidades originales de la casa. Si a esto le sumas, minimizar los procesos de construcción, transporte y obra, el proyecto no puede ser más redondo. "Con menos escombros, menos materiales que transportar, se simplifican los procesos, asegura Miguel. La reutilización y el alargar la vida útil de lo construido y fabricado es nuestra manera de entender la sostenibilidad".
Y dejamos a los integrantes de Acha Zaballa después de que nos resuman el mantra que llevan a cabo en todos sus trabajos: "No hacer rozas, conservar los revestimientos originales, reparar la carpintería, admitir las imperfecciones y dar protagonismo a la decoración y al color". ¿Preparada para ver esta maravilla de casa?