Mi abuela de 85 años, sobre los 3 consejos de limpieza inesperados que sigue desde siempre: "Estos trucos de ahorrarán tiempo. Déjate de cosas modernas"

Cada vez que me acuerdo de los veranos cuando era pequeña en casa de mi abuela, me visualizo en el suelo, con los vestidos llenos de hierba de jugar con mi prima por el jardín y también con los vaqueros llenos de sangre de alguna que otra caída con los patines en medio de la calle porque me deslumbraba el sol, aunque mi madre siempre nos decía que esperásemos al atardecer para salir a patinar. Manchas que para mí eran un drama terrible porque, desde pequeña, supe bien cuáles eran mis prendas preferidas, pero que mi abuela me dejaba como nuevas con sus trucos. "Deja de gastar dinero en productos, eso lo quito yo a mano", le decía siempre a mi madre.

Y es que estos tips, que a día de hoy sigue haciendo cada vez que le llevo una mancha imposible (sí, también las que el desodorante me deja en las camisetas blancas de algodón), son un completo salvavidas a la hora de volver a dejar como nuevas mis prendas. Te cuento cuáles son tres de ellos, tips infalibles con los que dejarás, por fin, de preocuparte por esas manchas imposibles que tanto nos siguen aterrando. ¡Toma nota!

LOS 3 TRUCOS DE LIMPIEZA DE MI ABUELA PARA QUITAR LAS MANCHAS 

1. Para blanquear las prendas de algodón

La degradación de las fibras, un lavado inadecuado, el paso del tiempo, las manchas que van dejando los desodorantes y algunos perfumes en ellas, además de la luz del sol, son algunas de las causas que hacen que nuestras prendas blancas de algodón se terminen oscureciendo y, con ello, perdiendo su color original. Muchas veces, aunque las lavamos en los ciclos correctos y utilizando todo tipo de soluciones posibles, no logramos terminar con estas manchas. Por eso,  siempre termino por llevárselas a mi abuela.

Si te manchas la ropa con desodorante y no tienes tiempo, este truco es rápido e infalible para deshacerte de ella

Ella lo que hace es humedecer bien las prendas y lavarlas a mano con jabón casero, que hace a partir de aceite (de oliva y de girasol), que va reciclando en una botella y, después, disuelve en agua y sosa, con todas las precauciones, deja secar y corta en porciones. Frota con él cada prenda de algodón y, cuando oscurece, la deja reposando en el jardín durante toda la noche para que, con el rocío, las prendas recuperen su tono original. A la mañana siguiente, las recoge, las mete en la lavadora con el resto de la colada de blancos, y las prendas quedan como nuevas.

2. Para eliminar las manchas de sangre

De pequeña siempre fui bastante traviesa y me pasaba más tiempo en el suelo, con las piernas, los codos y hasta la barbilla, llenos de tiritas, que de pie. Mi abuela tenía la solución infalible para terminar con las manchas de sangre de todas mis aventuras que se saldaban con mis prendas: les echaba una mezcla de bicarbonato con agua oxigenada, solo en la mancha y, después de dejarla reposar unos minutos, frotaba bien y llevaba a la lavadora, en un ciclo normal. Las prendas salían como nuevas, sin rastro de las manchas.

3. Para desinfectar las alfombras

Otra de mis aficiones los días de tormenta del verano, era salir al jardín a saltar con mis botas de goma y correr por todo el salón hasta que alguien me ayudaba a quitarlas, dejando las correspondientes manchas en la alfombra del sofá. Manchas que, después de echarme la bronca correspondiente, mi abuela atabaca con un puñado de sal gorda. Y es que, además de absorber bien la humedad, eliminar las manchas difíciles y neutralizar olores, la sal es ideal para terminar con las bacterias, los gérmenes y hasta los ácaros de nuestras alfombras, convirtiéndose en una buena solución de limpieza hasta que vayamos a la tintorería.

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