Carlos Pallas Rodríguez, arquitecto: "En Europa no ponen persianas. Y me pregunto, ¿es realmente necesario instalarlas en nuestras ventanas?"

En España, la persiana forma parte del paisaje doméstico. No importa si se vive en una casa unifamiliar o en un piso urbano: las ventanas casi siempre vienen acompañadas de ese elemento enrollable que nos protege del sol, del calor, del ruido... y de la calle. Pero, ¿y si no fueran tan imprescindibles como pensamos?

El arquitecto Carlos Pallas Rodríguez, ha abierto este melón desde su propio blog, donde plantea una pregunta tan simple como provocadora: "¿Son realmente necesarias en una ventana?". Una cuestión que invita a repensar - no solo nuestros propios elementos arquitectónicos habituales - sino también las alternativas que posiblemente no tenemos en cuenta y que, cada vez con más frecuencia, toman protagonismo en el diseño de interiores moderno y actual.

Una costumbre muy mediterránea

Transforma tus espacios interiores con un toque de calidez y elegancia utilizando nuestras persianas de madera plegables como puertas. Estas piezas funcionales fusionan la belleza natural de la madera con la practicidad moderna de las puertas plegables, creando una transición fluida entre ambientes. El grano de la madera aporta textura y carácter, mientras que el sistema plegable permite ajustar la privacidad y la circulación de la luz. Da vida a un ambiente acogedor y sofisticado, fusionando diseño y utilidad en una sola solución distintiva.

Tal y como explica el propio Pallas, lo curioso es que en buena parte de Europa - Francia, Reino Unido, Alemania o incluso en países del sur como Italia - las persianas brillan por su ausencia. Las ventanas suelen estar vestidas simplemente con cortinas, estores interiores o soluciones textiles más ligeras. En esos contextos, el control de la luz o la privacidad se aborda desde la arquitectura o desde sistemas interiores. 

Entonces, ¿por qué en España no concebimos una casa sin persianas? "Es, en parte, por una cuestión cultural y climática, aunque también tiene que ver con cómo entendemos el confort en nuestras viviendas", explica el arquitecto. "Pero eso no significa que no haya otras soluciones viables o incluso mejores".

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Escritorio y flexo, de Cado. Silla, de Inthai i librería, diseño de Jeanette Trensig.

Razones que mantienen su uso

Las persianas, en efecto, ofrecen ventajas claras: bloquean la radiación solar directa, aíslan del frío o del calor según la estación, proporcionan oscuridad total cuando se desea y permiten controlar la privacidad de forma flexible. Pero también tienen sus inconvenientes. Para el arquitecto, uno de los principales problemas es que las persianas a veces se convierten en un recurso que sustituye una planificación arquitectónica más profunda.

"Las usamos como solución única a cuestiones que podríamos abordar desde el diseño: orientación de la vivienda, tipos de vidrios, sistema de protección solar pasiva...", apunta. Es por ello que, en su blog, Carlos Pallas también nos invita a analizar su uso desde un enfoque más racional y consciente, sugiriéndonos algunas de las alternativas más populares.

Alternativas a las persianas

Las cortinas opacas son la mejor solución para que no entre luz en el dormitorio y puedas dormir plácidamente

Entre las alternativas más interesantes que menciona, están:

• Vidrios con control solar: cristales tratados para reducir la radiación y mejorar la eficiencia energética sin necesidad de oscurecer totalmente el espacio.
• Protecciones solares pasivas: aleros, lamas fijas o móviles, celosías... 
• Estores interiores con tejidos técnicos: que filtran la luz sin eliminarla por completo y permiten mantener una cierta visibilidad hacia el exterior.
• Cortinas térmicas o acústicas: completan la protección de forma más estética y versátil.

Y nos dice: "Al final se trata de diseñar viviendas que respondan al clima, a las necesidades reales de quienes las habitan, y no solo a lo que se ha hecho siempre". 

El futuro de nuestros hogares: ¿con o sin persianas?

No se trata tanto de erradicar las persianas, sino de preguntarse si siempre son necesarias. ¿Son imprescindibles en todos los casos? ¿O simplemente las instalamos porque así se ha hecho durante décadas? El debate está sobre la mesa. Lo que propone el arquitecto es abrir una conversación que parece menor, pero que conecta directamente con cómo queremos vivir.

Así, Carlos Pallas nos despierta la idea de que, tal vez, haya algo más interesante al otro lado de la persiana: la posibilidad de repensar nuestros espacios desde el confort real y no desde la costumbre. Y tú, ¿seguirás optando por colocar las persianas tradicionales en casa?

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